El departamento de Jungkook tenía un aroma que al alfa le encantó. Era una perfecta mezcla de flores de cerezo y limón, adornado ahora con un sutil aroma a chocolate y menta. Aspiró el maravilloso olor apenas ingresó y tanto él, como su lobo, sintieron una calma casi hipnótica.
Tanto que, al entrar y sacarse los zapatos, tomó a su omega y lo arrastró hasta el dormitorio, para acostarse a su lado formando una pequeña bolita de cuerpos acurrucados.
—Mi celo vendrá dentro de dos semanas y ya puedo sentir intensificados todos tus aromas. Tomaré algún supresor para calmarlo. O simplemente me voy a volver loco.
—Lamento no poder complacerte totalmente. Me encantaría disfrutarte en pleno—. Jungkook sabía que, estando embarazado, no podía pasar el celo del alfa en su estado natural, pues podía perder a los cachorros, si el alfa era muy brusco. En otras circunstancias no le hubiera importado, pero primero estaban sus pequeñitos.
—No digas eso. Estoy feliz de pasar un celo contigo. Eres el omega del cual estoy enamorado. Tomar un supresor no me va a quitar el deseo de hacerte el amor y anudarte. Pero no correremos riesgos con los cachorros.
Cuando Seokjin demostraba tanto interés y cuidado por los pequeños que crecían en su vientre, se sentía más enamorado de su doctor. Y sin quererlo, comenzaba a ilusionarse con la idea de formar una familia, los cuatro. Por su parte, el alfa hasta ahora había sido cauteloso en lo que le decía, pues sabía que no debía apresurarse, ni asustarlo. Jungkook aún tenía aprehensiones respecto a su relación, producto de las inseguridades que todavía no superaba, pero al menos, avanzaba gracias a la efectiva ayuda de Yoongi.
Habían pedido comida a un restaurante que quedaba cerca de allí, por lo que simplemente se habían dedicado a darse mimos en la cama y luego con calma poner la mesa, para comer.
—¿Aún no sabes nada de los Lee? —preguntó Jungkook. Sabía que esa era una preocupación constante en la vida de Jin.
—Yoongi fue a visitarlos. Era el más indicado. Conversó con ellos, pero continúan en ese círculo de dolor del cual no quieren salir. Están muy disgustados conmigo y todavía piensan que los traicioné. No querían aceptar la ayuda económica, pero al final los convenció. Ellos...la necesitan.
Jungkook admiraba la generosidad de Seokjin. Pues a pesar que la pareja de ancianos le había dado la espalda, él seguía preocupándose por ellos. Eso hablaba muy bien de su alfa y era algo de lo cual él, se sentía muy orgulloso.
—Háblame de lo que sucedió hace dos años—Jungkook sentía la necesidad de saber qué es lo que había sucedido en la vida del alfa, en ese periodo que al parecer había sido de mucha oscuridad.
Para Seokjin no era algo fácil. Reconocer sus momentos oscuros y débiles, aún dolía. No quería preocupar a Jungkook ni tampoco decepcionarlo. Sin embargo, sentía que se lo debía. En cierta forma, ese periodo de su vida había gatillado en lo que hoy se había convertido y lo había llevado a aceptar tan de buena manera a Jungkook. Pensaba que si lo hubiese conocido en aquellos años, tal vez nunca hubiera sucedido nada.
—Hace dos años tenía una paciente omega mayor—. Seokjin comenzó su relato en forma calmada. Habían comido y ahora reposaban abrazados en el sofá—. Ella había quedado viuda, pero su esposo había guardado una muestra de su semen para realizar una inseminación. No habían querido tener hijos, pues, él desde muy joven estuvo enfermo.
Todo estuvo bien. Ella se embarazó y yo me convertí en su doctor. Era un embarazo riesgoso debido a su edad, por lo que la controlaba muy seguido. Todo iba bien hasta el séptimo mes de embarazo. Ella comenzó con síntomas de perdida y llegó sangrando a nuestra sala de emergencia.
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Un Nuevo Destino
FanfictionJungkook es un omega poco convencional. Como hijo unico y heredero de las empresas Jeon, su padre lo crió casi como un alfa. Ahora, luego de terminar su relación con su alfa destinado, ha tomado la decisión de ser padre soltero. Para eso recurrirá a...