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No había algo remarcable en aquella fiesta. Taehyung lo sabía, pero de todos modos se mantuvo con una sonrisa, saludando con cortesía a quienes se acercaban mientras a ratos veía a su mánager estrechar la mano de algún hombre o mujer para confirmar que seguirían en contacto.
No iba a negar que estaba feliz de que su trabajo estuviese volviéndose así de cotizado, pero eso también significaba mucho menos tiempo libre para sí mismo. Ah... Con Jungkook tendrían que volver a ordenar los horarios si querían disponer de tiempo para ambos y no terminar colapsados en el intento.
—Kim Taehyung, ¿No es una coincidencia agradable? — maldijo mentalmente cuando se sobresaltó, agradeciendo que su copa se encontrase vacía.
Sonrió de forma sincera cuando vio al empresario. Aunque era incómodo el no saber cómo actuar junto a él, era agradable que Hyung Sik se mantuviese totalmente en calma. — ¿En búsqueda de nuevos rostros?
Hyung Sik rió, negando con su cabeza. —No realmente; estoy negociando el uso de mis Joyas en el siguiente desfile.
—Oh, eso es importante —dijo sin dejar de sonreír—, ¿Y ha sido una negociación positiva?
El empresario lo observó un momento, sus ojos deteniéndose en los anillos que colgaban del cuello de Taehyung, suspirando al recordar las fotografías que habían estado circulando durante los últimos meses y que, aunque no lo tomaban por sorpresa, sí producían cierta sensación de derrota.

—Sí, creo que llegaremos a un buen acuerdo —respondió, sus ojos fijos en los del modelo—, ¿Qué tal has estado? He leído unos artículos interesantes sobre el rostro de mis Joyas.
Sin poder evitarlo, sus mejillas ardieron al comprender. Aunque había evitado cualquier artículo, era imposible no escuchar los murmullos que llegaban a sus oídos en cada desfile o sesión fotográfica. A veces le sorprendía lo alejado de la realidad que cada uno de esos artículos se encontraba, pero luego el recuerdo de lo sucedido en su separación se cruzaba en su mente para decirle que aquellas personas trabajan de esa forma. Un problema era mucho más fácil de vender que su relación estable.
—Bueno... Espero que ninguno de esos artículos me dejen mal parado, Hyung Sik —sonrió, recibiendo una suave carcajada en respuesta.
—No leas ese tipo de cosas, no creo que estén siendo justas en realidad —afirmó, porque recordaba haberse visto también junto al modelo, acompañado de un cuestionamiento morboso sobre el contrato que aún tenían—, prefiero quedarme con lo que mis ojos están viendo.
La tentación de preguntar sobre aquello se asomó inevitablemente, pero no estuvo seguro de querer saber que decían de él, después de todo, era Jungkook quien debía creer en él y ambos estaban claros de que lo que se dijera de ellos ahora que estaban nuevamente juntos, no iban a ser cosas agradables. Suspiró entonces, ladeando con curiosidad contenida su cabeza hacia Hyung Sik.
— ¿Y qué es lo que tus ojos ven ahora? —preguntó, retrocediendo de forma instintiva cuando la mano del empresario se acercó a su rostro con toda la disposición de acariciarlo, viendo su sonrisa ampliarse por su reacción—, lo siento...
—Eso es lo que veo —su respuesta sonó como algo obvio, sonrojándose al comprender que aquel gesto del empresario había sido una simple prueba—, creo que Jeon Jungkook debe ser un hombre interesante, sería divertido conocerlo. Pero estoy seguro de que él no debe sentirse de igual forma, mucho menos después de nuestro último encuentro.
—Guk... Jungkook no es ese tipo de persona —sonrió al recordar una de las muchas conversaciones que compartió con su novio, donde el piloto le aclaraba que no importaba en realidad lo que hubiese hecho cuando no estaban juntos—, y también es un presumido, es probable que ame saber que eres un seguidor de su deporte.
El empresario sonrió al escucharlo, deseando que Taehyung pudiese ver la forma en que su expresión cambiaba por completo al hablar del piloto. —Entonces me encantaría tomar esa oportunidad en algún momento.
—Hyung Sik, en verdad lamento lo que sucedió —dijo con algo de culpa, pues comprendía que era él quien terminó por darle alas a algo que no debió traspasar los límites de su relación laboral—, en verdad creí...
—Creíste que estar conmigo sería una forma fácil de olvidar, ¿No te alegra no haberlo hecho? Ahora te ves mucho más feliz de lo que estabas incluso la primera vez que te vi desfilar —dijo con una sonrisa, tomando de su propia copa—, en verdad ustedes dos son personas afortunadas. Te dejaré ahora, debo volver a mi rol de empresario.

Mío ( Kookv) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora