007 | 𝐁𝐢𝐞𝐧𝐯𝐞𝐧𝐢𝐝𝐚

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El príncipe estaba en su habitación muerto de hambre después de romperle cuatro costillas a su primo no volvió a salir de su cuarto en realidad no lo iban a dejar salir a modo de castigo le mandaban comida, pero Tristan no comió durante tres días.

— Príncipe Tristan — Llamo tímidamente Isolda.

Tristan no respondió solo abrió la puerta con sigilo y la miro. Isolda ya no tenía palabras pues quedó boquiabierta al ver a su príncipe, su cabello blanco muy desordenado y sin peinar sus ojos bicolor donde tenía ojeras y su altura más baja que ella.

— Eh... pues  — Trato de formular palabras mientras Tristan la miraba — Yo quería forma parte de su... de su...

《 ¡¡¡HABLA MAS RÁPIDO NO VES QUE QUIERO DORMIR PARA SOÑAR CON HERA!!! 》

— De sus caballeros  — termino su frase.

— ... — Tristan quedo desepcionado al darse cuenta que lo llamaron solo para eso — Bueno — Y con eso cerro la puerta y se acosto en su cama intentado dormir.

Isolda se fue, pero justo vio por las ventanas como un hombre con alas aterrizaba y ese hombre cargaba a una mujer en sus manos. La puerta del cuarto de Tristan se abrió y este salió corriendo.

— ¡Ese olor yo lo conozco! — Empezó a bajar las escaleras.

— ¡Usted esta castigado! — Regaño su profesor de historia tratando de pararlo, pero al estilo Hera lo esquivo con los ojos tapados.

Meliodas y Elizabeth salían  pues iban a recibir a sus invitados, pero su hijo se les adelanto y los empujo.

— ¡¡¡MAESTRA!!! — Grito alegre Tristan.

Fue directo a abrazar a Hera, pero esta muy a su estilo lo esquivo de un salto haciéndolo caer a unos arbusto con espinas.

— Auch — Se quejo Tristan con algo de sangre en las manos.

— Quinta semana de entrenamiento Tristan — Hablo Hera con tono militar.

— ¡Curarse con tu energia demoníaca! — Respondió Tristan quitándose las espinas y curandose con materia oscura.

Todos quedaron sorprendidos al ver eso esa era la mujer a la que el príncipe Tristan defendía con uñas y dientes, la mujer a la cual si la insultas frente al príncipe este te cae a golpes.

— ¿Bueno para que me llamaron? — Pregunto Hera

— Tristan, pues el esta muy desobediente — Respondió Meliodas.

— ¿Desobediente? Yo lo veo igual, déjame comprobarlo — Hera se aclara la garganta — Tristan, ve a tu cuarto y tírate por la ventana sin usar alas o materia oscura.


— Si maestra — Tristan ya iba a ir, pero Hera lo detuvo.

— Ven esta super obediente — Mael soltó una risa al ver hasta que punto le obedecia Tristan a Hera.


Eso es porque ella se lo ordeno, eran las pensamientos de Meliodas y Elizabeth lo cuales dejaron entrar a Hera al castillo oara mostrarle los rastros de la pelea de hace tres días.


— ¡Tristan hizo eso! — Meliodas tuvo la esperanza de que Hera lo reñara, pero se desepciono al instante — Es maravilloso, dejaste un gran hueco en la pared eso significa que tu fuerza a aumentado. Estoy orgullosa.


Los ojos de Tristan brillaron y abrazo a su maestra.


— Te alejas soy alergica al contacto físico — Tristan se alejo — Nee~ eso es mentira ven y abraza a tu maestra tus mejoras son buenas y efectivas, ¿cómo vas con tus poderes demoníacos?


— Pues bien, puedo controlar hasta cierta cantidad y no sale a menos que yo lo quiera y todo gracias a ti maestra — Hera sonrío y le acarició la cabeza a Tristan.


Elizabeth miró atentamente la escena, no sabía cual era el truco que Hera tenía, pero lo necesitaba antes ella era el ejemplo a seguir de su hijo y ahora lo era otra persona.


— ¿Cómo lo haces? — Hera miró a Elizabeth ante la repentina pregunta.

— ¿Hacer que?

— El te aprecia, él te admira, él te idolatra te obedece, eres como una diosa para él ¿cómo lo haces? — Elizabeth parecía querer llorar a lo cual Hera suspiro.


— Que mala bienvenida. Elizabeth, como madre deberías saber mejor que nadie que los hijos no siempre van a admirar algo, tienen sus etapas. Tristan quiere manejar su materia oscura y al mismo tiempo su magia de diosa por lo cual me busca a mi que soy de su misma especie, Tristan, esta en esa etapa descontrolada tiene catorce entendelo no te hara caso con las tácticas que usaban cuando tenía diez.



En ese momento llego Chion junto a sus padres e Isolda la cual miró a Hera de pies a cabeza, ella era mucho más alta que Hera  incluso más musculosa.


— Si que es baja y delgada parece palillo— Murmuro Isolda a lo cual Tristan volteó la cabeza hasta el punto en el que parecía que se iba a romper el cuello.

— ¿Quien dijo eso de mi maestra? — la materia oscura se empezó a manifestar.


Hera, entrecerró los ojos se acerco a Tristan con una amable sonrisa y le dio una cachetada.


— No te dejes llevar por tus emociones, saca tus poderes cuando sea necesario y esta es otra lección — Tristan se sobo la mejilla y escucho atentamente a Hera — No te dejes llevar por chismes o palabras en realidad los chismes y las críticas vienen de la envidia de otros. Si le dices fea a alguien eso no te hará más bella, si el dices débil a alguien eso no te hará más fuerte. Entiende eso, los que critican es por envidia o para saciar sus inseguridades haciendo sentir mal a otros.



— Maestra, usted es maravillosa — Tristan sonrió alegre y volvió a abrazar a su maestra.


《Eso es masoquismo parece tristan desea que lo golpeen y en especial si lo hace la señorita Hera》 , pensaba Mael.





𝐃𝐞𝐦𝐨𝐧: 𝑻𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒏 | 𝐌𝐨𝐤𝐮𝐬𝐡𝐢𝐫𝐨𝐤𝐮 𝐧𝐨 𝐲𝐨𝐧𝐤𝐢𝐬𝐡𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora