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La tailandésa había escuchado una canción, mientras acomodaba las cobijas. Supuso que los sirvientes estaban pintando con su hermana. Con un poco de pesadez fue hacia aquella habitación y fijoneo.

Se encontraban los tres pintando, se veían super bonitos y felices, eso pensaba la tailandésa. Más bien se veía el chico quien pintaba un lindo sol, se sentía extraña al verlo, desconocía el sentimiento.

__¡Mosca!, ¡Ven únete!.—Llamo la rubia, la Autraliana.

__¡Claro, rosie!.—Se Unió a su grupo. En eso recibió las miradas de los sirvientes.—Buenos días, Jisoo, Jennis.

__Buenos días señorita Manobal.—Saludaron educadamente las dos.

Solo se quedó mirando como pintaban, y si tenia razon, la música era Lana del Rey, era tranquila, perfecta.

__Toma, puedes pintar el césped.—La pelinegra Jennie le dio un pincel.—Si quieres...—Sonrió, extrañaba ver a aquella mujer que la había salvado el día de ayer.

__A-ah, claro, Jennis.—Tomó el pincel. Trago grueso al sentir sus dedos rozar.—¿Cuantos años tienes?.—Preguntó. La pelinegra la miro y solo se quedó sorprendida por la pregunta.

__V-veintitrés, ¿p-porque?.—Preguntó un poco avergonzada por esos ojos verdes posados en ella.

__Tenía curiosidad, pareces más joven.—Soltó junto una carcajeada mientras empezaba a pintar el césped color verde. La pelinegra se quedó mirandola, apreciando aquel perfil, pero al darse cuenta de lo que había volteo rápidamente.

__¿C-cuantos años tienes tu?.—Preguntó un poco nerviosa.—P-perdon si es inadecuado, también tengo curiosidad..

__No seas educado, ni tengas modales conmigo, Sirviente Kim.—Suspiró mientras seguía pintando. La pelinegra asintió con la cabeza.—Tengo Veintiún. soy un poco más joven.

__Eres una niña aún.—Soltó una risita. Desde cuando se sentía cómoda, dios, estaba hablando con la hija del mismísimo señor que le quería hacer cosas indebidas, al igual que a Jisoo. Miro a su "Hermana", y noto que estaba super contenta, y le parecía tierna ya que veía como la Autraliana le dejaba pintura en el rostro con sus dedos en forma de juego, al igual que ella, juego de a dos.

__Disculpe, ¡entonces tu eres un niño!.—Exclamó algo ofendida.—¡Son solo dos años!.

__P-perdon..

__¡Dejen de pelear!.—Alzó la voz la rubia mientras caía al suelo, la pelinegra habia caído encima, reía, estaba pintando todo el rostro de la rubia con pintura.—¡Esta niña!.

__Me ofendí, señor kim Jennis.—Exclamó.

__Fue una forma de decir.—Bajó la cabeza con pena, no sabía si estaba reaccionando mal o bien.

__Hey.—Soltó una risita.—No es para tanto, solo es juego, como aquellas salvajes.—Indicó con los ojos.

__A-ah, me asuste..—Apretó sus nudillos.—Gracias.

__¡Hey!, No te eduques, no me gusta la educación de tu parte, ni menos de jisoo, sean ustedes.—Exclamó.

__¡E-es cierto!, ¡Díganle perra!.—Batalleaba con la pelinegra mayor encima.—¡Que fuerte es mi esposa!.—Exclamó la rubia.

__¿Esposa?.—Se detuvo la pelinegra Jisoo. Las otras dos quedaron tildadas al escuchar eso.—¿Eres mi esposa?.—Sonrió.

__Ahora eres mi esposa.—Sonrió mientras enredaba sus manos en su cuello.—Besame, besame.—Hacia piquito.

__Amo a mi esposa.—Hizo piquito para ir a besarla pero la tailandésa las aparto de un golpe.—Ay..

__Auch.—Quejó la rubia al recibir tremendo golpe.

SAVE ME angelito (gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora