|• Acosadora •|

11.- Miedo y... amor

"Encontré mi canción en ti"

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[Adrien]

Regresaba a mi hogar con el corazón casi a mil por hora, no podía respirar, sentía que en cualquier momento me iba a desmayar, no podía creer que una de las personas que más confiaba resultará ser una loca, una obsesiva, una acosadora, era lado que realmente me dolió, ya no sabía en quien confiar, después de todo, suponía que mis "amigos" la pudieron apoyar un poco en todo esto.

Llegué a salvo, por el momento. Tenía un miedo tan grande que se apoderó de mí, y una vez más, corrí, corrí para que Nathalie no me viera, para que mi padre no me preguntará nada, solo quería encerrarme en mi cuarto y llorar, esconderme, y sentir que estaba seguro, solo quería eso. Rezaba por qué esto fuera un sueño, que nada de lo que había sucedido este día fuera real, tal vez si era un sueño, uno que se había sentido tan vivido, me pellizque, me golpee, me lastime, y nada, todo era real...

Todo era real.

Ni en mis sueños podía encontrar seguridad, repetía la misma escena una y otra y otra vez, no podía cerrar los ojos y no ver aquella siniestra mirada. Solo pude encontrar consuelo en aquel ser que se acurrucaba al lado mio.

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[Narrador]

La mañana se hacía presente y el joven lo sabía, no sentía ánimos de levantarse, de comer o de siquiera hacer algo por su vida. Apenas puedo encontrar un poco de ánimos con su gato, que aún hacía dormido encima suyo.

De mala gana se había despegado de su cama y dirigido al comedor, donde Nathalie ya lo esperaba pacientemente.

—Nathalie —puso su mirada a la de lentes —No me siento muy bien... ¿Puedo faltar a la escuela hoy? — termino e hizo expresión de "Me estoy muriendo".

—Si te sientes mal puedes faltar Adrien, tu salud es lo primero— con tono cariñoso hablo y dirigió su mirada a su Tablet, con la cual reorganizaba todo —Solo avisaré a tu padre— termino de decir, liberando a Adrien del desayuno. Él solo quería regresar a su habitación, donde sentía seguridad... una falsa seguridad.

Unas horas pasaron, nadie había llamado para ver si estaba bien, nadie, además de su padre y Nathalie lo fueron a ver un par de veces, tenía miedo que se hubieran olvidado de él o que aquella azabache hubiera dicho alguna mentira que solo haría más dolorosa su vida. Solo tenía el consuelo de Plagga, sentía que solo podía confiar en él, aun siendo solo un gatito.

Al ver cómo el día pasaba de una forma lenta, pero sobre todo de forma aburrida, se dispuso a conciliar un poco el sueño que esté había perdido la noche anterior, después de todo, él no tenía nada mejor que hacer.

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[Adrien]

Puede escuchar un pequeño ruido, el cual me hizo despertar de forma brusca, me había sacado un susto enorme. Mi cara de torno roja cuando puede ver a Luka en mi habitación, "¿Que hace él aquí?", fue mi primer pensamiento antes que los nervios se hicieran presentes. Mi cuerpo no respondía y solo atiné a hacer un saludo algo torpe que lo hizo reír un poco.

—Hola Adrien — me saludo, con aquella sonrisa que tanto lo caracterizaba. —¿Te levanté?, perdona —se disculpó de forma avergonzada —Estaba tratando de prepararte algo, pero creo que hice mucho ruido —rio torpemente.

—No-No te preocupes, yo ya me iba a levantar —me reí ante aquella tan estúpida excusa.

—Ya veo —hablo con tranquilidad mientras se acercaba a mi cama con algo en la mano que parecía una pequeña cajita, la cual venía decorada con un pequeño gato que estaba a un lado. — Esto es para ti, Adrien — Me entrego la cajita, sentí una gran felicidad al ver aquel detalle, mi corazón se aceleró.

—Oww, gracias — agradecí con alegría, pude ver cómo una sonrisa se formaba en sus labios y como un pequeño sonrojo se posaba en sus mejillas, o a lo mejor solo era mi imaginación.

Abrí el regalo y pude ver una púa, unos chocolates y una pequeña notita que decía:

"Espero poder ver aquella tan hermosa sonrisa que hace que mi corazón se emocione"

Sentí mi corazón palpitar. "¿Acaso era una declaración?"

Lo vi a los ojos, sentí que su mirada transmitía calidez y calma, conseguí consuelo en aquellos ojos color azul, el mundo se detuvo, y de repente, solo éramos él y yo.

—Adrien —escuche como sus labios pronunciaron mi nombre de una forma dulce. —Necesito decir algo —sentí mi respiración detenerse al escuchar esas simples palabras, mi mente divago y miles de escenarios apreciaron.

Tomo mis manos con dulzura.

—¿Si, Luka? —trataba de no tartamudear y dejar en evidencia mis nervios.

—En el tiempo que nos hemos conocido he sentido que he conectado contigo —hizo una pequeña pausa, en la que aprecia buscar las palabras correctas con las cuales expresarse —Eres un chico extraordinario Adrien, tan claro como una nota musical y sincero como una melodía, eres la música que suena en mi cabeza desde que nos conocimos—.

Mi corazón latía con fuerza mientras escuchaba las sinceras palabras de Luka. Una mezcla de emociones me invadió: sorpresa, alegría y un poco de temor por lo que fuera a venir. Pero de algo estaba seguro, quería que él estuviera conmigo.

—Luka, yo también siento algo especial por ti —confesé, mientras mi voz temblaba ligeramente.

Un silencio se extendió entre nosotros, mientras nuestras manos seguían entrelazadas. Era como si el universo se hubiera alineado en ese momento.

Luka rompió el silencio con una sonrisa suave y se acercó un poco a mí. Nuestros labios se encontraron en un tierno beso, el cual solo que duró unos segundos.

Nos miramos a los ojos, sabiendo lo que nuestras miradas reflejaban.

Sentía que nada iba a poder arrebatarme aquella felicidad que sentía en ese momento.

...¿Verdad?

-977 palabras

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Primero, un pequeño dibujo de como se vería la cajita:

Segundo, vengo a poner mi presencia de creador y preguntar ¿Que tipo de finales les gustan más?
En lo personal los finales felices no son lo mío y prefiero mil veces los finales tristes, aunque me partan el corazón. Así como en "La canción de Aquiles", sigo dolida por el final, pero en fin, bonita semana. -30

¡Este capítulo fue corregido y modificado!