☆[ 𝚗𝚞𝚎𝚟𝚘 𝚊𝚖𝚘𝚛 ]☆

Capítulo 9

Actualmente Dazai junto a Gin estaban en la sala de la agencia, Akutagawa se había quedado dormido en la enfermería.

—Dazai-san, no creo que deba ir tan lejos.

—Tranquila Gin-chan, me aseguraré de que Mori deje de joder la vida pronto, pero por ahora dime, ¿se te a acercado?

—No, para nada, además, Ryu siempre esta cerca y si no, estan Hirotsu-san o Higuchi que me acompañan.

Ante sus palabras el castaño solo pudo sonreír satisfecho.

—¡Bien! No esperaba menos de Hirotsu-san e Higuchi.

La joven solo sonrio y continuaron hablando en lo que llegaba la hora del almuerzo, Dazai ya había terminado su trabajo haci que Kunikida solo lo felicito y le pidió que no hiciera tanto ruido de forma amable.

Pronto Atsushi hizo acto de presencia.

—Dazai-san mire conseguí que Ranpo me regalara una bolsa de papas, ¿quiere?

—Claro que si Atsushi-kun, pero dime ¿como lo conseguiste?

—Lo soborne con decirle al presidente que metia a Poe-san a su oficina a escondidas.

—Me siento orgulloso de ti Atsushi-kun.

Dijo llorando dramáticamente mientras abrazaba a su alumno por los hombros, Gin solo rio por su acción y acepto las papas que el albino le ofrecía.

—¡Saben bien!

Admitió mientras tomaba un poco más, Dazai solo sonrio y revolvió el cabello de la joven mientras tomaba unas papas y las comia.

—La próxima que vaya a verlos llevare un par de estas.

Gin asintio emocionada mientras que Atsushi solo miraba atenta la interacción del par.

—¿Dazai-san como conoció a Akutagawa y a Gin?

—Oh... pues, los rescate en los suburbios bajos.

Se limito a responder mientras hacía un gesto pensativo, no quería revelar demasiada información sobre los hermanos.

—A Ryu lo encontró en el bosque y lo ayudó, luego me buscaron a mi, Dazai-san comenzó a entrenar nos, pero como no tengo una habilidad la diferencia entre Ryu y yo era evidente, haci que por ordenes del jefe, Dazai-san dejó de encargarse de mi.

—Oh...

—Si... aunque Paul fue un gran maestro me molestaba no poder pasar tiempo con Dazai-san o Ryunosuke, Paul no me permitía acercarme a ellos alegando que me distraerian de mi entrenamiento...

Narro la joven mientras jugaba con sus dedos, Dazai se limito a mantenerse en silencio y escuchar al igual que Atsushi.

La joven planeaba seguir hablando cuando detrás suyo escucho una tos, se giro a ver y se encontró con su hermano parado que parecía estar buscándola.

—¿Gin? Diablos, me asustaste, pensé que el jefe había mandado a alguien por ti...

Frunció el ceño mientras que aceptaba la ayuda de Dazai para ser llevado al sofá.

—Veo que la ropa te queda.

—Si, además, se ve bien.

Dazai solto una risa y se sento en medio de ambos hermanos.

—Bueno, ¿Jinko de que estaba hablando con mi hermana?

Preguntó de forma amenazante lo que provocó que el albino chillara de miedo mientras que Dazai solo contenía la risa.

—Él sólo preguntó el cómo conocimos a Dazai-san.

—Oh... ya veo, pues, nos rescato y llevo a la mafia y no, él no nos obligó a entrar a la mafia yo entre por voluntad propia y Gin me siguió, aunque hubiera preferido que no lo hiciera y fuese una adolescente normal.

—Ryu ya hablamos de esto.

—Lose, lose Gin, no me lo recuerdes, ¿otra duda Jinko?

—¿Por qué Gin usa mascarilla y tu ropa cuando está en la port mafia?

—La mascarilla es para que no la reconozcan y pueda salir libremente a la calle, idea sugerida por Paul, su mentor y la ropa la sugirió Dazai-san, desconozco la razón.

—Lo de la ropa es un tema complicado...

Se limito a decir Dazai a lo que la joven solo se limito a asentir en silencio. No era bueno recuerdos.

Dazai esperaba que Gin le contará a su hermano el motivo de que usase esa ropa en la port mafia, pero respetaba y comprendía el hecho de que no se lo dijera.

Atsushi estaba por hablar, pero se distrajo con Kyoka quien se unió a la conversación.

—¿Fue por el jefe?

—¿Qué?

—... Él es raro, supongo que también te molesto.

Dazai no tardo en comprender lo dicho por la joven del kimono y frunció el ceño. No sabía de las acciones de Mori contra las niñas de port mafia, pero igualmente tomó precauciones con Gin.

—Ese bastado... tranquila kyoka-chan, ese maldito no volverá a molestarte a ti o a Gin-chan, de misma forma con Elise. Yo me encargaré de eso.

—No entiendo Dazai-san, que tiene que ver mi hermana en... ¡ese maldito viejo!

Grito mientras golpeaba el mueble en el que estaba sentado, ahora que comprendia la razón, se sentía enojado, pero no podía hacer ideas tan pronto, necesitaba que todo fuera confirmado por su hermana.

—¡Gin!

—¿S-si?

—¿¡El jefe trato de atacarte cuando llegamos a la port mafia!? ¡responde!

Exigió abruptamente a lo que la chica solo se escondió detrás de su mentor y asintio, acción que solo logró hacer enojar mas a Akutagawa y dejar mas confundido a Atsushi.

—Nose por qué lo notas ahora Akutagawa, Mori siempre actúaba tan libremente con Elise...

—¡Es diferente Kyoka! Elise es su habilidad, esta obligada a escucharlo y a estar siempre con él, pero mi hermana no, ni tu tampoco, ese viejo asqueroso, lo mataré si se atrevió a tocar a mi hermanam

—¡N-no paso! Dazai-san llego a ayudarme.

—Pero te asustaste Gin... cálmate Akutagawa para poder explicarte las cosas, además, asustas a Gin-chan.

Tras unos minutos el ambiente se volvió silencioso y mas tenso, era claro que Ryunosuke no estaba calmado, Dazai solo suspiro y comenzó a hablar.

—Cuanto los lleve a la port mafia no pensé que Mori fuese capaz de hacer algo contra ti, pero me preocupaba Gin-chan, por eso no me agrado la idea de que Paul la entrenase, Gin-chan aún era muy joven y frágil, además de que no me agradaba la idea de que perteneciera a la mafia. Me encargue de hacer que Paul me ayudara a cuidar de ella mientras no estaba cerca. Siempre supe que a Mori le interesaban jóvenes por lo que comense a pensar en la idea de hacer un a Gin mas masculina, pero temía que al hacerlo ella sea despojada de su identidad así que pense en hablarlo directamente con Mori.

Explicó en castaño mientras los menores solo escuchaban atentos la situación, Gin sólo se limitaba a asentir unas cuantas veces mientras que Akutagawa apretaba tan fuerte los puños que comenzaba a causarse heridas en las palmas de estas, además, de apretar tan fuerte sus dientes que en cierto punto empezaron a rechinar.