Capítulo 20

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Yugyeom y Taehyung estaban seguros que Jungkook tenía demasiada energía para estar embarazado de casi seis meses de mellizos y seguir caminando como si nada. Habían ido desde el Centro Financiero hasta Gangnam en un taxi, pero al final, habían decidido caminar, pues el tráfico era insoportable. Ninguno de los amigos del omega sabían exactamente dónde estaba el dichoso taller donde había mandado a hacer el regalo para su alfa. Pero no se habían podido negar ante la curiosidad por verlo. El problema era que ya habían ocupado una buena cantidad del tiempo de su almuerzo, después de todo era un día de trabajo.

—Kookie, necesito volver a la universidad. A las cuatro y media tengo un paciente y luego tengo una reunión con hyung..., ¿no dijiste cuando nos bajamos del taxi, que sólo era una cuadra? Tengo la sensación que hemos caminado dos o tres Tae comenzaba a impacientarse al ver
la hora transcurrir. Jimin ya lo había llamado y lo había regañado por caminar tanto, considerando que su estado de salud estaba un poco resentido producto de la anemia que todavía no superaba.

—Además, Mark podría volver de esa reunión con tu padre y si no ve a ninguno de los dos ahí, comenzará con su ansiedad. Ambos omegas
habían aprovechado la inesperada reunión que Jeon Hyuk había pedido con Mark Tuan para huir y tomar "su hora de almuerzo"

Jungkook miró a sus amigos y finalmente se compadeció. La verdad era que también estaba muy cansado. El compraba todo por internet, incluyendo su ropa y zapatos. Pero el regalo para su alfa quería que fuera especial. Y había encontrado este pequeño taller que trabajaba con piedras preciosas y había mandado hacer el regalo perfecto. Finalmente se detuvo frente a una pequeña puerta de vidrio con sólo un cartel que indicaba "Taller de Joyas".

Cuando entraron, Taehyung que estaba muy sensible a los aromas, pudo distinguir un suave aroma a lavanda, que se intensificó cuando un hombre pequeño de edad avanzada se asomó desde la parte trasera de la pequeña tienda.

—Jungkook-ah, has venido por tu pequeño lobo...y veo que con compañía—. El hombre a pesar de su edad y caminar encorvado, se movía con agilidad.

—Señor Yook, ellos son mi amigos Yugyeom y Taehyung—. Ambos omegas hicieron una reverencia, y el anciano sonrió, para luego perderse detrás de una misteriosa cortina.

Unos minutos después traía una pequeña bolsita de terciopelo, desde donde sacó lo que Jungkook había ido a buscar. Era un colgante fino de oro. Pero lo que realmente llamó la atención de los tres, fue la figura que colgaba de él. Un lobo. La cabeza de un lobo alfa y en el centro de su cuello, un topacio.

—El topacio es la piedra de Jin. Por eso la escogí. Quería darle algo significativo y lo que representa para mí. Es mi alfa, mi guardián. El señor Yook hizo uno más pequeño para mí. Así lo llevaré siempre conmigo.

—Es hermosa Jungkook. Estoy seguro que Seokjin lo apreciará—. Ambos omegas quedaron encantados con el regalo y ahora entendían que el ir hasta allá, había valido la pena. Sin embargo, lo más curioso se dio cuando iban saliendo. El viejo Yook tomó la mano de Tae y lo miró a los ojos.

—Felicidades para ti y tu alfa. Son tres—El omega no entendía a qué se refería y miró al joyero con un gran signo de interrogación en su rostro. Justo en ese momento Jungkook comenzó a reír.

—Son tres cachorros, pequeño. Cuando Jungkook-ah vino aquí hace dos meses, le dije que eran dos cachorritos...se sorprendió, igual que tú. Cuídate mucho.

Jungkook tomó a Tae y a Yugyeom que seguían mirando al señor Yook con la boca abierta y los sacó de ahí. Era verdad, había adivinado sin que él dijera nada, que eran dos bebés. ¿Estaría equivocado con Tae?

Horas más tarde, cuando Jungkook llegó a su casa, fue directo a la ducha. Sus cachorritos habían estado muy inquietos y estaba agotado. Al llegar a la oficina luego de ir por el regalo de Jin, Mark le había dado una noticia que lo había sorprendido. Por eso ahora, todo lo que quería era ponerse un pijama cómodo e ir hasta su nido para esperar a su alfa. Era viernes y tenía clases hasta tarde, pero, el sábado lo tendría libre e irían a casa de las madres de Seokjin.

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