Octavo

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Decir que estaba preocupado era decir poco, por primera vez no se contuvo al escribir su respuesta al correo que había recibido de la castaña, lo que había leído era como si alguien más lo hubiera escrito, no parecía ella, así que no le importó haber estado en la escuela, en plena clase, mientras tecleaba rápido en su celular con la intención de enviar el correo lo antes posible, ignorando la mirada confundida de su profesor y los curiosos vistazos poco disimulados que le lanzaban sus compañeros de vez en cuando.

De por sí no se concentraba en sus lecciones, pero tampoco había podido concentrarse en leer sus libros o en la nuevas investigaciones publicadas hasta que llegó la respuesta de la chica, "no te preocupes, te veré pronto".

Quedó incluso más preocupado.

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Su profesor paso por ella cerca de las seis y treinta de la tarde, llegar juntos a la cena nunca fue un requisito de sus padres, pero funcionaba a la perfección para ella, por lo que aceptó poniendo una de sus mejores sonrisas. Llevaba puesto un vestido corte sirena de terciopelo color rojo caoba oscuro y guantes largos a juego, la parte del escote estaba decorado con perlas y diamantes, formando un patrón similar a un bordado, de su cuello colgaba un collar de perlas en tres capas, su cabello estaba recogido, dejando caer un par de mechones para enmarcar su rostro, aretes simples, una perla mediana adornaba sus orejas, esta vez optó por un maquillaje completo, usando tonos cafés, delineador negro y máscara de pestañas para los ojos y un tono de labial similar a su vestido, para completar el look uso un par de zapatos de tacón negros que su madre le había regalado, tenían una correa de diamantes como decoración, y un abrigo de piel color blanco. Su atuendo pareció ser del gusto de su acompañante, si las miradas lascivas que lanzaba en su dirección mientras caminaban en dirección al auto eran prueba suficiente para decirlo. El trayecto a casa de sus padres fue relativamente corto, no es como si no tuvieran propiedades por todo el país, una vez llegaron los atendió un mayordomo que nunca había visto y los guió hasta el comedor en donde sus padres los esperaban, se mostraron complacidos al ver que habían llegado juntos.

La cena transcurrió sin percances, al parecer su familia estaba convencida de que tenía una relación -más que buena- con el hombre a su lado, ella se limitaba a sonreír ante cualquier pregunta o sugestión que le era hecha, sin dar una respuesta directa, finalmente, era -su profesor- quién disfrutó más de la conversación, permitiéndose responder por ella. Ya entrada la noche, el cansancio y aburrimiento empezaban poco a poco a hacerse evidentes en su semblante.

"Disculpen la interrupción, ha sido una hermosa velada, pero ahora me gustaría descansar...", dijo con tono inocente una apenada sonrisa.

"¡Oh, vaya!, miren la hora", jamás había visto a su padre tan contento, "preparamos una habitación para ustedes, por favor", hizo un esto con la mano y, de inmediato, el mayordomo que los recibió los guió al susodicho cuarto.

"Para ustedes", pensó ella, "desde el principio tenía planeado que me revolcara con este idiota"

El cuarto estaba bastante alejado de las habitaciones principales y no era la gran maravilla, algo más pequeño que la habitación que solía usar antes de mudarse al departamento individual que sus padres compraron para ella, soltó una risa burlona para si misma al ver como su acompañante parecía maravillado.

"Tus padres realmente no escatiman gastos", decía contento mientras soltaba su corbatas y desabrochaba los primeros botones de su camisa.

"Supongo...", dijo viéndolo de reojo mientas tomaba el pequeño bolso de mano que había traído consigo, dentro apenas cabía su celular, pero era todo lo que necesitaba, lo tomo, tecleó rápidamente algo y lo dejo sobre una mesa en el centro del cuarto justo antes de sentir como unos brazos la envolvían desde la espalda, "¿qué crees que haces?".

El rió suavemente en su nuca, su aliento mandando escalofríos por su espalda dándole asco, "¿que crees que hago?".

Rodó los ojos, "lo que sea que hagas, detente", intento soltarse del agarre, pero fue imposible, "¡ya para!", se escucha el pánico en su voz, pero nadie venía a ayudarla.

"Oh, vamos~ Es claro que tú también quieres esto"

"No se de donde sacaste esa ridícula idea"

"¿De donde?, ¿que la cena con tus padres no fue suficiente?", la abrazo aún más fuerte y comenzó a besar su cuello, "si hasta le dijiste a tu padre que estábamos saliendo"

"¡Yo nunca dije eso!", continuo luchando por soltarse, pero era inútil, grito por ayuda, pero parecía que estaban solos en la mansión.

"Ya deja de resistirte, se que lo deseas, te trataré bien~", una de sus manos empezó a recorrerle los muslos.

"¡Ya para, por favor!", lloró con la voz quebrada, "¡no quiero esto, detente!"

Él se relamió los labios, acercó una de sus manos al pecho de la chica mientras que la otra se dirigía hacia su espalda, dispuesto a comenzar a quitar el hermoso vestido que estaba usando.

"Ha... realmente eres un idiota"

Fue lo ultimo que escucho antes de que todo se fuera a negro.

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El capítulo no está revisado, por lo que me disculpo si es que llegan a encontrar faltas de ortografía o cosas así.

Esta vez es un capítulo cortito, nos acercamos al final de la primera parte 🫣

Un abrazo ❤️

ᴅᴇsᴇᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora