8: °• ᴘʀᴏʙʟᴇᴍᴀs •° ᴘᴛ. 4

460 45 8
                                    

. . .

Pestañeó lentamente y ahí estaba: su cálida y cómoda habitación, repleta de libros y alguna que otra taza de café. Una ligera sonrisa se esbozó en su rostro, pues se sentía extrañablemente cómodo. Era extraño, ya que no era sorprendente sentirse bien en su cuarto, pero era una sensación diferente, como si hiciera mucho tiempo desde que no sentía algo así.

Estaba sentado en su gran cama, apoyado en la pared. Quiso estirarse para agarrar su tan querida manta y arroparse, pero un agudo y extrañamente reconocible dolor le recorrió todo el abdomen.

De pronto, comenzó a escuchar una voz.

-¡. . .! (Irreconocible)

Evidentemente se asustó. Nunca antes había escuchado voces en su cabeza, ¿qué sucedía?

-¡Te he dich...! (Poco a poco más reconocible)

Con el paso de los segundos, aquella voz se hacía cada vez más fuerte y cercana, como si se fuera acercando cada vez más a él.

. . .

El pacífico silencio del que disfrutaba hace unos pocos minutos fue interrumpido de un momento a otro.

-¿¡Me estás escuchando!?

Finalmente reaccionó.

-Hasta que decidiste volver... Fíjate que me asustaste y todo.

El mundo de Reid se vino abajo al darse cuenta de que su cerebro, a causa del dolor físico y mental que estaba sufriendo, lo llevó a un escenario imaginario totalmente lejano a lo que le estaba sucediendo realmente. El dolor que hace unos minutos no sentía, se le vino arriba sin previo aviso y todo su cuerpo se contrajo.

Lágrimas comenzaron a acumularse en sus hinchados ojos. No podía aguantar más ese dolor, no quería aguantarlo más.

-Oye, no... ¿por qué lloras? Tú me has obligado a esto, yo no quería. -El agresivo hombre cambió nuevamente de semblante. Apartó su zapato del malherido estómago de Reid y se acercó a su cara.

Con su áspera y grande mano, fue a tocar el débil rostro del más joven y este, con sus últimas fuerzas, se resistió a su toque.

-No me toques. -Susurró.

Los ojos de Philips se abrieron de par en par. No entendía aquel rechazo y por supuesto, no lo quería aceptar.

-Te acabo de demostrar el amor que siento por ti, ¿qué más tengo que hacer para que entiendas lo mucho qu...

-No.

-¿Qué? ¿N-no qué?

-No puedes seguir haciendo esto, Philips... No estás bien, tienes que darte cuenta de lo que estás haciendo... -Con las pocas energías que le quedaban, Reid trató de razonar con el hombre, con la intención de encontrar su parte sensata. -Te podemos ayudar, Sólo tienes qu...

Sin previo aviso, el hombre se abalanzó sobre Reid, sosteniendo sus manos por encima de su cabeza.

-No tienes que decirme que o no hacer. ¡Sé perfectamente lo que estoy haciendo y por qué! ¡Eres tú el que no quiere razonar!

・°-: ✧ ᴅᴏs ᴛᴏɴᴛᴏs ᴍᴀ́s ✧ :-°・Donde viven las historias. Descúbrelo ahora