👻 ꁅꀤꃴꍟ ꀎꉣ ꓄ꃅꍟ ꁅꃅꂦꌗ꓄ | ᴍᴀʏʟᴏʀ/ᴅᴇᴀʟᴏʀ 👻

👻④👻

Brian se siente ridículo.

Lo que empezó con la inocente intención de ojear su propio folio a ver qué encontró la historiadora sobre él, terminó con una ligera infatuación por ese precioso chico de cabellos claros cuya atención llamó por accidente. 

¡Le dijo que era simpático! O bien, ¿cuáles fueron sus palabras exactas? 'Eres todo un encanto.' Y no solo eso, había silbado. 

¡Qué cumplidazo!

En su vida había recibido un cumplido de parte de otro hombre.

Supo desde muy joven que le atraía la gente de su mismo sexo, y ese fue otro de los problemas que tuvo con su padre en vida. Trató un par de novias por ahí, para ver si lograba complacer las expectativas de su familia, pero no funcionó. No era parte de su sistema, pero ser homosexual estaba fuera del sistema general, de la configuración del complejo y bien reglado sistema social, religioso y legal. No era algo aceptable desde donde uno le viese; pero no evitó que terminara de definirlo como algo propio de su identidad. 

Eso sí, nunca tuvo con quién realmente explorar aquello, y compartir momentos de intimidad y de ternura o de pasión. Era difícil, y por su temprano deceso no tuvo tiempo de experimentarlo. 

Tim, siendo un gran amigo de toda la vida, había accedido a que lo besara cuando tenían unos quince o dieciséis años. Tim fue honesto al indicar que realmente no le había agradado, y que al menos con eso comprobó que no era lo suyo; pero, siendo un buen amigo como siempre, le dejó en claro a Brian que no tenía nada que ver con la manera en la que besaba, y aseguró que algún día encontraría al indicado, y que ese hombre sería alguien afortunado de probar sus delgados y varoniles labios. 

No por sonar homo, insistió Tim tras el comentario; quiso ser amable y no supo con exactitud qué demonios decirle al respecto. 

Tim no supo cómo darle un cumplido ese día, no con la naturalidad que le salió al rubio hace un instante, pero sí supo guardar su secreto.  Otros no fueron leales, y a penas supieron los rumores de que se encontraba enamorado de un joven del barrio, su padre se enteró y lo botó de la casa. No lo denunció con las autoridades, pero le ordenó marcharse para solo no volver, y le propuso costear, a lo mucho, la clínica para que lo traten. 

Las cosas pudieron ser muchísimo peor, por mucho.
Tuvo suerte.

Estaba a inicios de sus veintes cuando eso pasó, y Tim se encontraba viviendo en Londres, como arquitecto en algunas construcciones; casado, sin hijos, pero no por falta de intentarlo. Su esposa era una jovencita linda de una gran familia, una muy pudiente en la capital, y ambos decidieron adoptar a Brian en su casa cuando éste llegó a la ciudad sin nada más que tres chelines en el bolsillo.

Nunca más supo de su padre, quizás para bien; pero hasta donde pudo constatar en su carpeta, una vez que el rubio -Roger, como le llamó el otro muchacho- se fue y lo dejó solo en la cocina, sus padres asistieron a su funeral, y dijeron hermosas palabras sobre él. Había muerto, siquiera, con el perdón de sus padres y eso lo emocionó bastante.