Capítulo 6

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12 de abril del 2014, Gotham City, 03:36 P.M

-Megan, vamos, arriba, tenemos que hablar de algo- Murmuro Bruce, mientras me sacudía levemente, me empecé a tallar los ojos, con mucho cuidado. Me fui sentando levemente de la cama, me sentía muy adormilada, debía de ser honesta y decir que la cama era demasiado cómoda.

-De lo que me comentaste ayer, quería decirte que acepto, vamos a inscribirte a clases de patinaje-

Senti como el sueño abandonaba mi sistema, y en cambio entraba una gran ola de emoción, no puede evitar abrazar al señor Wayne de la felicidad que sentía.

-Muchas gracias, en serio muchísimas gracias, señor Wayne-
-Pero con una condición, Megan, cuando entres a la escuela vas a tener buenas calificaciones y vas a intentar socializar-
-Juro que daré lo mejor de mí, se lo agradezco demasiado-
-No es nada, pero no me digas señor Wayne, me haces sentir demasiado viejo y un pajarito por ahí me cometo que tambien practicabas Ballet, ¿no quieres volver ahí tambien?-

Me separe levemente del abrazo, confundida, claro que me gustaban mis clases de ballet pero sentía que eso ya era abusar de la residencia que me daban los Wayne.

-Realmente me gustaría demasiado, señ... Bruce, pero tampoco le quiero pedir demasiado-
-No tu tranquila, puedes pedir lo quieras, quiero que te sientas cómoda, porque este va a hacer tu hogar por mucho tiempo, incluso si algún día te vas, esta mansión va a hacer tu casa, así que cuando nos necesites siempre vamos a estar ahí-

No puedo evitar sonreír, mientras asentía levemente, Bruce se separo levemente, vi el reloj de la pared... ¡No puede ser ya era demasiado tarde! Literalmente me pare rápidamente de la cama y baje corriendo las escaleras, pero cuando vi a Alfred termine de bajarlas con calma.

-Buenas tardes, señorita Jannette, es bueno que se venga levantando, le deje algo preparado de comer, deje se vuelvo a calentar para que no se lo coma frio-

Asentí levemente y empecé a buscar a los demás, pero no habia nadie en la casa, así que decidí pasear por la sala de la mansión, era demasiado grande si era honesta, repleta de fotos familiares, esperaba que si no regresaba a asociación podría a parecer en algunas de esas fotos sin problemas.

-Señorita, ya quedo su comida, ¿Se la dejo en el comedor o va a comer en la cocina?-
-En la cocina, por favor, Alfred, Bruce de seguro ya se fue de regreso a su trabajo... ¿Tu sabes en donde están los chicos?-
-Los jóvenes salieron hacer compras, el amo Bruce dijo que quería que sus habitaciones fueren remoladas y que tenían que comprarse nueva ropa, que era muy poca la que traían o que las acomodaran para que se sientan como en casa-
-Ya lo veo, ¿Tienen una biblioteca o algún lugar de entrenamiento como para gimnasia o baile?-
-Por supuesto, pero primero me gustaría demasiado que comiera algo, de seguro su estomago se lo pide a gritos-

Rei levemente y el mayordomo me acompaño hasta la cocina, se quedo todo el rato que me la pase comiendo, era demasiado bonito tener a alguien te acompañara en tus comidas, definitivamente la comida de Alfred era de las pocas que habia probado y que por el momento era mi favorita.

-Te quedo delicioso Alf, muchas gracias de verdad y no te preocupes yo lavare esto-

Dije mientras agarraba mis platos y me los ponía a lavar, Alfred asiento de manera de agradecimiento, pero sabía que no se sentía del todo conforme en que yo lavara los platos, pero supongo que me dejaría hacer cosas para que no me aburriera, después de que acabara me acompaño a una sala vacía pero tenia espejos en una parte perfecta para mejorar mis saltos o movimientos en la pista de patinaje.

Le agradecí silenciosamente a Alfred, mientras me iba cambiar a ropa deportiva, era de esos momentos perfectos que podía dedicarme a mí misma, empecé a calentar, tenia mi mirada fija en el espejo, si me equivocaba solo una vez, no me importaría volver a comenzar hasta que todo me saliera perfecto. Los saltos y algunos movimientos que aun sentía que no me salían, los practicaba una y otra vez, sin importar cuanto me cayera o tropezara, debía de intentar que por lo menos se vieran bien.

Si quería regresar al patinaje y al ballet, no podía permíteme simplemente decepcionarme o a Bruce, quería que supiera que esta era mi vocación, que a esto era a lo que me quería dedicar, que era mi pasión y que por nada del mundo la dejaría ir.

Así que aquí me la pase la gran parte del día, estando en mi lugar feliz.

12 de abril del 2014, Gotham City, 04:22 P.M

Estar con estos chicos era una tortura, definitivamente no dejaban de hablar hasta por los codos. Mo podía creer que padre los hubiera adoptado, solo eran unos idiotas. Y más, ¿como se llamaba? Timothy... Si creo que así era. Habia llegado en el mañana alterado de que Bruce hubiera acogido a otros dos niños, cuando ya habían quedado que no iba a haber a mas niños que meter a su mundo de Batman con sus sidekick's contra peligrosos criminales.

-Entonces, Dami... ¿Sabes que le gusta a Megan?-

La única que podía llamarme así era Megan, nadie mas podía, pero no quería meterme en problemas, suficientes ya tuve con padre, como para meterme en más gratis, la confianza de Grayson, era algo sorprendente, como no pensaría que lo atacaría por la noche o algo por el estilo.

-No sabría decirte con exactitud, pero estoy seguro que es encanta de la ropa romántica o algo elegante, pero tambien suele tener un estilo mas cómodo, no se como explicarlo, pero estoy seguro que ama ocupar vestidos o faldas, suele amar las sudaderas, botines y por supuesto sus converse, ella no sale a ningún lado sin sus converse, en ropa deportiva suele ser muy variada, no tiene un estilo fijo, ama el patinaje artístico y el ballet, tambien le gusta leer demasiado libros de fantasía, a donde su imaginación le haga volar-
-Y a eso se le llama no saber con exactitud- Murmuro sarcástico Todd, lo voltee a ver algo molesto.

Cuando acabamos de hacer las compras, padre paso por nosotros, en uno de sus tantos carros, pues decía que era mucho y que no íbamos a poder con tanto. Se sentía raro, tener cosas que sabrías que iban a hacer para ti, y no te tenias que conformar con algunas pocas, era un golpe medio duro, para ser honesto, hasta sentía que no iba a ocupar la mitad de estas cosas.

El camino a casa fue silencioso, por fin, habían sido las peores siete horas de mi día, aparte de desmadrosos, se comportaban como niños pequeños, simplemente patético.

-Damián, ¿Hay algo que te guste como para que te inscribamos a clases?- Me pregunto padre, mientras me miraba por el espejo retrovisor
-Yo no necesito clases, pero como esta en nuestro acuerdo voy a aceptar a que me metas a clases de violín y de esgrima-
-Tranquilo, Dami, la Academia Gotham, tiene clases avanzadas, así que puedes estar con diferentes chicos, cualquiera de nosotros ya pasamos por ahí-

Hablo tranquilo Dick, era tan... alegre que a veces llegaba a molestar, aunque seria muy pronto para hablar, no sé si está intentando esconder algo o simplemente quiere fingir que nada sucede. Cuando llegamos a la mansión Alfred ya nos estaba esperando, entre todos los presentes ayudamos a bajar las cosas, literalmente compramos de todo, ropa de cama, almohadas, ropa, accesorios para el cuarto y para el baño, era simplemente sorprendente todo lo que habia pasado.

-¿Y Jannette?- Cuestionó Todd
-Desde que el Amo Bruce le dijo que la inscribiría a clases de patinaje y de ballet se la ha estado pasado ensayado, quiere hacer las cosas bien-
-La voy a ir a ver- Solamente lo dije, mientras empezaba a subir las escaleras.
-Segundo piso, a la izquierda, sexta puerta-

Seguí las indicaciones de Alfred, esperando a ver que estaba haciendo, se escuchaba la canción de las variaciones de Odile, del ballet de Black Swan, o por lo menos creo que así se llamaba, abrí con muchísimo cuidado la puerta, sabia lo mucho que odiaba ser distraída por el mínimo ruido posible.

No podía mentir diciendo que los pasos tan finos y elegantes, incluso rectos de la menor eran tan atrayentes, sus zapatillas desgatas tocaban firmemente el suelo, aunque era algo que practicaba menos que el patinaje artístico lo amaba, su cabello castaño brillaba levemente con la luz del sol, al igual que iluminaba sus ojos, haciendo sus expresiones fueran mas perfectas, la luz que le brindaba el sol, solo hacia que ella fuera lo que mas destacara en la habitación. Lo hacia perfecto y por mas bailarinas que viera en las misiones, ella siempre lograba tener toda mi atención.

𝔏𝔬𝔰𝔱 𝔖𝔬𝔲𝔩𝔰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora