𝟎𝟎𝟓|𝐃𝐞𝐜𝐢𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬

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La oscuridad que envolvía el despacho del jefe de la familia Potter, era espeluznante.

Sentado en la silla que había en la oficina, Jermaine Potter solo puede observar como el fuego que hay en la chimenea, esta siendo consumido de manera lenta, justamente como su mente realizaba varios escenarios donde los Dursley sufrirían lo que su hermano sufrió. 

Sus ojos azules que brillaban gracias al fuego semi-extinto y su semblante serio es claramente la respuesta a las preguntas que Charlus y Orión no se atreven a decir. 

—Ellos lo lastimaron— dijo con voz ronca —Ellos tuvieron la osadía de tocar a mi hermano con sus sucias manos 

Es Orión quien habla, porque Charlus no se siente capaz de confrontar la realidad que ha vivido su sobrino-nieto más joven.

—¿Qué harás?— interrogo el Black a sabiendas que su hijo muy posiblemente los estaba escuchando

Pero no hay una respuesta por parte del Potter, sino una sonrisa que Charlus conoce muy bien, siendo esta tan idéntica a la de Fleamont cuando estaban dando una sentencia de muerte.

—Desearán no haber nacido— sonríe Jermaine

Ninguno de los adultos dice algo, porque la manera en como su sonrisa tétrica se apropia de su rostro; es la señal de lo que el propio Jermaine hará por Henry.

—Descansen— dice, mientras sale del estudio

Caminando hacía la habitación de su hermano, Jermaine piensa como hacer que los Dursley pagaran el atrevimiento que tuvieron con Henry. Henry, pensar en su hermanito hacía que su corazón doliera. 

Cuando él nació, le juro a su padre cuidar de su hermano, mismo caso que con Dorothea. Había hecho el juramento de la casa Potter en proteger a sus hermanos, incluso de si mismo, pero estaba más que claro que había fallado, le había fallado a Henry cuando permitió que esos muggles le pusieran una mano encima, no podía creerlo, le falló de una manera horrible a su hermanito. 

Pronto, Jermaine se encuentra frente a la puerta que tiene escrito el nombre de su hermano y con cierta vacilación, la abre. En la enorme cama están sus dos hermanos, ambos abrazados y a sus pies, están sus tíos.

—¿Pueden hablar?— cuestionó Jermaine, sentándose en una de las sillas que había en la habitación 

El perro y la rata se volvieron dos hombres, uno de ellos un poco más bajo que el otro, pero ya no lucen sucios como hace horas que habían llegado. 

—Sobrino— saludos Sirius, manteniendo aun su vista en su ahijado 

—Ahijado— sonrío Peter

—Es grato volver hablar con ustedes y no con sus formas animagas— dijo Jermaine, quien después de sonreírle a sus tíos, miro a su hermano. —¿Cómo ha estado? 

El ambiente se vuelve un poco pesado, claramente ellos están furiosos por lo que le paso a al más pequeño de la familia. 

—Thea no ha querido alejarse de él— comentó Peter, observando como el abrazo entre los dos hermanos se vuelve cada vez más fuerte. —No ha querido soltarlo 

—¿Qué harás con ellos?— cuestionó con voz ronca Sirius, sus puños estaban apretados y sus nudillos se volvían cada vez más pálidos. —No pueden quedarse así sin más 

—Y no lo harán— niega Jermaine —Pero no puedo actuar enseguida, Petunia sabrá que fuimos nosotros y no podemos arriesgarnos a eso, pero tampoco lo dejaremos así como si nada 

—¿Qué propones?— interroga el propio Peter a su sobrino 

—Hacerlos caer, uno por uno— sonríe Jermaine —Pero para eso, necesito que nos vayamos a otro lugar 

𝐋𝐚 𝐌𝐚𝐠𝐢𝐚 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 ᵗᵒᵐᵃʳʳʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora