La Reina Verde

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La reina verde


Alicent Hightower observaba el trono de hierro. Con cuidado pasaba su mano por algunas de las espadas del conquistador.

Caminaba lentamente y se miraba en el reflejo de las espadas.

Tocó con cuidado el filo de una espada.

La princesa Rhaenys tenía razón cuando la confrontó. Si quería el trono.

Le gustaba el poder. Pero jamás podría ser más que la esposa del rey, ella jamás se sentaría en el trono.

Una risa melancólica soltó.

Rhaenyra, no necesitaba de nada para sentarse en el trono de hierro, ni siquiera un matrimonio, no necesitaba de un hombre para tener poder, y eso era lo que más odio le causaba.

La princesa tenía todo lo que ella alguna vez soñó, libertad, poder y amor.

Sobre todo este último.

Detestaba que todos los hombres caían ante ella, primero su escudero jurado, Sir Criston cole que aunque lo negara después de muchos años aún soltaba la baba por ella.

Luego estaba Sir Laenor Velaryon, nunca entendió bien ese matrimonio, ni a qué locura Rhaenyra lo había obligado a aceptar.
Laenor siempre reconoció a cada bastardo que le daba Rhaenyra como suyo.

Que clase de matrimonio era ese?

Pero Laenor había sido un gran compañero y compinche para la princesa, en la corte solo se escuchaba lo mucho que se divertían juntos bebiendo y bailando.

Alicent trago amargamente.

Ella nunca se había divertido así con Vicerys, de hecho, no tenía muchos recuerdos de bailes con su esposo.

En cambio Rhaenyra podía tener placer y deber juntos.

Después seguía el caballero Harwin Strong, quien defendió a la princesa y a sus bastardos hasta su último día en Kings Landing, y aunque Rhaenyra lo negara, era más que obvio que el era el padre de los chicos.

Finalmente, estaba Daemon Targaryen, el gran amor de la vida de Rhaenyra, Alicent lo sabía, no era tonta, el príncipe siempre la miraba como si estuviera dispuesto a quemar el mundo si ella se lo pidiera.

Soltó un suspiro.

En cambio a ella le tocó luchar por todo lo que tenía, se caso muy joven con Vicerys, y fue muy repugnante cumplir con su deber en el acto matrimonial con todas las llagas que tenía su esposo en su cuerpo.

Nunca disfrutó compartir cama con Vicerys.

Alicent, intentó apartar esos pensamientos, y recordó lo que le había dicho su padre y él septo,.

"El sexo es solo para el placer del hombre"

"Solo las putas de burdeles disfrutan del sexo"

Así logró cumplir con su deber de esposa, quedándose muy quieta esperando que Vicerys derramara su semilla en ella.

Si bien, a pesar de todo, le había tomado mucho cariño a su esposo, pero siempre odió que prefiriera a Rhaenyra sobre sus hijos.

Vicerys le aceptaba todo a su hija, Rhaenyra, no conocía lo que era un sacrificio.

Por eso en el funeral de Laena Velaryon, entendió perfectamente que ella era la tercera en la vida de Vicerys, porque su gran amor siempre había sido Aemma Arryn.

Tragó amargamente Alicent.

Ella solo se estaba dando el lugar que se merecía en el trono, dándole el valor a sus hijos que nunca les dio Vicerys, y colocando a la puta de Rhaenyra en su sitio.

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