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Shanghai
Se removió en su lugar mientras esperaba, ligeramente aburrido, que aquella conferencia terminara. Sus ojos se mantenían fijos en su novio mientras los flashes destellaban en el lugar y reporteros seguían alzando sus manos en espera de una respuesta a lo que Taehyung seguía catalogando como un "deporte sin sentido".
Apoyaba a Jungkook porque veía la felicidad en el pelinegro cada vez que lograba sobrepasar a sus contendores en la pista y se hacía con el primer lugar de cada Grand Prix que corría, así que mientras el piloto se sintiera feliz, él iba a estar ahí para darle ánimos. Y tampoco tenía mucho que criticar, después de todo, se habían conocido gracias al automovilismo. Pero eso no quitaba esa sensación de incomodidad que se instalaba en el modelo cada vez que su novio se ponía tras el volante.
Mientras Jungkook conducía, extasiado por la adrenalina que la velocidad producía, Taehyung olvidaba respirar durante cada una de sus vueltas hasta que la bandera a cuadros era agitada con energía en el momento en que la carrera terminaba.
—Todos sabemos que eres uno de los pilotos más jóvenes y que te han catalogado como el Golden Boy de tu Escudería, ¿Crees que te llevarás la temporada completa, Jungkook?
Escuchó a la chica preguntar en un impecable inglés y no pudo evitar que una risa contenida escapara de sus labios, sintiendo las miradas de todos los reporteros posarse en él por un instante debido a esto, mas sólo fue plenamente consciente de que los ojos de su novio brillaron divertidos mientras una de sus comisuras se alzaba al escucharlo, en absoluto sorprendido a la reacción que el modelo tenía.

Es que cómo iba a sorprenderse, si una de las cosas que habían conquistado al piloto, era esa actitud arrogante que a ratos su novio mantenía.
Pero Taehyung en verdad no daba crédito a las palabras de la reportera (que ahora no se veía demasiado feliz por su presencia), ¿En serio había preguntado aquello? Claramente iba a quedarse con cada Grand Prix de la Temporada, después de todo, aquel año estaba siendo por completo exitoso para la joven promesa del automovilismo.
—Lo lamento, mi novio cree que tu pregunta es ridícula y tiene problemas para ocultar sus emociones —Jungkook respondió entonces, logrando que los murmullos se acrecentaran en la sala de conferencias por lo displiscente de sus palabras—, sobre tu pregunta... ¿En serio piensas que hay dudas de que la Temporada tiene mi nombre en ella?
El modelo rodó los ojos ante su respuesta, sacudiendo su cabeza en desacuerdo a lo fácil que el ego del pelinegro despegaba del piso cuando se trataba de sus capacidades tras el volante. Escuchó entonces a otro reportero preguntar algo sobre menospreciar a los demás conductores, pero Jungkook tenía aquel don con las palabras que terminaba por convencer a todos de que amarse de esa forma no era sinónimo de subestimar a los otros y que, contrario a lo que pudiese pensarse, el joven piloto amaba enfrentarse a desafíos difíciles, pues así podía jactarse de ser realmente el mejor.
Aburrido ya por completo de aquella conferencia, la que nuevamente volvió a enfocarse en detalles técnicos del deporte, se levantó con cuidado de no interrumpir aún más y abandonó la sala, avanzando hacia donde el automóvil del pelinegro esperaba para ser remolcado. Sonrió, deslizando sus dedos con suavidad por la carrocería, recordando las veces que había escuchado a Jungkook hablarle al vehículo antes y después de cada carrera. Una especie de ritual para el piloto.
—Ah... Me haces sentir como si fuera su amante a veces — susurró con burla hacia sí mismo, suspirando al comprender lo idiota que estaba siendo al hablarle a un objeto, mas empatizando un poco con el hombre que lo conducía al descubrir que era un poco liberador el poder poner sus emociones en palabras—, tienes que cuidarlo, ¿Entiendes? Tal como él cuida de ti cada vez. No quieres saber lo que te haré si le fallas en algún momento.
—Aw~ ¿Estás conectando con mi bebé? No creí que llegaría el día donde mi bebé tendría que compartir su lugar en mi corazón —vio a Jungkook acercarse a él, sonriéndole ampliamente; la parte superior de su traje ahora colgaba de sus caderas, dejando ver la simple camiseta blanca que utilizaba debajo—, ¿De qué conversaban? ¿Le contabas lo mucho que me amas?
—Presumido —rodó sus ojos, riendo con suavidad cuando Jungkook tomó sus caderas para acercarlo y besó fugazmente sus labios—, ¿Por qué debería decirte? Sólo aclarábamos nuestras diferencias.
La risa de Jungkook resonó melodiosa en sus oídos, pero su concentración desaparecía ante los suaves movimientos circulares que el piloto depositaba en sus caderas mientras lo observaba de manera intensa. — ¿Debo estar preocupado por mi bebé?
— ¿Huh? ¿Estás buscando que te deje fuera de mi habitación esta noche? —bromeó, recibiendo un suspiro por parte del pelinegro que ahora fingía sentirse dolido por sus palabras—, quizá tu equipo te extrañe esta noche y puedas honrarlos con tu compañía.

Mío ( Kookv) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora