1.- Nada volverá a ser igual.

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Se preguntarán, ¿Qué rayos hago suspendido en los cielos y a punto de combatir con una legión de demonios?
Bueno, dicen que uno hace estupideces cuando está enamorado, y sí, ésa es la razón por la que estoy haciendo todo esto. Déjenme contarles mi historia y así puedan entender mis razones...

Hace 10 años...


Unos golpes en la puerta hacen que deje de estar inmerso en el libro que estaba leyendo.

- Sean espero que hayas terminado de empacar tus cosas -dice mi madre desde el otro lado.

- ¡Sí mamá! -respondo con un toque de fastidio. - Es la cuarta vez que me lo preguntas.

- Bien, nos iremos a las seis. -Me informa.
- Está bien mamá.

Faltan 2 días para navidad y éste año iremos a Venezuela a visitar a la familia de mamá, por eso tanta emoción, volverá a ver a su familia después de 10 años y podrá presentarme ante todos.

Tal y como mamá dijo salimos a las 6 rumbo al aeropuerto.

- ¿Emocionado por el viaje Sean? -pregunta papá que está conduciendo.

- Sí. -Respondo. - Aunque mamá lo está más, sin dudas. -digo sonriendo.

- Claro que estoy muy emocionada, por fin volveré a ver a mamá y a mis hermanos; no sabes cómo los he extrañado. -dice con un toque de melancolía. Reí ante su comentario. - Además, podrán conocerte.

Mamá se veía radiante, cómo siempre; con el cabello suelto con pequeñas ondas en las puntas, poco maquillaje, pero lo suficiente para resaltar sus hermosos ojos cafés y su piel trigueña.
A mitad de camino, comenzó a llover con mucha fuerza; tanta que casi no se veía la carretera.

- Esto no tiene pinta de parar pronto, seguramente no podremos salir hasta que acabe la tormenta. -dijo papá nervioso.

Lo que me pareció extraño, ya que papá siempre estaba tranquilo, como si tuviese el control de todo a su alrededor.

- Sean, ponte el cinturón. -ordenó mamá, asustada y así lo hice. - Sean, sabes que te amamos, ¿No? -dijo mamá.

- ¿Ah? Sí mamá, yo también los amo.
-dije totalmente confundido. - ¿Está todo bien? -pregunté. Mamá asintió nerviosa.

Comencé a preocuparme por la actitud de ambos.

No tengo idea de lo que pasó después, sólo sé que ahora estoy en completa oscuridad.

(...)

Los ojos me pesan y me duele mucho el cuerpo, abro poco a poco los ojos adaptándolos a la luz; noto muchas máquinas a mi alrededor y una mascarilla para ayudarme a respirar.

¿Qué pasó? ¿Qué hago aquí? ¿Por qué estoy en un hospital?

Minutos después un médico entró en la habitación.

- Hola, soy el doctor Morrison. -se presentó. - ¿Cuál es tu nombre? -preguntó.

- Sean. -Respondí con dificultad. - ¿Dónde están mis padres? -pregunté. Me miró y tardó unos segundos en responder.

Luz en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora