|• Acosadora •|

12.- Así empezó

"Solo sé que me gustas"

~•[Luka]

Mucho tiempo atrás

No sé en qué momento te empecé a amar o siquiera cual fue el momento exacto en el cuál tu sonrisa era en lo único que podía pensar. Tal vez eran tus grandes ojos azules o tu hermoso cabello azabache, no lo sabía.

Tu forma de tratarme y en cómo me mirabas hacía que mi corazón latiera con gran intensidad.

Todos los días llegaba a la escuela pensando "¿Te volveré a ver?" y todos los días esa pregunta hallaba respuestas con tu presencia.

Al principio pocas palabras cruzaban entre nosotros, algunas por casualidad, otras por mero capricho de escuchar el sonido que tus cuerdas vocales hacían al llamar mi nombre.

Los mensajes eran más frecuentes y eso llevaba de gran dulzura mi corazón.

A veces me preguntaba, ¿Te fijarías en mí? Me veía al espejo y pensamientos intrusos llenaban mi mente, pensamientos que no se disiparían nunca. Ese siempre fue mi mayor temor y, cuando supe por bocas de otros que alguien que no era yo llamaba tu atención, se me destrozo mi corazón en mil partes.

Las noches la pasé en vela, esperando a que las estrellas vieran a través de mi corazón y cumplieran mi más anhelado deseo.

Sabía que aquellos labios tan dulces nunca serían míos y esos ojos tan brillantes como el cielo azul nunca me mirarían como los míos te miraban.

Deje de buscarte, deje de querer escuchar tu voz y deje de quererte, sabía que para mí eras inalcanzable. Aunque, en lo más profundo de mi corazón aún había una esperanza... una falsa esperanza donde tú me amarás...

Así paso un año donde aquel cariño que te tuvo finalmente desapareció. Y ahí fue donde te vi. Esa dulce mirada capto totalmente mi atención haciendo que mis pulmones de quedaran sin aire por un momento.

"Hola Juleka", escuche salir de tus labios, tu voz era lo más hermoso q había escuchado, más hermoso que los cantares de los ángeles, o así lo veía yo.

Sus facciones eran atrayentes, ¿y como no iban a serlo?, después de todo era un modelo.
Sentí como su mirada se fijaba en mi, respire de forma discreta, regresando el oxígeno a mis pulmones y me le di una amable sonrisa.

"Un gusto, Luka"

"El gusto es mío, Adrien"

Ese fue el inicio de una pequeña conversación donde él fue el mayor hablante, sentía como mis oídos eran bendecidos con cada palabra que el decía.
Después de aquel primer encuentro me asegure de verte cada día en aquel lugar, con la mera excusa de ir a dejar a mi tímida hermana.

Así las semanas fueron pasando y sentía como me enamoraba más de ti, aún lo poco cercanos que fuéramos.
Algunos días te vi deprimido y ahí una idea surgió de mi enamorado ser... Escribirte una nota, fue corta pero todos mis sentimientos fueron puestos en ella. Aquella carta te hizo tan feliz...

Un día, por boca de mi hermana, me entere que te encontrabas enfermo, fui a verte a tu casa con tus demás amigos.
Al entrar vi como tus ojos se iluminaban al vernos.
"Espero que no te moleste que allá traído a Luka, el insistió" dijo mi hermana, la golpee con el codo al verme expuesto con aquel comentario. Marinette pareció molesta...

Fije mi atención a un pequeño gato que llamaba por mi atención, lo cargue. "Que bonito, ¿Es tu gato?" Me acerque a Adrien y atrevidamente me senté en su cama llevando al gato consigo.
Así pasamos un buen rato hasta que llegó la hora de irnos de ahí, pero mi corazón se quedó contigo.

Volviste a la escuela y mi alegría volvió.
Más semanas transcurrieron y mi valor aumentó, sabía lo que sentía por ti.

Planee la forma en como confesar mis sentimientos y, la encontré.
Con algo de vergüenza tuve que pedir ayuda a su asistente, Nathalie, ella con gran alegría en su corazón me ayudó.
El plan era: entrar a su cuarto, acomodar en una mesita unas flores y una caja donde se podía ver una púa que significaba mucho para mí, sus chocolates favoritos y una pequeña notita.

Todo iba de acuerdo al plan, había entrado al la habitación mientras el dormía, Nathalie había ido por las flores y yo estaba acomodando la mesa, pero mi torpeza me jugo mal, tropece con la mese haciendo ruido en el proceso y despertando al chico que dormía plácidamente en su cama. Los nervios me consumían pero guarde la calma, improvise lo más que puede. Tal vez no salió como yo esperaba, pero, fue perfecto.

Pasamos la tarde juntos, fue el día más feliz de mi vida, nada podía arruinar la felicidad que sentia en ese momento.

¿Verdad?

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