003| 𝐂𝐢𝐜𝐚𝐭𝐫𝐢𝐜𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨

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Los animales junto al príncipe, veían a Hera ¿bailar? No entrenar ¿tal vez? Eran las dudas de Tristan.

— Auch— se quejo Tristan cuando una cabra lo empujo para sentarse en su lugar.

《Cabra abusadora》

Pensó molesto cuando vio que los le tes oscuros de Hera cayeron, vio atentamente que Hera tenía los ojos no destrozados quemados se notaba muy claramente por las cicatrices.

— ¿Señorita Hera?— Llamo con duda Tristan a lo cual Hera, fue a su lado y la cabra le cedio su lugar.— ¿Por qué usted esta ciega?

Hera y los animales al rededor se quedaron Atónitos, Tristan, al ver esa reacción bajo la cabeza avergonzado mientras que un ruiseñor le jalaba la oreja.

— ¡Grosero! ¡Croa! — Decía un loro.

《Por mi madre que vergüenza》

—¿Tristan, sabes a que raza perteneces?—Le pregunto Hera.

— No, no lo sé. ¿Los híbrido tenemos raza, Hera? — Pregunto Tristan a lo cual Hera asintió.

— Los hijos de la raza de las diosas con humanos se llaman "celestiales" ese es un ejemplo — Le respondió — Tú...nuestras raza es la nefelin, que es la unión entre diosas y demonios. Soy una Nefelin.

Tristan, giró la cabeza con duda mientras espantaba a el loro y al ruiseñor, las aves de pusieron en el hombro de Hera, mientras que una vaca le pasaba una venda negra la cual, Hera se coloco ocultando sus cicatrices. Los animales se sentaron y los pájaros se cayaron dando tensión al ambiente, Hera, se levanto de su asintió he hizo un hechizo tocando a Tristan.

— Entra a la casa y escóndete, si te ven no cabe duda de que te mataran— Ordeno Hera a lo cual Tristan obedeció.

Las pisadas metálicas de una armadura llegaron y saliendo de entre los árboles estaba Xander Gost, miraba atentamente a Hera, la cual aunque no podía verlo por su condición estaba segura de su ubicación sin que los animales le avisaran. Hera, tomó su espada y se coloco en pose de combate, Heist, sonrió y dejo sonar una gran carcajada.

— Hera, querida así recibes a tu futuro esposo, que no ves que esta aquí — Dramátizo.

— Futura esposa la ramera de tu madre, ay cierto te abandono— se burlo Hera sabiendo que Xander se burlo de su ceguera.

Xander, clavo su fría mirada en Hera, la mujer más arrogante que vio que con su arrogancia hizo temblar al mismo rey Arthur de joven. La mujer que hacía rogar a Arthur pues sus conocimientos en la magia eran fascinantes hasta el punto que llego a tener una tercera especie la cual era la humana dejando de lado su raza Nefelin y haciéndose hija de un portador de excalibur, esa mujer era la que Xander deseaba con locura a tal punto de ir a visitarla casino todos lo días.

— Veo que rechazaste la propuesta de Ironside— Se acerco a Hera mientras espantaba a unos cuervos que intentaban atacarlo — Leíste el cartel de esta semana, El príncipe de Lyoness Tristan desaparecido, lo leo por ti querida pues creo que no estas en posición de leer aunque sepas mucho de eso— Hera, cerro los puños ya irritada.

Xander, poso sus manos en la cintura de Hera, la cual hizo una mueca de claro disgusto apartando las manos de el caballero del caos de su cintura. Xander no se dio por vencido y esta vez arrincono a Hera a un árbol tocando su pecho.

— Sueltáme o te castro— lo amenazo— Sabes que yo cumplo mis promesas.

— Como la que tenías con ese arcangel que al final te dejo ciega ja,ja,ja. — Se burlo, pero con un golpe certero en su quijada se cayó.

Lo siguiente que le siguió fue una gran patada que lo tiró rompiéndo dos árboles.

— Ja,Ja,Ja. Fuerza 1.300, magia 67.950, espíritu 15.300, nivel de poder 81.950. Es un poder drástico, mi amor — Al decir ese apodo, Hera, le dio un golpe a la armadura que la termino agrientandola.

— Hoy solo te rompo la armadura en una próxima me aseguraré de romperte la cara— lo amenazo—. Adiós.

Y dicho eso de una patada lo mando a una de las puertas más lejanas del reino eterno que estaba a cientos de kilómetros.

— Aquí no me molestan, Tristan sal de la casa te enseñaré a controlar tu lado demonio ven no pierdas el tiempo.

— Si, ya voy.

En Lyoness

La reina Elizabeth estaba llorando desconsolada mientras era consolada por sus hermanas, Margaret y Verónica. Ella estaba tendida en el piso de el salón de las pinturas donde habían imágenes de los primeros hasta los últimos reyes, y ella estaba tendida ante un gran retrato de ella con su hijo recién nacido.

— ¡Debi protegerlo!— lloraba Elizabeth.

— Hermana no digas eso— La consoló Margaret la cual también había perdido a su hijo Chion.

— Me pregunto si los casos de Chion y Tristan estan conectado— Comento Gilthunder.

Todos posaron su mirada en Gilthunder y Meliodas los cuales analizaban la situación.

— Lo dudo, el príncipe Tristan huyo y en el caso de Chion este desapareció sin dejar rastro. — Dijo Dreyfus.

Todos se pusieron a arreglar los hilos de los casos de los dos príncipes, a lo que llegaron a la conclusión de que uno fue secuestrado y el otro huyo aterrorizado por su lado demoníaco. Elizabeth, tuvo que tomar un té con efectos para dormir ya que estaba muy histérica y necesitaba descansar.

— Meliodas, llama a Mael— le murmuro Elizabeth antes de caer dormida— Si hay alguien a quien le guste buscar algo es a Mael, si queremos recuperar a Tristan lo necesitamos a él.

Meliodas escucho con atención dando un largo suspiro, beso a su esposa y le dejo su espada a Sir Gilthunder, mientras le decía sus últimas ordenes: protege el reino, ire al reino de las diosas.

Con eso dicho sus ojos se volvieron en su tono morado oscuro y sus alas infernales aparecieron detrás de su espalda, dando un gran salto voló más encima de las nubes viendo con atención cada lugar que le recordara la dirección del reino divino de las raza de las diosas, donde estaba Mael.

𝐃𝐞𝐦𝐨𝐧: 𝑻𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒏 | 𝐌𝐨𝐤𝐮𝐬𝐡𝐢𝐫𝐨𝐤𝐮 𝐧𝐨 𝐲𝐨𝐧𝐤𝐢𝐬𝐡𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora