X SI, SI ME GUSTA

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Después de estar juntos Alex y yo caímos exhaustos, cuando me di cuenta ya había amanecido yo  estaba pegada al pecho de Alex, así que como pude me separé de el sin que el pudiera notarlo.

Me levanté y me quedé mirándolo un momento, se veía tan lindo ahí dormido ni parece que me dio la cogida de mi vida

Me fui a duchar y a preparar el desayuno, así  que hice unas empanadas de pollo, jamón y queso.

Voy al cuarto a levantar a Alex, que aún seguía dormido

— Alex levántate, ya está el desayuno

— Margaret, aún tengo sueño
(hace como un bebé)

—Las empanadas se te van a enfriar

Alex se arropa la cara, así que empiezo a darle besos en la espalda

— Anda, levántate ¿Si?

— vale, un ratito más, y me levanto

Alex se levantó y se fue a lavar la cara

Desayunamos y Alex quedó encantado con mis empanadas, y yo bien feliz de que a él le gustarán, porque se las hice con mucho amor.

Después de desayunar estábamos aburridos en mi casa, nos fuimos a visitar a Emmanuel, un amigo de Eli, y mi amigo

Emmanuel un chico moreno, de cabello ondulado, alto con unos ojos color café, cabe destacar que era un buen acordeonero, el mejor, por así decirlo.

—Alex, vamos a casa de Emmanuel, ahí estará Eli reunida porque estarán haciendo unos trabajos de la universidad

—Esta bien, vamos

Nos fuimos a casa de Emmanuel, en cuanto llegamos saludé a todos, y me senté en una silla grande, Alex se sentó junto a mi, y se acostó en mis piernas, estaba caliente y yo le hacía cariño en su cabello, me gustaba mucho lo lacio que lo tenía.

Note que apenas llegamos, una amiga de Eli, creo que se llama Jena, miro a Alex, y empezó enseguida como a querer resaltar para llamar la atención  de Alex, pero él estaba casi que dormido en mis piernas

Yo la observa, me dio como rabia, pero no le di mayor importancia

Pero igual le pregunté a Alex, que si el la conocía, el afirmó que no, así que no le hable más del tema y duramos unas horas hablando con ellos.

Nos vamos a mi casa, porque Alex se tiene que ir a la suya.

Me despido de todos

—Hasta luego, nos vemos pronto

Llegamos a mi casa.

— Margaret, ya es tarde me tengo que ir a mi casa

De verdad no quería que Alex se fuera, pero tenía que hacerlo

— Esta bien, deja que llame a Leonel, el es mi chófer de confianza para que te lleve a tu casa

Obviamente Alex no quería aceptar, pero ya era muy tarde, ya le había escrito al señor Leonel,y ya venía por el.

— vamos Alex, ya Leonel llegó

Cuando nos vamos a despedir noto que Alex me agarra de la cintura pegando me a su cuerpo y devorando mi boca con la suya, y sin previo aviso me da un apretón de nalgas

¡Dios mío! Este hombre me iba a matar, sentía pena con el señor Leonel, nunca me había visto con un hombre, y menos así.

Nos despedimos y entro a la casa, me pongo a ordenarla, cuando me llega un mensaje de Alex

—Ya llegue, iré a entrenar, hablamos cuando llegue. Cuídate margaret

—Esta bien Alex, hablamos luego.

Después de leer ese mensaje, me tumbe a la cama recordando todo lo que habia hecho con Alex. Y si, tengo que aceptarlo, si me gustaba.

Termine de arreglar la casa, me duche y empecé arreglarme para ir a la cita con mi psiquiatra. Llevaba 2 años en terapia porque sufro de ansiedad y caí en un cuadro depresivo severo

La ansiedad viene desde que yo estaba pequeña, mi mamá se separó de mi papá apenas yo tenía 8 años de edad, y yo me quedé viviendo con mi padre, mi mamá se desentendio de mi completamente, yo vivía prácticamente sola, porque  mi padre era el chófer del alcalde de mi pueblo.

No pude disfrutar de mi niñez como una niña normal,  tenía que hacer cosas de una mujer adulta, lavar, limpiar la casa, hacer comida.  solo éramos mi papá y yo, mi papá tenía a una mujer que hacía eso, pero ella no era constante así que cuando ella no iba, asumía ese papel yo.

Recuerdo que un día de las madres en mi escuela había una actividad para darle regalos a nuestras madres, yo le hice una cuchara de arcilla con frutas. Un día antes llame a mi mamá para decirle de la actividad y ella me aseguro que iba a ir, yo estaba muy emocionada.

Llegó el día de la actividad y todas las madres estaban ahí, todas, excepto la mía, mi mamá no aparecía y ya era hora de comenzar, mi pecho dolía, no podía creer que sería la única niña sin su mamá

Pero mi papá apareció, y entonces mi pecho dejo de doler un poco, solo un poco. Ya que era el único hombre ahí.

Esos recuerdos hacían que odiara a mi madre, por no estar conmigo cuando yo la necesitaba, así que empecé a sufrir de ansiedad sin darme cuenta, me refugie en la comida, comía mucho.

Pasaron los años y cuando tenía 19 años mi abuela muere en mis brazos, tenía un mes cuidandola, mi abuela era la figura materna que estuvo conmigo, y el hecho de verla morir sin poder hacer nada, era horrible. Sentir como su corazón dejaba de latir, es una de las cosas que jamás en mi vida olvidaré.

Mi ansiedad aumento, me daban ataques de ansiedad, sobre pensaba mucho las cosas, me comía las uñas, habían días que no dormía nada, habían días que dormía mucho, a veces comía muchísimo a veces no comía nada, pasaba de estar alegre a estar horas llorando sin ninguna razón.

Así que fui a una psicóloga y ella me refirió a una psiquiatra, y no, no estaba loca. Solo necesitaba ayuda.

Entendí que la salud mental es igual de importante que la salud física, lo que pasa es que la gente minimiza esos transtornos.

Estos 2 años en tratamiento me ha ayudado muchísimo, gracias a Dios ya tengo más control a la hora de mis ataques de ansiedad, ya puedo controlarlas mucho mejor, los vídeos de auto ayuda también me ayudaron muchísimo

Un amor a medias ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora