𝟎𝟐𝟎| 𝐏𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚𝐬 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐦𝐢𝐧𝐢𝐬𝐭𝐞𝐫𝐢𝐨 𝐘 𝐇𝐨𝐠𝐰𝐚𝐫𝐭𝐬

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Fueron Orión y Charlus los primeros en despertar aquella mañana, justamente despues de haber dormido pocas horas. Los mayores usaron magia para desmontar las tiendas, y dejaron el cámping tan rápidamente como pudieron, no querían otro incidente.

Al pasar por al lado del señor Roberts, que estaba a la puerta de su casita, vieron que tenía un aspecto extraño, como de aturdimiento. El muggle los despidió con un vago «Feliz Navidad» que había preocupado a todos ellos.

—Se recuperará —aseguró Sirius en voz baja, de camino hacia el páramo—. A veces, cuando se modifica la memoria de alguien, al principio se siente desorientado... y es mucho lo que han tenido que hacerle olvidar.

—Eso o le han freído el cerebro— señaló Barty de pronto, preocupando aún más a los menores

No era noticia que habían tenido que hacer malabarismo para evitar que la familia del señor Roberts recordará, pero también estaba el problema de que el agradable hombre estuviera perdiendo la memoria y sus recuerdos por borrachos que parecían haber perdido sus neuronas en ese momento.

Al acercarse al punto donde se hallaban los trasladores oyeron voces insistentes. Cuando llegaron vieron a Basil, el que estaba a cargo de los trasladores, rodeado de magos y brujas que exigían abandonar el cámping lo antes posible. Habian escuchado al señor Weasley discutir con Basil y despues fromarse en la cola, mientras ellos se mantenian resguardados, esperando que se activara el translador de emergencia.

—¿Por qué ellos no tienen un translador de emergencia?— preguntó Aiden, sin soltar la mano de Henry

—Actualmente creen que nada malo les pasará, cuando en tiempos de guerra, era normal llevar varios— aseguró Peter, recordando las veces en que incluso él, tenía que cargar con tres o cuatro transladores de emergencia

—Entonces están muy confiados — dijo Jermaine mirando a la multitud

—Desafortunadamente...

Un breve «puff» se escucha y la cadena que contiene el trasnalador de emergencia, comienza a brillar. Esta activado. Antes de que el sol terminara de salir, todos tenían la cadena de oro (tan larga que había sorprendido a Aiden y a Henry) en sus manos, misma que los llevó de vuelta a la colina de Stoatshead. Había vuelto a casa.
Cuando salieron del bosque, justamente detrás de los jardines de la mansión Potter, les llegó el humeante aroma a comida, pero no solo eso, sino también, las voces de las personas que se habían quedado en la casa.

—¡Gracias a Dios, gracias a la diosa Hécate!

Las mujeres que proyectaban una gran imágenes, lucían pequeñas y aterrorizados con sus pantuflas y ropa de dormir, y el hombre que era un alfa y líder de la manada, lucía aún más pequeño que en sus años escolares, tenían la cara pálida y tensa, y un ejemplar estrujado de El Profeta en la mano.

—¡Charlus, qué preocupada me habéis tenido, qué preocupada!— habló Dorea, mientras abrazaba a su marido y revisaba a sus niños

Walburga no tuvo que decir nada, ella simplemente le echó a su marido los brazos al cuello, y El Profeta se le cayó de la mano. Al mirarlo en el suelo, Henry distinguió el titular «Escenas de terror en los Mundiales de quidditch», acompañado de una centelleante fotografía en blanco y negro que mostraba la Marca Tenebrosa sobre las copas de los árboles. Jermaine frunció el ceño al ver la imagen, el problema que se iba a desatar en el ministerio por todo aquello, ya sentía la presión de las juntas para el Winzengamont que vendrían pronto.

—¿Qué fue lo que paso?— preguntó Remus, mientras se aseguraba que sus cachorros no tuvieran ningún rasguño —Dumbledore ha llamado a ua rueda de prensa, algo de preparrse para la guerra y que nos atacarían

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⏰ Última actualización: 8 hours ago ⏰

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𝐋𝐚 𝐌𝐚𝐠𝐢𝐚 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 ᵗᵒᵐᵃʳʳʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora