11: °• ᴄᴀᴅᴀ ᴠᴇᴢ ᴍᴀ́s ᴄʟᴀʀᴏ •°

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—No, tranquilo... Te lo diré.

Aquellas fueron las palabras que hicieron que Morgan abriera los ojos un poco más de lo normal, dispuesto a escuchar atentamente.

Reid se separó lentamente de Morgan, aunque en realidad deseaba quedarse así todo el tiempo posible, y se sentó en la cama cuidadosamente, ya que aún sentía dolor, a pesar de que la medicación lo disminuía ligeramente.

Morgan, al percatarse de la acción de Reid, caminó hacia la cama y se sentó a su lado. Le dedicó una sonrisa amable y le pasó la mano por el hombro, que seguía frío.

—¿Estás seguro?

—Si, si.

. . .

—Todavía sigo muy asustado. —Suspiró Reid tras hablar. —A veces, de manera repentina me vienen flashbacks de lo que ocurrió. Por no hablar del dolor que siento, que por momentos se agudiza y o, me duele menos o me duele más.

—Reid... —El moreno, con los ojos tristes, miró al joven genio, que estaba encogido con los pies encima de la cama y recogiendo sus rodillas con sus brazos. —¿Por qué no me lo contaste antes? Es más difícil si te lo guardas.

—Tenía miedo de parecer un llorón. No quería parecer más vulnerable de lo que soy.  —Agachó la mirada.

De pronto, Morgan desplazó su mano hasta el rostro de Reid y la colocó en su barbilla para levantarle la cara y así hacer contacto visual.

—Escucha, no eres un llorón ni mucho menos. Eres muy fuerte, ¿entendido? —Añadió seriamente mientras seguía con su mano en la barbilla del menor, quien le miraba sorprendido y ligeramente sonrojado.  —Has vivido una experiencia muy difícil de afrontar y probablemente traumática. Es completamente normal que necesites llorar de vez en cuando y, cuando lo hagas, tienes un hombro donde hacerlo. —Añadió finalmente con una sonrisa.

Tras aquellas palabras, los ojos de Reid se iluminaron como si estuviera mirando fijamente al sol. Aunque, en parte, lo estaba haciendo. Aquel hombre que tenía a su lado era su sol, quien iluminaba sus días como nadie más sabía hacerlo.
Y ahí, fue cuando se dio cuenta de que, a pesar de que puede que nunca llegara a ser correspondido, no se arrepentía de los sentimientos que tenía por el.

A pesar de que, mintió un poco, había logrado tranquilizarlo, más o menos.

Evidentemente había mentido. Aunque en realidad realmente sentía lo que le había contado, no era la razón por la que lloraba. Y de momento, aún no estaba listo para decírsela.
No obstante, deseaba que algún día tuviera la oportunidad de hacerlo.

—Morgan... De verdad, no sabes cuánto te lo agradezco. —Dijo echándose a sus brazos, ignorando el dolor que sentía cuando hacía movimientos bruscos. —Siempre logras ayudarme, sin importar cómo.

Morgan, al notar el repentino abrazo de Reid, no pudo evitar esbozar una sincera sonrisa de oreja a oreja.

—No es nada que tengas que agradecer, estoy aquí para lo que necesites.

Ambos se quedaron en silencio abrazándose el uno al otro. Cada uno pensaba a su manera, pero lo que no sabían es que pensaban en lo mismo: lo mucho que estaban disfrutando aquel abrazo.

Se habían abrazado antes, sí. Pero aquel abrazo estaba siendo especial. Era sincero, cálido y dulce, lleno de cariño. Un abrazo que, a pesar del silencio del que estaba rodeado, no era incómodo. Y el cual ninguno de los dos quería terminar.

・°-: ✧ ᴅᴏs ᴛᴏɴᴛᴏs ᴍᴀ́s ✧ :-°・Donde viven las historias. Descúbrelo ahora