12.

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Un mes.

Un mes había pasado desde aquella vez que comieron en el cajón de la camioneta de Carlos.

No se habían logrado ver ni un solo momento durante ese mes pues Charles apenas se estaba acostumbrado a la tarea de ser un profesor responsable, pues durante aquel mes no se dio cuenta que su vida había empezado a girar entorno a revisar tareas y planear clases, había empezado a descuidar incluso a Piñón, y a él lo veía todos los días.

Decidió poner su vida en orden cuando Arthur tuvo que volver a Mónaco y se encontró solo en su casa junto a su caballero, puso música suave y comenzó a desempacar todas las cajas que había estado ignorando por casi más de 5 meses, su casa aún seguía vacía y necesitaba urgentemente ese sentimiento hogareño pero decidió no apurarse, lo tomaría con calma.

Su espalda ahora dolía pues había pasado todo el día ordenando y limpiando, poquito a poco estaba poniendo todo en orden en su cerebro una vez más.

Carlos al estar también trabajando no lograba ponerse de acuerdo con Charles y a pesar de que eran vecinos no lograban toparse ni en las mañanas, y aquello también traía un poco de malas a Charles, pero no en este momento, en este momento el monegasco se hallaba recostado en su sofá, con su cabeza en el cómodo regazo de su español.

Oh su español...

Sus largos dedos se paseaban por las suaves hebras de los cabellos del monegasco, quién solo cerraba los ojos con una suave y tranquila expresión en su rostro, eso era todo lo que necesitaba después de un tan ajetreado mes y un tan cansado día, tiempo con Carlos.

El español tenía sus ojos fijados en el televisor, habían puesto una serie cualquiera mientras comían pero el español terminó enganchado y no parecía querer moverse, pero aquello no era algo malo para Charles, lo contrarío, estaba aprovechando al máximo el tiempo que tenía para observar las masculinas facciones del español.

Como por ejemplo aquella barba de algunos días que se había estado dejando, la última vez que lo vio no la tenía, le gustaba, se veía aún mas guapo.

Charles podía pasar horas observando al mayor y no se cansaría, bueno, ya llevaba horas observando a mayor y no se cansaba, le encantaba la forma en que sus ojos se fijaban en la televisión, o como tenían un suave brillo cuando bajaba la mirada para verlo y comentarle algo.

"Deja de mirarme tanto que me vas a gastar eh"

Habló el español en su idioma natal, dejando a un sonrojado y confundido Charles, no tenía ni idea de que había dicho pero de lo que si estaba seguro es de que se había escuchado extremadamente sensual.

"Sigue viendo tus caricaturas, anda"

Respondió de vuelta Charles, como el español había dejado de acariciar su cabello, el menor decidió que quizás ya era momento de sentarse correctamente al lado del mayor, y eso hizo, pero ahora apoyó su cabeza en su hombro, no perdiendo el contacto físico, pudo sentir el brazo de Carlos encima de sus propios hombros.

"Te extrañé..."

Le susurró el español, presionando su nariz contra la mejilla de Charles, esparciendo pequeños besos en este lugar. El monegasco seguía sin entender las palabras del español, pero el solo. hecho de estarle hablando en su idioma natal lo traía vuelto loco.

Los besos comenzaron a bajar a su mandíbula y cuello, creía que era la primera vez que Carlos dejaba besos en este lugar y no pudo resistirse a tomar asiento sobre su regazo, cerrando sus dedos al rededor de las oscuras hebras de su cabello mientras él mismo dirigía su boca al cuello del español, dejaba pequeños besos, marcas, mordidas, estaba completamente fuera de su mente mientras las grandes manos de Carlos se cerraban al rededor de su masculina cintura con fuerza. Los besos de apoco se hicieron mas fogosos, sus labios rozaban con fuerza, de forma necesitaba y un poco torpe, sonidos algo obscenos y graves comenzaron a salir de la boca de ambos, las manos del monegasco colándose dentro de la camisa del mayor, paseándolas a su gusto mientras la comenzaba a quitar sin siquiera preguntarle antes, el hecho de que Carlos lo ayudara a quitar su propia camisa le demostraba que él quería lo mismo y por un segundo no se sintió inseguro.

Neighbor   -   CharlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora