25
Estaba emocionado. Se volvía inevitable sentirse ansioso mientras recorrían las calles adornadas de luces que a ratos se volvían cegadoras en aquella noche.
Incluso aquel automóvil —el que Jungkook se había encargado de que fuese el más jodidamente vistoso de todos—, le parecía perfecto para recorrer todo el camino del hotel en el que estaban hospedados.
El viento golpeaba su rostro y jugaba con su cabello, mas la euforia que sentía, evitaba encontrar molesto aquel detalle. Todo era absolutamente increíble mientras conducía hacia donde sus amigos esperaban. Y sí, podía ser algo estúpido para muchos y no tener real sentido una vez regresaran a su país, pero eso no importaba para ninguno de ellos, pues lo importante era que podrían darle total validez a aquello que por tanto pospusieron.
Fue inevitable recordar aquellos preparativos interminables de años atrás, que aunque en ese instante lo habían hecho tan estúpidamente feliz, ahora no eran más que detalles irrelevantes.
No había gastado en trajes lujosos ni en un lugar que fuese lo suficientemente amplio para los invitados. Ni siquiera esperaba regalos, simplemente se conformaba con saber que las personas más importantes en su vida estaba ahí para ellos.
Dios, ¡Qué ingenuo había sido antes al creer que necesitaba todo aquello! Cuando ahora estaba sobre una nube con algo tan simple.
— ¡Esto es increíble! —dijo emocionado, escuchando la risa de su prometido resonar como música para él—, ¡¿Puedes creerlo?!
Jungkook sonrió ampliamente, dejando que el viento que los acompañaba en aquel convertible que había escogido especialmente para su Taehyung, desordenara su cabello que ahora caía largo y rebelde.
—No, es que todo contigo me parece algo increíble, mi amor.
— ¡Mira, mira! —gritó al ver el lugar al que se dirigían, disminuyendo la velocidad hasta dejar el auto frente a la capilla—, ¡En verdad estamos aquí!
Entre risas, bajaron del automóvil y se acercaron al lugar donde los esperaban sus padres y amigos, entrelazando sus manos con emoción.
—Te dije que te traería a Las Vegas para hacerte mi esposo, pequeña cosita consentida —Jungkook dijo con una de sus cejas arqueadas, disfrutando de las reacciones que cada una de sus palabras provocaba en su prometido—, que Elvis sea testigo del amor más grande de todo el jodido mundo, bebé.
Taehyung asintió, abrazándolo sin poder contenerse antes de caminar hacia donde aquel hombre los esperaba. Su estómago se encontraba revuelto por la emoción y su rostro dolía ligeramente por aquella sonrisa que se negaba a abandonar sus labios, pero ahí estaban, juntos, escuchando a Elvis —por más irrisorio que eso pudiese sonar— , pedirles sus votos de la forma más genial que hubiesen imaginado.
—No sé qué más decir que no te haya dicho durante estos años, Taehyung —el pelinegro comenzó, sosteniendo las manos de su prometido con cuidado—, pero incluso aunque tuviera que inventarte todo un nuevo idioma para expresar lo que tú, sólo tú, Kim Taehyung, eres capaz de provocar en mí, juro que lo haría sin dudarlo. Te amo; amo tu sonrisa, amo la forma en que haces ese irresistible puchero cuando algo no es lo que esperas y por sobre todo, amo saber que cada vez que me miras, no necesitas palabras para corresponder todo lo que siento por ti. No cambiaría absolutamente nada de nuestra historia juntos, porque es lo que nos tiene aquí ahora... Y volvería a llevarte conmigo tal como esa noche en Monza y sé que volverías a besarme igual que al final de esa fiesta.
—Cursi y presumido —susurró sin dejar de sonreír—, Gukkie, lo único que puedo decir ahora, porque en serio no hay alguien que pueda superar tu capacidad para seducir, es que te amo y que eso ha sido y seguir siendo así por años. Eres el idiota más presumido que pude conocer, pero también eres el hombre más increíble y valiente que existe. Eres el mejor, lo sabes... Y aunque hayan días en que dudes de eso y sientas que están sacudiendo banderas amarillas frente a ti, voy a tomar tu mano y conducir contigo hasta que vuelvas a sentirte seguro. Eres mi meta, Gukkie... Siempre vas a ser el lugar al que quiera llegar.
Sintió su voz quebrarse, pero no le importaba si Jungkook seguía observándolo de esa forma. Escucharon entonces a Elvis declararlos legalmente como esposos y sin negarse, dejó que el pelinegro sostuviera su rostro y lo besara profundamente. Sus manos se aferraron a él, tal como había hecho desde el mismo instante en que se habían descubierto en Monza, dejando que sus emociones fluyeran libres con el hombre que se había convertido en su esposo.
Lo amaba, con las discusiones y con las risas; incluso en el instante en que había perdido toda esperanza de poder recuperar aquello que por años construyeron, lo había amado profundamente. Y estar ahora concretando aquello, era la prueba irrefutable de que ellos eran perfectos juntos.
Se habían estrellado violentamente años atrás, pero ahora tenían claro que su carrera apenas iniciaba.

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Mío ( Kookv)
Fiksi PenggemarSi alguna vez leíste una historia sobre tae siendo un modelo y Jungkook un corredor de autos, pues es esta 😂 Esta historia no es mía y solo la estoy publicando aquí por encontré los pdfs y quiero leerlos aquí y si alguien los estaba buscando y los...