Yamagishi retrocede cuando dos motos se detienen frente a él y sus amigos inmediatamente están a su lado, jalándolo hacia atrás y cubriéndolo con sus cuerpos.
El de cabellos castaños parpadea rápidamente y luego se relaja en el agarre de sus amigos cuando ve a los gemelos Kawata mirándolo atentamente.
—¡Chicos!, ¿Qué rayos? —Cuestiona Makoto aun abrazando la cabeza de Yamagishi contra su pecho— Pensé que iban a secuestrarlo.
La sonrisa de Smiley crece y Angry se sonroja cuando nota la mirada inquisitiva de sus amigos, el de cabellos anaranjados apoya sus codos en el manubrio de su motocicleta y apoya su barbilla en sus manos.
—¿Y si eso es lo que planeamos? —Cuestiona Nahoya— ¿Pueden detenernos?
—Podríamos... —Asiente Makoto— No te lo puedes llevar si nos colgamos de él.
Smiley suelta una carcajada y Souya niega con la cabeza, bajándose de la motocicleta y acercándose a Yamagishi quien se ha apartado de Makoto.
El de cabellos azulados toma el rostro del omega entre sus manos y deja un beso en su frente, provocando la burla de sus amigos quienes se callan al instante cuando notan la venita en el rostro de Angry.
—¿Quieres venir a dar un paseo?
Yamagishi suelta una risita nerviosa, para luego mirar a sus amigos quienes le observan expectante y luego estos le sonríen alentadoramente.
—Ve con ellos, Yamagishi —Le dice Akkun— Nosotros iremos al árcade y luego a casa.
—¡Nos vemos chicos!
—¡Te lo traeremos en una pieza!
Les grita Smiley cuando estos comienzan a alejarse. Souya lo ayuda a subirse detrás de Nahoya, y luego el de cabellos azulados se va a su motocicleta.
Avanzan por las calles mucho más lento de lo que acostumbran, disfrutando el viaje y Yamagishi está aferrado a la cintura del de cabellos anaranjados, sus manos sobre el cálido estomago del alfa.
—¿A dónde daremos un paseo?
—A nuestra habitación —Contesta sin pensarlo Nahoya— ¿A menos que quieras ir a otro lado?
—¡Nahoya! —Regaña Angry cuando llega a su lado y se desvía para evitar un coche en el camino— Lo haces sonar tan mal...
—La habitación suena bien, chicos.
Contesta Yamagishi, sus anteojos se entierran un poco contra los omóplatos de Smiley y el alfa no puede pedir una mejor sensación que tener a su omega contra él.
Los tres llegan a la vivienda de los Kawata, la ausencia de los padres le hacen saber a Yamagishi que siguen en el trabajo y sigue a los gemelos al segundo piso, en donde se adentra a la habitación compartida.
—Siéntete como en casa —Dice Angry quitándose la chaqueta— Traeré algo de beber.
—Mira... —Smiley saca una revista del estante y se lo lanza a Yamagishi, quien alcanza a agarrarlo antes de que le golpee la cara— La robé de una tienda de conveniencia.
—Esto es... Oh...
Yamagishi observa las imágenes de las personas semidesnudas en las hojas, y sabe exactamente que si Nahoya no la hubiese robado, no habría podido poner sus manos en la revista, puesto que no se las venden a menores de edad.
Tienen dieciocho años, pero Nahoya es igual que Makoto y siempre busca obtener contenido que no deberían poseer hasta tener veintiuno.
Pero Yamagishi no es un mojigato, por lo que cambia la página para seguir viendo más cuerpos atractivos.
Nahoya está cerca de él, sentado a su lado en la cama y puede sentir su calor a través de la ropa, han estado juntos por casi tres meses y no han hecho nada más que unos cuantos besos de vez en cuando, por lo que pone nervioso de vez en cuando a Yamagishi estar a solas con ellos en una habitación.
—Oye...
El de cabellos castaños llama para que el de cabellos anaranjados aparte la vista de la revista, pero cuando mira hacia arriba, se da cuenta de que Nahoya nunca tuvo sus ojos en la revista, sino que había estado viéndolo a él todo el rato.
—¿Mm...?
—N... No... Nada.
Pronto por la puerta aparece Souya, con tres vasos de jugo sobre una bandeja y cada uno toma un vaso, Angry frunciendo levemente el ceño cuando nota la revista en las manos del de cabellos castaños.
—¿No pudiste aguantarte? —Cuestiona el de cabellos azulados, mirando a su hermano acusadoramente—
—Nah... —Se encoge de hombros Nahoya bebiendo unos sorbos de jugo y luego dejándolo sobre el velador, al igual que los otros dos— A ti también te gustan, ¿Para qué fingir?
Yamagishi se ríe cuando ve el rostro del de cabellos azules sonrojarse, se cubre la sonrisa con la revista y pronto es apresado por ambos cuerpos, los hermanos Kawata instándole a cambiar de página.
El de cabellos castaños pasa a la siguiente hoja, jadeando cuando se da cuenta de que prácticamente no llevaban ropa alguna, incluso Nahoya se veía un poco sorprendido, claramente el de cabellos anaranjados no había visto la revista completa.
—Demonios... Esta es la mierda real.
Souya deja escapar un ruido apreciativo, su barbilla apoyada en el hombro de Yamagishi y su aliento cálido le provoca escalofríos al de cabellos castaños.
Es solo en ese momento que se da cuenta de lo juntos que están, los alfas presionándolo en el medio y si no se equivoca, aquel aroma intoxicante en el aire es la excitación floreciente de los gemelos.
—Chicos...
De pronto hay unos labios en su mejilla izquierda, labios que se deslizan con leves roces hasta su cuello y una pequeña succión en su pulso, que le hace jadear y soltar la revista, que cae en el suelo con un pequeño golpe al que ninguno de los tres le presta atención.
Hay una caricia en su costado y pronto desde el otro lado hay un pequeño mordisco en su barbilla, Souya al parecer también se ha visto afectado por las feromonas que llenan la habitación.
—Maldita sea...
Susurra Nahoya contra su oreja, Yamagishi mira hacia abajo, la notable erección que asoma en los pantalones negros del Kawata mayor y se muerde el labio inferior, tentativamente acerca su mano pero luego la aleja con timidez, sorprendiéndose cuando Nahoya le toma por la muñeca.
—¿Quieres tocar?
Cuestiona el alfa, mirándolo con paciencia y Yamagishi asiente temblorosamente, sabiendo que está sonrojado hasta las orejas mientras siente los brazos de Souya alrededor de su cintura, sentándolo en su regazo, el pecho del alfa de cabellos azulados pegado a su espalda, respirando cálidamente contra su nuca.
El de cabellos anaranjados posa la mano de Yamagishi sobre el bulto en sus pantalones, soltando un pequeño quejido de placer ante la presión sobre su dolorida erección. Yamagishi tentativamente se mueve contra el cuerpo de Souya y suelta un jadeo cuando siente el bulto contra su trasero.
—¿Puedo moverme? —Cuestiona Souya, su voz entrecortada— Si no quieres, no dudes en decirlo.
—Puedes moverte, quiero sentirte.
—Bien... Sí —Susurra contra su oreja el de cabellos azulados, moviendo sus caderas para chocar contra Yamagishi— Si quieres detenerte, una palabra tuya bastará para que paremos.
El de cabellos castaños asiente, como en un trance debido al calor que ha comenzado a aumentar dentro de la habitación, mira al alfa de cabellos anaranjados que ha comenzado a menear las caderas en busca de más fricción.
—¿Puedo tocarte?
Cuestiona Souya, Yamagishi deja escapar un pequeño ''sí'' y el de cabellos azulados mete su mano dentro de su ropa interior, tomando el pene del de cabellos castaños en su mano.
Souya con su mano libre, hace una pausa y aparta la tira de su camiseta blanca con rayas rosadas para dejar descubierto su hombro, deja caer besos en su piel y Nahoya también sintiéndose audaz, estrella su boca contra la de Yamagishi, quien gustoso recibe el beso del alfa.
Están a punto de llegar a ese punto, al preciado clímax, cuando la puerta se abre y una mujer asoma por la puerta.
—Chicos, ¿No escucharon que les...?
Las palabras quedan en el aire, la mujer se queda ahí con los labios entreabiertos, sorprendida por lo que ve y los tres se congelan en el acto.
—Vaya, perdón... Usen condón.
La mujer se retira y los tres se miran las caras, la excitación se había esfumado y pronto estallan en carcajadas, incrédulos por la actitud despreocupada de la madre de los Kawata.
Los gemelos observan el rostro de Yamagishi, rojo hasta las orejas y con una sonrisa avergonzada mientras se acomoda la ropa.
''Que hermoso''
Piensan los dos alfas embobados.
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All x Yamagishi Kazushi || Todos x Yamagishi Kazushi
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