SAVE ME angelito (gip)

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Había transcurrido un mes entero desde que sirvienta y tailandésa se habían conocido, con mucha lástima ahora no se daban mucho la cara, ya que el señor manobal apareció nuevamente, aparecía con sus amigos a apostar.

Una noche a las tres am jennie fue despertada de un golpe en el rostro, pudo presenciar a dos hombres llevándola tomadas de pies a manos, no reacciono mal, por que vio al señor manobal.

__Jennis es un gran ayudante, podría cambiartelo.—Habló el señor Manobal.

__¿Perdón?.—La pelinegra lo miro a los ojos.—¿Que dijo?.—Tenía el corazón acelerado del susto.

__El es el señor Hernan, es un gran empresario, y estoy negociando para que te trasladen.

La pelinegra quería llorar, iba a pasar nuevamente, la iban a vender. Miró al señor Hernan, este era bigotudo, viejo, tenia cara larga, y humo de sus labios salía, un hombre intimidante.

__Buenas noches Señor Hernan.—Se inclinó con respeto. Vaya que el miedo la estaba matando, la educación no iba a faltar. Quería masajear su rostro ya que le dolia por el golpe que usaron para despertarla.

__Es pequeño, y parece un niño de los que salen a gritar por su orientación sexual.—Habló el señor. La pelinegra apretó sus puños mientras miraba el suelo con temor.

__Dije lo mismo. Realmente es un chico inteligente, y buen ayudante.—Explicó. Ya le había contando mucho de él mientras salían a apostar.—Lo apuesto por una de tus mujeres.

__Tu cabeza falla señor Manobal. Este niño me serviría para guardar mis datos personales, por lo que me explicaste es inteligente. —Fijó su mirada en la de ojos gatunos.—Me beneficiaria en muchas cosas.

__Esta en tu desicion.—Revelo una carta.—Este es mi número, por si piensa en consultar.

__Me lo llevare hoy, tengo a una chica en el auto.

__¡Trato hecho!.—Tomó su mano.

Por millones de veces sintió aquel mareo, esas ganas de querer ser salvada, estaba rezando en su cabeza para que llegue su ángel guardián y la rescate inmediatamente. Así pidiendo, la puerta del comedor sonó fuertemente haciendo asustar a todos. Voltearon y se encontraron con la ojiverde, aquella mujer contenía un pijama blanco, y el cabello revoltoso.

__¡Hija mía!.—Se alejó de los demás hombres para ir con ella.—Dios.. ¿Que haces despierta?..

__Estas nuevamente con el señor Hernan, ¿Que es lo que necesita?, me da rabia.—Expresó con los puños apretados. Fijo su mirada en la pelinegra quien tenía la mirada en ella, pero la volteo inmediatamente al chocar con sus ojos.

__No estés celosa, estamos negociando con Jennis, el decidió irse a otro sitio.—Explicó con una mentira inmediata.

__¡Que interesante!.—Expresó felicidad falsamente. —¡Déjame participar!.—Pasó por su lado rápidamente. El señor quiso pisar todo de él mismo al ver a su hija ir hacia los hombres.

__Mi Hija... Lo siento señor, ella es curiosa.—Explicó algo nervioso.

__Hola Hernan, nos vemos nuevamente.—Saludó la tailandésa con formalidad, y luego miro a la pelinegra.

__Buenas noches Señorita Lalisa.

La tailandésa fijoneo ala pelinegra de arriba a abajo, y coloco sus manos en sus hombros, y la sacudió con drama.

__¡Dios, jennis!, ¡¿Como es eso que te vas?!.—Alzó la voz con un polvo de drama.

__S-señorita Manobal, debo irme..—La miró. Expresó con verla que quería llorar millones en ese instante.