Desperté en mi propia cama. Si es que no había sido todo un sueño. Dylan me tuvo que haber traído hasta allí.
Traté de explicarme el suceso del hospital luego de caer de rodillas, pero no pude llegar a ningún resultado claro.
Para estar segura, había ciertas pequeñas evidencias, tales como que mi ropa estaba doblada y arreglada de manera extraña, que, el conjunto de pijama, que traía en mi cuerpo era un camisón (pijama) translúcida demasiado sexy color rosa pálido que no recordaba, una de la cual se transparentaba mis pechos.
Tuve que detenerme y mirarlo bien, había tirado mi ropa de dormir.
En mi armario no había pijamas que no fueran iguales a lo que llevaba puesto, ajustada a mi cuerpo, de diferentes colores, encajes, colores angelicales, demasiado sensuales, delicados, provocativos, que debía usar de ahora en adelante al dormir según su orden, una que dejó escrita a mano y, por una y otra causa, la verdad es que había estado muy excitada.
Sin embargo, ninguna de esas evidencias podía confirmar que realmente mantuve sexo con el rubio oscuro.
Un sobresalto me sacó de mis pensamientos al salir de la oficina del instituto, donde dejé la constancia médica que confirmaba que el asma ya se había ido.
Al darme la vuelta, allí estaba él, el pelirrojo, que me asustó de inmediato.
—Emiliana, ¡¿cómo te va en tu nueva vida... en Salem?! Toda esa onda oscura es de lujo, ¿no? Aquí, en el pueblo del terror puro, me siento como el rey del mundo. Y claro, por eso mi mamá, antes de darme la patada, me puso ese nombre tan épico: King. Sí, como Stephen King, pero sin ser famoso ni escribir libros... ¡pero con el mismo toque de terror! ¿Sabes cómo? Cy King. Y la peliblanca, ¿qué onda? —dijo, mientras jugueteaba con un vape en la mano.
Sus dedos brillaban con anillos carísimos que ni idea de cómo consiguió, pero ni me atreví a preguntar, porque seguro alargaba una charla que me haría sentir en un episodio de: Son pertenencias de los cadáveres de mi sótano.
—La he estado buscando para darle su besito, pero no aparece.
—No llegó a clases —informé dándole un abrazo acogedor, ya tenía confianza con él.
—Lo sé —me dijo, rodeándome con sus brazos y dejando su efluvio fresco en mi ropa—. Tuve que hacerme cargo de esos pendejos del departamento de Literatura por la maldita obra de Hamlet. No saben hacer nada bien, así que hay que dominarlos. Y a mí solo me gusta que me domine la loca de tu amiga. Las ganas de convertirlos en cadáveres eran casi naturales. Así andan mis deseos, a lo grande, ¿sabes? No puedo esconder lo que soy.
—¿Entonces no practicaron absolutamente nada? —Coloqué ambas manos en mis caderas.
—Ni una mierda —respondió, sin pelos en la lengua—. Los mandé a chuparme los huevos, ¡y con un toque de estilo!
Era raro que ella estuviera desaparecida, mhm.
—Que no tomarás el cargo de la obra, podrá furiosa a Annie —le golpee el hombro, sofoco un gemido dramático.
—Pégame todo lo que quieras. Pero esos... no me los toques —dijo señalando su entrepierna, y eché a reír mientras se recostaba en una banca—. Ay, cuando se enteré que no ensayamos va a matarme, ojalá que sea literal. Que se convierta en una fiera asesina, ¡es mi maldito sueño!
El olor a pastel se clavó en mi nariz, había abierto una caja de Petit Four de frambuesa, me regaló un Petit.
—Wa —Le di un mordisco saboreando el glaseado derretido en mi lengua humareda—. Este Petit está... mhm... es riquísimo.
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DESCONOCIDO
Mystery / ThrillerUN DESCONOCIDO UN MUNDO DESCONOCIDO Y UNA CHICA DISPUESTA A CONOCERLO (Videojuegos, películas clásicas de asesinos, libros, diálogos, series, animes, manga, lo que he escuchado decir de personas reales, de mi creatividad. Un día quise soltarlo y es...