15.- Luz en la oscuridad.

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Pov Gaby:

Pude ver aterrada, como Sean se desplomaba en el suelo y caía de rodillas y sobre sus manos; parecía estar hablando con alguien, luego ví cómo comenzó a toser sangre y cómo, de la nada se dejó de sostenerse y calló al suelo, donde permanecía completamente inmóvil, todo ésto mientras intentaba llegar hasta él, pero había muchas personas entrando a las instalaciones de la universidad y no me dejaban pasar; cuando por fin llegué hasta donde él se encontraba lo miré horrorizada, parecía estar muerto.

- Sean, no por favor Dios mío. ¡AYUDA! -comencé a gritar repetidas veces.

Varias personas comenzaron a acercarse rápidamente, mientras llamaba a emergencias; unos minutos más tarde acompañé a la ambulancia que llevó a Sean camino al hospital.

- Por favor Sean resiste, no te vayas. -dije entre lágrimas.

Al llegar al hospital Sean fué ingresado a cuidados intensivos y estuve en la sala de espera hasta que llegaron los demás.

Pasamos varias horas orando y esperando alguna noticia sobre el estado de Sean, cada hora transcurrida parecía una eternidad.
Hasta que por fin salió un doctor a darnos noticias de él.

- ¿Ustedes son los familiares de Sean? -preguntó el doctor.

- Somos sus amigos. -respondió Jon.

- ¿Cómo se encuentra Sean? -preguntó mamá.

El doctor tardó un poco en responder...

Pov Sean:

Mientras me encontré en ésa densa oscuridad, pude oír a lo lejos la voz de Gaby diciéndome que no me rindiese; poco después, un destello de luz que cada vez se hacía más grande comenzó a llenar el lugar, y una figura se acercó a mi.

- Hola Sean.

- ¿Quién eres?

- Soy un ángel al servicio del Jesús, quien venció la muerte en la cruz.

- ¿Dónde estoy?

- Tranquilo, estás a salvo. ¿Así que eres religioso?

- No, tengo entendido que ésto es una relación con el Padre.

- ¿Tú qué crees?

- Que así es, Dios nos llama a tener una relación personal y íntima con Él, a través de Jesús.

- Así es Sean, tienes razón. ¿Crees que Dios te ama?

- Sí, aunque no lo merezco.

¿Qué te hace pensar que no lo mereces?

- Hice muchas cosas malas en mi vida.

- Hijo, al aceptar a Jesús su sangre te limpió de todo pecado y de toda maldad, lo que te da la posibilidad de acercarte confiadamente al Padre; no vuelvas a dudar de ésto.

- Está bien. Tengo una duda... ¿Si Papá nos ama, por qué no nos acepta tal y como somos? -el ángel me miró ofendido. - No lo tomes a mal, solo me gustaría tener la respuesta, por si alguien me lo llegara a preguntar.

Luz en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora