—Está disminuyendo el periodo de tiempo entre asesinatos. El su-des al principio mataba cada tres semanas. —Spencer cogió aire. —Ahora, está tardando menos de 48 horas.
Hotch colgó el teléfono, su semblante, como siempre, lucía serio y firme.
—Sabe que le estamos siguiendo.
Guideon entró en la sala donde estábamos los miembros de la UAC, apurado.
—Este repentino cambio de tiempos entre asesinatos se debe a algo... ¿Tenéis algo nuevo?
Todos miraron a Guideon en silencio. El sujeto no estaba cometiendo errores por el momento, no habían huellas y ningún sospechoso. Estaba siendo complicado.
Hotch suspiró.
—Vayamos a la escena del último crimen, quizá haya algo nuevo.
Todos salieron de la comisaría detrás de Hotch, casi en fila. Morgan iba detrás de Reid, cuando nuevamente se fijó en el oficial Philips. Derek frunció el ceño cuando se dio cuenta de que el hombre estaba mirando nuevamente a Reid, siguiendo sus pasos con la mirada.
Desconcertado pero molesto, al darse cuenta, antes de salir por la puerta se puso al lado de Reid y colocó su brazo en el hombro del joven mientras continuaban caminando.
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—Levanta esa cabecita tuya, vamos a encontrar al que está haciendo esto. —Aprovechó para tratar de animar al genio, que estaba notoriamente desanimado.
Reid, al percatarse de la repentina cercanía del moreno, se convirtió en un recipiente de nervios y sonrojo, percatándose de lo rápido que iba su pulso. Podía notar su gran mano en el y su cara a pocos metros de la suya, era inevitable ponerse nervioso.
— S-si, cierto. —Spencer seguía cabizbajo, pero esta vez para ocultar su rojo rostro. Aunque le puso nervioso, en el buen sentido, su apoyo le hizo sentir mejor.
. . . .
— Tch...
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