Capítulo 15

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Vio su reflejo en el espejo. Primero de frente y luego de costado. Y ahí estaba. Su pequeña barriga. Era apenas notoria, pero significativa.

Seokjin se lo había dicho. Hacia el final de su tercer mes, aparecería y ahí estaba. Jungkook no pudo evitar sonreír. Un dato para incluir en su bitácora. El día que su barriga apareció. Sutilmente, pero apareció.

—¡Oh! Mi bebé ya puede notar a sus cachorritos...—Jungkook cerró sus ojos, al notar el rico aroma de su alfa, que lo abrazaba por atrás y le dejaba suaves besos en su cuello.

—¿Crees que son los cachorros y no los postres que he comido de más?—. Jungkook sabia porque preguntaba. En su último control, Seokjin su serio obstetra, le había fruncido el ceño, al notar que había subido un kilo y medio, sí ¡un kilo y medio!

—Te dije que aún estás en el peso esperado para un embarazo doble. Eso no significa que no debas cuidarte. Pero estoy seguro que esa barriguita son dotoli y Kong y no los pasteles que has comido.

—Está bien. Voy a confiar en lo que mi doctor dice. Después del trabajo, tengo cita con Yoongi. ¿Alcanzaré a verte, antes que vayas a la universidad?

—Te esperaré bebé. No te preocupes. Además, el profesor Chang está enfermo y no tendremos su clase hoy. Podremos irnos a casa.

—Eso es una gran noticia. ¿Vamos a mi departamento hoy?

Seokjin sabía que Jungkook prefería ir a su propio departamento. Seguramente ya estaba construyendo su nido. Lo sospechaba desde que varias prendas habían desaparecido de su guardarropa. Obviamente el omega se sentía más seguro ahí. Él no tenía problema.

—Claro mi amor. Dónde estés, yo voy. Mi dulce omega, ven aquí—. Seokjin lo acercó a su cuerpo y comenzó a besarlo suavemente primero, pero Jungkook se apretó más a su cuerpo y rápidamente abrió su boca, exigiendo la lengua del alfa. Seokjin llevó sus manos hacia la nuca de Jungkook y acarició con su lengua el labio inferior y luego toda su boca. El omega gemía de placer. ¡Lo besaba tan bien! Sus ojos permanecían cerrados, para centrarse sólo en el sabor de su alfa, en su lengua recorriendo cada rincón de su boca, en esos labios bonitos sobre los suyos...

Cuando Seokjin besaba a Jungkook, nunca era sólo un beso. Cuando al fin dejaba respirar al omega, su boca iba directo a cuello, cerca de su glándula de olor, donde su nariz aspiraba esa mezcla irresistible que tenía desde que se había embarazado y que se le hacía cada vez más familiar y cotidiana. Anhelaba albergar ese aroma, para poder llevarse una parte de Kook a la clínica. Bueno, también siempre llevaba con él, una bufanda que olía a cerezos intensos...

—Debo salir de aquí o Mark me matará...—Seokjin casi no escuchaba la voz del omega, todavía disfrutando de su aroma—Jinnie..., dijiste que hoy acompañarías a Hobi-Hyung en una inseminación...

Seokjin levantó la cabeza, recordando que debía estar a las ocho en la clínica y ya eran las siete y media. Suerte que conocía todos los recovecos para acortar camino y llegar a tiempo.

—Te quiero Kookie. Te veo en la clínica—Le dio otro beso inmenso al omega, que se quedó parado en medio del dormitorio de Seokjin totalmente aturdido por el olor y el sabor del alfa.

Jungkook llegó a su oficina justo a tiempo. Hacía una semana, Yugyeom y él, habían sido ascendidos a Analistas Clase Uno, junto a otras personas que también habían sido promovidas, producto del alto crecimiento que estaba teniendo la empresa. Eso mantenía al omega con mucho trabajo, por lo que tampoco había tenido oportunidad de hablar con su padre. Sabía que su papá, había intentado hablarle, pero el alfa mayor había estado reacio a aceptar la situación de "noviazgo" de su hijo. Por eso, cuando Mark le dijo que debía subir hasta las oficinas de la dirección, se sorprendió.

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