De repente el teléfono de Luna comenzó a sonar. Ella contestó dicha llamada con Pinkie al otro lado.
—Subdirectora Luna, ¿Cree que nos podamos detener un momento?
Pinkie se escuchaba nerviosa, levantando la curiosidad de la mujer.
—Todavía no nos hemos alejado lo suficiente de la ciudad, no creo que sea prudente lo que pides.
—¿Pasa algo, hermana?— Preguntó Celestia, habiendo escuchado a Luna.
—Ya veo, es que... Tenemos un ligero problema.
En ese momento, el señor Cake que estaba al volante tomó el teléfono de Pinkie.
—Lo lamento mucho señorita Luna, pero es sobre mi esposa...
Unos cuantos metros más adelante de aquella solitaria carretera, los cuatro vehículos se detuvieron a la orilla luego de haberles explicado a los demás las circunstancias de los señores Cake.
Pinkie fue la primera en bajar para ayudar a la señora Cake a hacer lo mismo mientras ella llevaba una mano cubriendo su boca, y ambas se dirigían hacia unos arbustos.
El señor Cake se acercó pidiendo disculpas a Celestia por las molestias pero ella jamás podría culparlo por ello, máxime tratándose de su hijo en camino.
—Fue tan repentino que no tuve tiempo para decirlo.
—No se preocupe por ese, tómense el tiempo que sea necesario— Dijo Luna, a lo que el señor Cake agradeció antes de ir junto a su esposa.
Estando al lado de su hermana, con nada más que el silencio entre ellas y la fría brisa nocturna, Luna cambió su mirada a lo lejos donde alcanzaba a ver todavía las luces de la ciudad, lo que provocó un ligero sentimiento de tristeza o tal vez nostalgia en ella.
—Hermana, ¿Cómo te encuentras?
De pronto Celestia fue sacada de sus pensamientos. Luna ya se había dado cuenta de ello pero no quería decirlo; desde que salieron de la ciudad Celestia mantuvo el mismo tipo de mirada no triste, ni enojada, ni feliz, ni algo por estilo, simplemente... apagada, como si su mente estuviera desconectada de la realidad.
Celestia parpadeó un par de veces, pero no pareció haber escuchado lo que dijo Luna a juzgar por la expresión de su cara.
—No importa, creo que ya sé la respuesta. No eres la única que se siente de esta manera. Jeje— Luna cubrió un poco su boca— Caballeros y otros mundos, vaya día el nuestro.
—Ugh, ¿Es en serio? ¿Ni si quiera cuando sus vidas corren peligro dejan de ser tan empalagosas?
Esa voz les era similar pues en algún punto todos los presentes la escucharon alguna vez, pero ella no debía estar allí. No, era totalmente imposible. Y sin embargo, en medio de las dos directoras, recostada de espaldas en el auto con los brazos cruzados, todos estaban viendo con ojos aterrorizados a una criatura de piel rojiza con aspecto casi demoníaco mirarlos también a ellos con sus ojos negros y azul llenos de malicia, que complementaba perfectamente con esa sonrisa llena de colmillos en su cara.
En el instante que la vieron, Celestia y Luna quisieron salir corriendo, pero antes de tan solo dar un paso, sus cuerpo se vieron rodeados por un aura roja que les hizo sentir a ambas como si sus cuerpos y músculos se tensaran de repente, impidiéndoles siquiera el intentar mover un dedo.
—¡Directoras!
Rainbow y las demás quisieron ir con ellas solo para ser detenidas de la misma manera que ellas, junto con Pinkie y los señores Cake que habían regresado en ese mismo momento.
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Caminos Cruzados
FanfictionUn nuevo enemigo, nuevos y viejos problemas sin resolver, y dos mundos distintos predestinados a encontrarse. ¿Cómo lidiarán con esto los dos portadores de los objetos más poderosos de todo los universos cuándo finalmente se encuentren cara a cara p...