Sangre aquel líquido carmín estaba rodendo el césped, el príncipe Tristan miro como su amigo Lancelot estaba sangrando de la frente con una herida. Estaban teniendo un debate amistoso, pero su instinto demoníaco hizo que cayera en la oscuridad y cuando despertó...Lancelot estaba siendo atendido por sirvientas.
Su padre llego junto al rey Ban, él fue a atender a su hijo el cual estaba tirado en el piso quejándose por el gran dolor; su padre intento ayudarlo a reaccionar estaba en estado de trance, las palabras llegaban y no le afectaban. Su madre junto a la reina Elaine también llegaron estas atendieron directamente a Lancelot curandole la herida, pero esta dejo una cicatriz.
El joven príncipe de Liones, no podía reaccionar por las historias conocía ese lado, ese lado cruel del cual se conocía a su padre. El no quería ser eso, tenia miedo , ese miedo lo consumía.
— Muchacho, ¿Estas bien? — Le pregunto el rey Ban acercándose.
— Solo esta asustado — Respondió Meliodas.
La reina Elizabeth se acerco a su hijo y lo consoló "Calma Tristan" , "No tengas miedo Tristan". Aunque sus palabras eran dadas con cariño no resultaba, su hijo estaba dudando de si mismo.
Ya pasada la tarde de aquel suceso, el príncipe cenaba su padre el rey trataba de entablar una conversación, pero el príncipe respondía de manera seca. Su madre, ambiento un poco el ambiente trayendo algo de alegría, pero eso no calmaba al príncipe.
Salió del comedor dejando solo un poco de comida en el plato, y miro como los guardias cerraban la puerta mientras temblaban. Ellos vieron lo que paso y tal vez esten asustados de verlo, bueno la verdad es que no eran los únicos.
"Dios mío, ¿Cómo el siguiente heredero va a ser este monstruo?"
"El hijo perdido de la princesa Margaret debe de ocupar el puesto"
"Es cierto, pero lo han secuestrado por segunda vez. Sera un plan de los actuales reyes para que su hijo gobierne."
Se escucharon los rumores, si de por si el príncipe estaba mal ahora estaba peor; no entendia su primo había sido secuestrado dos veces y ahora lo culpaban a él, la aristocracia era cruel y racista un híbrido entre humano y diosa es ¿irónico? ¿maravilloso? ¿horroroso? no lo sabía, pero esas palabras le harían.
"Ese monstruo causara la destrucción del mundo"
"Cuanto mostrara sus verdaderos colores"
— Por favor...—murmuro y todos lo miraron— no lo soy...yo...¡¡¡NO SOY UN MONSTRUO!!!— Grito con todas sus fuerzas mientras aquel aura negra lo dominaba.
Se toco la cabeza tratando de mantener controlado ese instinto, y al no poder hacerlo salto por la ventana y huyo al bosque. Daba gruñidos mientras se alejaba ese lado demoníaco era horrible, la sed de sangre llegaba a él y de una manera radical asesinaba con sus manos desnudas a animales del bosque ciervos, conejos, aves, todo lo que se cruzaba en su paso.
— ¡Ey, niño!— Hablo una figura mayor subida en un árbol. — ¡El ruiseñor que tienes en tus manos! ¡Es mío! — Dicho eso el ruiseñor que estaba a punto de asesinar ahora estaba en la rama más alta del árbol.
— ¡Grrr! — Le gruñó.
La chica bajo del árbol y se quito sus gafas oscuras mientras los animales del bosque gritaban.
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Sus cabellos blancos se movieron a partir de la caída y saco una espada rara más específicamente una "Urumi" , con una sonrisa tierna se movió de manera rápida cortando el brazo del príncipe poseído por la maldad.
— El brazo se regenera...esta en una etapa avanzada —.Analizo mientras los animales siguen gritando.
《Sería lindo ver eso》
Pensó mientras el príncipe la atacaba.
— Ay, pero que movimientos—. Admiro mientras esquivaba.
Según sus animales el chico había regenerado su brazo.
Eso significaba que estaba en una etapa avanzada de control por el mana demoníaco, con su Urumi dio un ataque rápido y con su mano noqueo a el príncipe.
— Siendo sincera me decepcione— Tomo a el príncipe mientras borraba los rastros de la batalla con magia.
La chica se lo llevó a su cabaña donde estaba un hombre de armadura roja, el maldito de Ironside.
— No te he invitado...lárgate—,dio una orden directa.
— ¿Qué trae madame? — Pregunto ignorando la orden.
— Su nombre es Ketty y su apellido es importa, por lo tanto es un Ketty importa— Hablo sarcástica mientras sacaba su Urumi de su funda.
— Solo le digo que la oferta sigue en pié— Le recordo para irse— adiós Hera, el rey le manda saludos.
