8.

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Celular.

Carlos miraba los mensajes de Charles en su celular mientras estaba estacionado afuera de su propia casa, no sabía pero le había sorprendido el hecho de que el menor le haya escrito eso, quizás ambos tenían la misma necesidad de verse por lo menos una vez al día.

Charles🦻

Te quiero ver...

21:34✓✓

Estoy en el auto, ven

21:40✓✓

Dejó su celular a un lado y quitó su cinturón de seguridad, apenas había llegado a su casa cuando vio los mensajes e inmediatamente se había quedado pasmado, pero no le da mala forma, a Carlos le brindaba un poco de paz saber que a Charles le interesaba estar con él y que por gracia De Dios lo estuvo haciendo bien cada vez que se veían.

Carlos se ahogó en sus pensamientos un rato hasta que fue despertado por el sonido de la puerta abriéndose y un monegasco sentándose en el asiento del copiloto, Charles estaba callado pero con una expresión tranquila en el rostro, incluso feliz, su aura apenas entró en el auto le brindó eso.

"Te ves feliz"

"Te ves cansado"

El español sonrió levemente ante el comentario, acomodándose en su asiento mientras cerraba los ojos.

"Trabajé hasta tarde hoy, por eso estoy cansado"

"Mi hermano llegó de Mónaco hoy, por eso estoy feliz"

"¿Cuándo me lo presentas?" 

"No pensé que lo quisieras conocer"

"Claro que sí... yo te tengo que presentar a Pierre también"

"¿Quién es Pierre?"

"¿Aún no te he hablado de Pierre? no puede ser... Pierre es como mi hermano, estudiamos juntos la carrera"

"Me encantaría conocerlo"

Aún no había abierto sus ojos pero pudo sentir cómo las manos contrarias tomaban las suyas con gentileza.

"¿Por qué trabajaste hasta tarde?"

"Los viernes no somos tantos y cuando iba a terminar mi turno llegaron unas personas con una camada de perritos y su madre, entonces me encargué de ayudar a desparasitarlos y asegurarnos de que estuvieran bien, no salía hasta hace poco... me los quería traer pero realmente van a tener mas atención en la veterinaria"

Charles desde que preguntó hasta que recibió una respuesta no dejó de acariciar la mano de Carlos de una forma tan relajante que Carlos pudo jurar que casi se duerme mientras hablaba.

"Además ya casi no tenemos espacio en la veterinaria y nadie parece querer adoptar"

"Quizás no sea mucho, pero yo conozco a unas personitas a las que quizás les vendría bien un animalito en casa"

"¿Lo dices en serio?"

Leclerc asintió con rapidez.

Neighbor   -   CharlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora