Manto de estrellas

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Sam condujo más rápido de lo normal para él. Hubieran llegado más rápido al motel de no ser por la insistencia de Dean de pasar a comprar algo de cerveza para celebrar.

Se detuvieron frente a una pequeña tienda 24 horas, Sam ofreciéndose a ir a comprarlas (tampoco es que tuviera más remedio). Mientras, Dean y Castiel lo esperaron en el interior del auto, con las ventanas abajo para sentir el viento que cada vez se ponía más frío.

Sus rostros se iluminaban por la luz de las lámparas de sodio que alumbraban las múltiples calles, agregando un poco de calidez al gélido clima. Aún con la mano izquierda de Cas entre la suya, Dean se inclinó para encender la radio, haciendo que sonara la tranquila melodía de "I Found a Reason".

Se reclinó de nuevo en el asiento.

El cielo estaba oscuro, cubierto por completo de nubes.

-¿Crees que caiga nieve, Cas?- comentó Dean, reclinándose sólo ligeramente sobre el hombro del ángel.

-Es probable. Parece ser que se están presentando las condiciones necesarias.

-Sería lindo. No he visto una nevada decente desde que era niño. Papá nos llevó a Sammy y a mí una vez a Oregón por un caso con un poltergeist. Nos dejó solos en el motel cuando comenzó a nevar. Habríamos tenido 15 y 11 en ese entonces e hicimos muñecos con ramas de un arbusto y una pequeña guerra de bolas de nieve-

Su mirada se encontraba perdida en el pasado.

-Sammy se resbaló varias veces. Una de ellas cayó de cara sobre un montículo de nieve y, cuando se levantó, había dejado su rostro marcado y tenía las pestañas y las cejas blancas- pausó un momento para reírse en silencio y luego continuó -Cuando papá regresó, estábamos agotados. Dos días después terminamos resfriándonos. Nos regañó por salir, pero creo que fue más amable con nosotros. Al menos por esa ocasión.

Cas escuchaba con atención, ladeando ligeramente su cabeza.

-¿Alguna vez has visto una nevada?- preguntó Dean, aunque se sintió estúpido inmediatamente después.

-En realidad yo- comenzó Cas.

Dean lo interrumpió -olvídalo, fue una pregunta tonta. Es obvio que en todo tu tiempo has visto varias.

-Sí he visto nieve, pero nunca he presenciado una nevada.

Esto pareció sorprender bastante a Dean.

-¿Quieres decir que nunca has hecho ángeles de nieve?- dijo en un tono que indicaba broma pero que Castiel no detectó, haciendo que frunciera el ceño, confundido.

-No estaba informado de que la humanidad pudiera crear a mi especie de pequeños cristales de agua.

Dean se le quedó viendo.

-Siempre dices las cosas más extrañas, ¿sabías? Es en sentido figurado, Cas.

-Vaya, Dean. No creía que tuvieras la inteligencia para diferenciar entre sentido literal y figurado- dijo Sam desde la ventana. Había logrado regresar en completo silencio, probablemente para asustarlos. Abrió la puerta del conductor con una mano y se acomodó en el asiento, arrojándole las bolsas de las compras a Dean. No sólo había comprado cerveza; también traía algunos paquetes de carne seca y...

-¡Pay!- gritó Dean con emoción -Al fin sirves para algo, Sam.

-Lástima que no pueda decir lo mismo de ti.

-Perra.

-Idiota.

De nuevo, encendiendo el impala, avanzaron rumbo al motel.

Las alas del deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora