Casualidad.

Primer Encuentro

Ya son las tres de la tarde y no me he acabado de alistar para la salida que tengo con mis mejores amigas, a ellas las conozco desde el colegio y de cierta manera tenemos los mismos intereses. Mientras que me ducho pienso en qué ropa ponerme, después de ducharme opto por colocarme un pantalón negro ajustado y una blusa color salmón con un suéter negro ya que me queda bien, debido a mi color de piel blanco, ojos cafés claros y cabello liso castaño, luego prosigo a cepillarme el cabello y cuando ya estoy a punto de terminar suena mi teléfono, claro, es mi amiga Paola la que ya esta llamando para que le apure.

-Hola amiga ¿cómo estas?-mientras tanto trato de aplicarme el labial rosa que combina perfectamente con la blusa.- no me saluda cuando ya me está diciendo.

-Valeria, te estamos esperando junto con Camila en el bar del centro de la Avenida.

-Vale, ya estoy a punto de salir. - cuelgo y en ese momento me monto en mi camioneta, al estar dentro me siento mas segura y para relajarme un poco enciendo la radio y escucho mi grupo favorito <<DLD>> y me voy escuchando la canción "Mi vida".

Al llegar al bar, busco donde aparcar mi carro y desde el retrovisor puedo ver la cara de Camila que me espera pacientemente desde la silla del bar.

-Hola chicas, ustedes como siempre siendo intensas de la manera más insoportable.- Paola me mira un poco ofendida, porque en el fondo de mi corazón sé que me han apurado ya que desde que estoy trabajando casi no me queda tiempo para salir con ellas.

-Hola amiga, que pena la intensidad pero queremos que esta noche sea maravillosa y tenemos que aprovechar ya que, hace rato no nos vemos.- comenta Paola. Y Camila siempre con lo noble que es me saluda en la mejilla y no dice nada.

-Bueno, entonces sin perder tiempo empecemos a adelantar cuaderno.

En ese momento la camarera nos trae unos cócteles, yo trato de no tomar demasiado, ya que hoy he traído el carro y no quiero que la policía me haga un parte por estar conduciendo borracha, o al menos que me tomen el aliento a alcohol. No es que el cóctel contenga muchos grados de alcohol pero si sigo tomando terminaré perdiendo el control.

Mientras tanto Camila nos habla sobre su nuevo novio el cual lo ha conocido en la Universidad, luego mi amiga Paola nos cuenta sobre su hija y los problemas que tiene con el padre de la niña y por último yo les cuento sobre mi nuevo trabajo en la producción que vamos a estar realizando durante los próximos meses.

-Creo que se esta haciendo como tarde- menciona Paola

- si pero deberíamos quedarnos mas tiempo y por qué no ir a cenar algo porque tengo mucha hambre- comenta Camila mientras que yo les índico que me esperen en la camioneta y así pagar la cuenta.

Cuando conduzco por la ciudad, no sabemos que comer y no se nos ocurre más que ir y comer pizza de champiñón con pollo. Cuando salimos cada una se va y yo conduzco de noche sola por las calles de Barcelona.

De repente la llanta empieza a rechinar y no se que hacer en medio de la noche sin la ayuda de alguien.

<<Mierda>> se ha pinchado la llanta trasera de la camioneta y prosigo a sacar las herramientas que llevo en el baúl, en ese instante un hombre se baja de un carro súper elegante, tiene sus ojos cafés claros, su cabello castaño y es alto y fornido. Se nota que le gusta ir al Gimnasio. Pasa por delante de mí, me mira y agacha su mirada a la llanta pinchada.

-Hola soy Mario C, iba conduciendo cuando de repente te vi, buscando la manera para reparar la llanta. - él se queda mirándome y se nota un poco nervioso, no se si es lo que causo en los hombres o el simplemente es nervioso con todo.