Capitulo 9: Asedio.

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Erase una vez... un noble caballero igual que el resto. Su trabajo no era más que estar parado en una puerta para proteger a su rey y su reina. No peleaba en el frente ni tampoco protegía la ciudad, pero honor o prestigio era lo último que buscaba. Con una esposa y un hijo a los cuales proteger y proveer, estar seguro y lejos del peligro era la posición ideal.

Dos veces por semana, cuando llegaba el cambio de guardia, en el camino a su hogar siempre llevaba consigo varias frutas y pan que los vendedores del mercado le regalaban de lo que les sobraba de la venta del día, pues él creció allí, y tanto él como su madre en paz descanse, eran conocidos por su sonrisa y su alegre actitud, siempre dispuestos a ayudar a cualquiera que lo necesitara.

En su camino cruzaba un pequeño puente de piedra que pasaba por encima de un río, y luego un oscuro sendero en medio del bosque que lo llevaría hasta su casa a la par de un hermoso lago, dónde las dos cosas más importantes en su vida lo estarían esperando.

Pero una noche, nada fue igual. Había un aire frío e incómodo que le pondría fácilmente la piel de gallina a cualquiera. Sentía una extraña presión en su pecho que le estaba impidiendo respirar cada vez más, haciendo que sus pasos se sintieran más pesados. Y fue entonces, cuando lo vió...

Afuera de su casa estaban los cuerpos de una mujer y un niño...

Y la par de ellos... Un monstruo.

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Sunset vio cómo Driscoll hizo desaparecer a Adam en un destello, y luego a este caminar de manera imponente hacia ella con sus pesados pies de acero haciendo eco en el suelo.

-¿Acaso tú lo...?- Preguntó, nerviosa.

-No. Y estoy seguro de que encontraría la manera de regresar si así fuera. No tengo el poder suficiente para lograr tal cosa... Aún.

Driscoll entonces cambió su atención a los robots en las cápsulas.

-¿Cuánto más debo esperar?

Sunset, en el tono de voz con el que se dirigió hacia ella, pudo sentir una gran cantidad de ira acumulada.

-Falta poco. N-No han conseguido reunir la suficiente energía en sus corazones todavía.

-No tenemos todo el tiempo del mundo. La cuenta regresiva para el final de Equestria ha comenzado, y estoy seguro de que ese hombre y sus compañeros no tardarán en ponerse en marcha para contraatacar. Si les damos la oportunidad de defenderse, serán un verdadero peligro. Por eso, vamos a destruirlos antes de que eso pase.

En ese momento, el rey eterno volteó a ver el cristal del elemento de la magia, y de un momento retiró la caja de cristal que lo contenía, lo que provocó que múltiples rayos de energía salieran desprendidos en todas direcciones. Sunset se puso algo nerviosa y se agachó para esquivar los rayos, sin embargo, Driscoll ni siquiera retrocedió, y en un acto temerario puso sus manos sobre el elemento, lo que hizo desaparecer los rayos, pero ahora toda esa energía se encontraba recorriendo toda su armadura.

-¿Que estás haciendo? ¿Dijiste destruirlos? Eso no fue parte del trato, si te ayudaba me prometiste que Equestria sería mía. Quiero decir, nuestra.

-¿Conquistar un reino usando a unos adolescentes sin cerebro? Tú misma debiste saber que tú idea jamás funcionaría. Además, ¿Un poder que sobrepasa la compresión humana y desafía todas las leyes de la naturaleza? Algo como eso no tiene cabida en este mundo.

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