𝐋𝐨𝐯𝐞𝐝𝐭𝐚𝐥𝐞: 𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐧𝐚𝐜𝐞𝐫 𝐃𝐞 𝐀𝐢𝐝𝐞𝐧 [Dark] [Genocida]

Capitulo 13 Temporada 1

Aiden, con apenas 13 años, era un espectro sombrío en las calles nocturnas de la ciudad. Había perdido la noción del tiempo y de su propia identidad, y su vida estaba llena de vacío y oscuridad. Ya no recordaba su cumpleaños, y la fecha que alguna vez tuvo significado se había desvanecido en el abismo de su pasado.

La noche envolvía a Aiden mientras caminaba por una calle solitaria y desierta. Vestía una sudadera y tenía un tapaboca que le servía tanto como protección como para ocultar su identidad. Su rostro estaba oculto detrás de la máscara, y sus ojos, cansados y vacíos, miraban sin rumbo fijo.

Oficial de Policía: (exigiendo) "¡Alto! ¡Mantén las manos arriba y ríndete, chico!"

Aiden: (suspirando) "¿Realmente creen que esto terminará bien?"

De repente, Aiden se vio rodeado por la policía. Las luces intermitentes de las patrullas parpadeaban en la oscuridad, iluminando la escena con destellos rojos y azules.

Oficial de Policía 2: (ordenando) "¡Baja esa magia y ríndete ahora mismo!"

Aiden: (resignado) "No hay escapatoria, ¿verdad?"

Sin mostrar remordimiento ni temor, Aiden canalizó su magia y creó varios blasters mágicos. Disparó con precisión contra los autos de policía, causando destrozos y caos en la escena. Los vehículos se incendiaron y explotaron, creando un pandemonio infernal en medio de la calle.

Oficial de Policía 3: (gritando) "¡Cubranse! ¡Es un híbrido!"

Los oficiales que rodeaban a Aiden no tuvieron oportunidad de reaccionar. Los blasters mágicos se movieron con rapidez y letalidad, alcanzando a cada uno de ellos. El sonido de los disparos se mezcló con los gritos y el caos.

Oficial de Policía 4: (gritando) "¡Necesitamos refuerzos! ¡Aiden está fuera de control!"

La confrontación fue breve y brutal, y los cuerpos de los oficiales caídos quedaron esparcidos por la calle.

Aiden: (sin emoción) "El caos es mi aliado."

Aiden, sin mostrar emoción alguna, continuó caminando. La oscuridad y la violencia lo habían convertido en un ser sin alma, impulsado únicamente por el odio y la indiferencia. La ciudad se había convertido en su reino de terror, y él era el gobernante de las sombras.

Oficial de Policía 5: (con miedo) "¡Aiden es un monstruo! ¡Corran!"

La sociedad que alguna vez lo había abandonado ahora tenía motivos para temerlo. Aiden era un monstruo, un ser carente de compasión y empatía. Su sed de venganza se había convertido en una tormenta que arrasaba todo a su paso.

Oficial de Policía 6: (aterrado) "¡Esto es una pesadilla!"

Mientras caminaba entre los destrozos y la destrucción que había causado, Aiden no miró atrás. No tenía un destino fijo ni un propósito claro en su mente. Su vida era un torbellino de violencia y caos, y cada paso que daba lo alejaba aún más de cualquier forma de redención. La noche lo envolvía, y la sombra de Aiden continuaba extendiéndose, marcando su camino en un mundo que parecía haberlo perdido para siempre.

Aiden continuaba su despiadada travesía nocturna, en la que las sombras y la violencia se habían convertido en sus fieles compañeras. En su camino, se acercó a una pequeña tienda en la esquina de una calle oscura. La campana sobre la puerta tintineó mientras entraba, y el dueño, un hombre mayor con ojos cansados, lo miró con temor.

Aiden: (fríamente) "Sabes cómo funciona esto. Dame todo el dinero de la caja."

Dueño de la Tienda: (con voz temblorosa) "Lo sé, lo sé... aquí tienes. Por favor, no me hagas daño."

El dueño de la tienda comenzó a sacar billetes de la caja registradora y los entregó a Aiden. Sabía que no podía luchar contra el chico y que su vida estaba en peligro. Aiden tomó el dinero sin mostrar emoción alguna y, de paso, agarró un gansito de chocolate que estaba sobre el mostrador. Era un pequeño consuelo en medio de su vida llena de caos y oscuridad.

Aiden: (mientras se aleja) "Gracias por tu colaboración."

Aiden salió de la tienda y continuó caminando por las calles solitarias. Finalmente, llegó a una casa algo vieja, cuya fachada estaba deteriorada por el tiempo. Empujó la puerta y entró, como si estuviera regresando a su refugio personal. Pero algo en su mente lo hizo dudar por un momento.

Aiden: (murmurando) "Ya llegué..."

Nadie respondió. El silencio de la casa era abrumador. Aiden se detuvo y se miró a sí mismo, preguntándose por qué seguía repitiendo esa frase. La verdad era que vivía solo en esa casa desde hacía tanto tiempo que había olvidado lo que era compartir su vida con alguien más. Sus padres lo habían abandonado en un orfanato, y desde entonces, la soledad había sido su única compañera.

Aiden: (con sarcasmo) "¿A quién esperas que te responda, Aiden? Estás solo."

Se rió de sí mismo por su propia ironía y siguió avanzando por la casa. Cada paso resonaba en el silencio que lo envolvía, recordándole su aislamiento. Las habitaciones estaban llenas de recuerdos dolorosos que prefería olvidar, pero no podía escapar de ellos.

Aiden se recostó en un viejo sofá y miró el dinero que había obtenido de la tienda. Era un símbolo de su poder en la ciudad, pero también de la soledad en la que estaba atrapado. La noche continuaba extendiéndose frente a él, y la pregunta persistente en su mente era si alguna vez encontraría algo más que violencia y vacío en su vida.

Aiden: (susurrando para sí mismo) "¿Hasta cuándo seguirá esto, y qué sentido tiene?"

La casa seguía sumida en un silencio sepulcral, y Aiden sabía que no obtendría respuestas. Cerró los ojos y se dejó llevar por la oscuridad de la noche, preguntándose si algún día encontraría un destino diferente, uno que lo alejara de la senda destructiva en la que se había sumido. Pero por ahora, su camino estaba marcado por la soledad y la violencia, y eso era todo lo que conocía.