Damon
Luego de la muerte de su ex esposa, Damon junto con sus hijas Rhaena y Baela se dirigieron a Driftmark con las cenizas de Laena Velaryon.
Allí se encuentra luego de tantos años con Rhaenyra, la mujer que le hace perder la cordura, su sobrina...
Las personas en Kings Landing corrían a esconderse.
-Es Caraxes!! —Gritó una pequeña niña señalando con su dedo al gran dragón.
En el cielo se veía un destello dorado que brillaba aún más con el sol.
—Syrax también Madre!! —dijo la niña asombrada, era un espectáculo ver los dragones de los legítimos reyes en completa acción.
Su mamá llena de temor la cargó rápidamente y corrieron a refugiarse, venia una guerra, y el mismo pueblo sabia que pagarían por haber coronado a un usurpador.
Daemon voló por debajo y Caraxes comenzó a llevarse con su enorme cola todo lo que se atravesara en su camino.
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Se escuchaban como poco a poco iban derrumbandose de los templos que Alicent y Aegon habían construido para la fe de los siete, además de los gritos de personas que habían sido aplastadas por la enorme cola del dragón.
Aegon II es nuestro rey!! — gritaba un grupo de plebes y comenzaron a lanzar flechas hacia el ojo de Syrax, sin embargo, Daemon siempre tan pendiente de su esposa colocó a Caraxes de escudo quien sin ningún problema esquivó las flechas.
Rhaenyra aprovechó que Daemon la estaba cubriendo.
—DRACARYS! —Gritó Rhaenyra
Syrax rápidamente consumió a todo el grupo de plebes.
—Morirán todos los que defiendan al usurpador y su causa.— afirmó Rhaenyra, mientras observaba como se volvían cenizas.
Rhaenyra estaba sacando todo su lado Targaryen, de Arryn no tenía nada.
Daemon observó a Rhaenyra con una sonrisa, su pequeño dragón podía ser muy rudo cuando lo quería.
Rhaenyra se veía como una diosa de la antigua Valyria, llevaba una montura con escamas de dragón, que se ajustaba a sus gloriosas curvas. Su cabello estaba completamente trenzado, solo con unos cuantos mechones de cabello que se habían salido.
Cómo lo traía loco esa mujer, Rhaenyra era su perdicion.
—Vamos mi pequeño dragón feroz, tengo una nueva corona que colocarte— dijo Daemon tomando a Caraxes para avanzar hacia el castillo.
Rhaenyra le dio una sonrisa.
—Te sigo mi gran dragón feroz —Respondió ——————————- Mientras tanto