The Big Three necesita conocer el convenio del trabajador

181 22 85
                                    

Apolo nunca fue santo de su devoción por más que le respetase y agradeciese la oportunidad que les dio, como jefe dejaba mucho que desear y desde que se enteró de esa parte de su vida personal que mantenía oculta llamada Will Solace, su predisposición a compartir tiempo con el hombre había disminuido.

-¿Por qué siempre que tenéis algo que decirme vienes tú? - inquirió Apolo, recostándose sobre la silla de su despacho apoyando ambas manos entrelazadas sobre su barriga.

Parecía estar listo para posar las piernas sobre la mesa de escritorio que tenía enfrente. Esa actitud solo le provocó repulsión, actuaba como si la mentira aún fuese la realidad: que todo lo que le rodeaba era suyo.

-Porque soy el único que tiene autocontrol, Apolo - respondió rechinando sus dientes.

No podía contar con Nico di Angelo, incluso cuando la guerra no había sido abierta, el vocalista del grupo no se dignaba a dirigirse hacia el jefe, ya sea por su característico pasotismo o que jamás le cayó bien. La única que solía dar la cara junto a él era Thalia, pero ya no podía considerarla una opción para turnarse en tratar con su jefe. La ojiazul le miraba cada día como quien observaba una tonelada de excremento de elefante.

-Cuidado - advirtió Apolo ladeando la cabeza. - Sigo siendo vuestro jefe.

-No lo parece. - Ignoró morderse la lengua, las palabras habían salido de su boca mucho antes de que pudiera controlarlas. - Creo que de verdad me contaste la situación del Kithara no porque me tengas confianza, sino para que nosotros te saquemos de esto. No haces nada, nosotros somos los que no paramos de idear alternativas y tú... tú solo te sientas aquí y hablas en el escenario para entretener a esa gente.

-Los tiempos difíciles sacan el verdadero rostro de las personas - murmuró con una pequeña sonrisa de reconocimiento. - Tan pacifista y mírate, es la primera vez que pareces más tú, cansado de ser bueno y lleno de rabia.

-Solo es lo que me provoca estar aquí, contigo.

-Puedo despedirte, estoy siendo benevolente.

-Ya lo habrías hecho, por eso no estoy callándome, no puedes - recalcó Percy, sosteniéndole la mirada. - Si nos echas a alguno, pierdes a The Big Three al completo, incluido Will. No somos unos camareros más, sino la principal atracción de las noches.

-Hay más grupos deseando una oportunidad como la que os he dado.

-Pero no un grupo que acepte venir a un garito prácticamente en quiebra y con un jefe que no se mueve por solucionarlo.

Apolo resopló, no teniendo intenciones en responderle. Percy aprovechó para sentarse en una de las sillas al otro lado del escritorio, pero antes de hacerlo se inclinó con disimulo tratando de conseguir una vista clara del marco de foto que ocupaba la mesa de su jefe. Nunca se había fijado, aunque tampoco estaba habitualmente en su despacho, sin embargo tuvo la inesperada curiosidad de saber si habría una foto de Will Solace que mirase cada día para recordar su error.

Esta vez sí se mordió la lengua para no soltar ningún comentario hiriente. La única imagen que portaba el pequeño cuadro era una suya propia junto a la entrada del Kithara.

-¿Recuerdas ese tema que no te gusta hablar?

Tras su pregunta, Apolo cogió con rapidez su móvil que descansaba sobre la mesa, usando el reflejo de la pantalla apagada para mirarse el pelo.

-¿Me han vuelto a salir canas? - se atusó el pelo con la mano que le quedaba libre. - ¡Me teñí hace una semana!

-No, el otro tema. - Percy rodó los ojos al ver a Apolo soltar un suspiro de alivio, dejando el móvil de nuevo en su posición inicial y peinándose de nuevo. - No, no es sobre Will. Las vacaciones.

VibraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora