No tengo cabeza para pensar en este momento. Solo quiero dormir después de un día haha perdón de una noche tan larga. Me la he pasado tomando últimamente, si mi madre me viera en estos estados me estaría odiando, ella es anti alcohol y yo aquí soy "Quiero alcohol".
-Bueno que piensas hacer, estoy súper cansada y quiero dormir. Le comento a Mario como si le estuviera rogando que me deje dormir.
-Pues si quieres me voy y te dejo sola. - su voz suena cortante pero cuando lo pienso le respondo.
-No, si quieres te puedes quedar en mi apartamento, es muy tarde y no creo que sea bueno que conduzcas a estas horas.- la verdad no quiero que se vaya.
-Vale, pero tú no tienes un sofá en la habitación. - <<no importa puedes dormir conmigo>> quiero decirle pero no quiero que piense que yo seré así con los hombres.
-Puede que no haya sofá pero si hay un piso.- soltamos una carcajada y creo que con eso ya se nos ha pasado el mal genio.
-No, prefiero dormir en la orilla de tu cama o contra el rincón, como quieras.-
-Vale, entonces espérame me cambio y mientras tanto tú te metes en mi cama.
El asiente y yo me dirijo al baño, cuando ya estoy lista me meto a la cama apenas con mis short cortos y mi esqueleto. La cama está calientica, es el calor que Mario produce no quiero seguir pensando en él, cuando me ha evitado todo el día, al cabo de varios minutos me quedo dormida.
Los golpecitos en la puerta me despiertan y me levanto para mirar quien es, miro por la ventana y no puedo creer que sea mi madre ¿Cómo ha llegado hasta mi casa? Bueno ella siempre supo donde vivía, por qué no me ha avisado de que vendría a visitarme.
Ahora que hago, Mario está durmiendo en mi cama y yo estoy así en short, ¿Qué va a pensar ella? No, esto no me puede estar pasando deben ser todavía los tragos. Pero me equivoco cuando vuelven a tocar en la puerta.
Ya voyyyyyy.... Grito desde el cuarto colocándome una sudadera.
-¿Qué pasa?- me pregunta un poco sorprendido al ver mi cara-
-Nada que mi mamá acaba de llegar a mi casa y ahora ¿Qué le voy a decir cuando te vea aquí?
- Pues la verdad, le dices que yo soy tu novio y que me he pasado la noche acá en tu cama.- sonríe, pero en este momento no quiero risas ni nada por el estilo, me siento un poco nerviosa.
-No lo entiendes, yo nunca he metido a alguien en mi cama, ella no se va a creer ese cuento.
Siguen golpeando en la puerta, creo que tendremos una larga discusión.
-Hola Mamá, ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no me has avisado que venías para Barcelona?- mi voz se corta cuando ella entra en mi cuarto.
Ve a Mario sin camisa y en mi cama. Esto no me puede estar pasando.
-Valeria, ¿me puedes explicar esto? Tú no eras así antes de venirte a esta ciudad. - me mira mal.
-No es nada mamá.- trato de explicarle pero es que no sé, me siento nerviosa.
-¿Que no es nada? Hija tú estás en tu apartamento con un hombre en tu cama, eso que quiere decir, que te acabas de acostar con él. Donde quedaron los principios que te enseñé desde pequeña.- en sus ojos se le nota la desilusión.
-Señora se está equivocando- en ese momento Mario se levanta de la cama y le responde a mi mamá.
-Y tú quién te crees para venir a opinar. Estoy hablando con mi hija-le da la espalda y lo fulmina con la mirada.
-Mamá no seas grosera, entre nosotros no ha pasado lo que tú crees. No hemos tenido relaciones sexuales si es eso lo que tú piensas.
Ella me mira y lo mira a él no sabe que más pensar de mí.
-No sé Hija, te desconozco, tú no eres así. Tú no metes a cualquiera al apartamento, me imagino que ni lo conoces bien. - es verdad no lo conozco del todo bien, pero él me gusta y punto.
-Lo sé mamá pero Mario y yo estamos saliendo hasta ahora. Déjame por una vez vivir mi vida a mi manera, tu siempre quieres controlarme.- las palabras se me salen de repente, no las tenía planeadas pero es que es la verdad, yo siempre he hecho lo que mi mamá ha querido y nunca me ha dejado hacer lo que en realidad yo quiero.
-Ok, pero espero que este hombre no te haga daño y después estés llorando delante de mí.- Yo asiento esperando que en verdad así sea que Mario no me vaya hacer daño.
-Señora que pena meterme en sus asuntos pero de algo estoy seguro es que a su hija la quiero demasiado como para hacerle daño. -Vaya no esperaba esas muestras de afecto y menos delante de mi madre. Me siento cada vez convencida de que en realidad me ama, no esa es una palabra grande todavía, que me quiere.
-Mamá nos puede dejar solos un momento, espérame en la sala.- le sugiero mientras que voy cerrando la puerta de la habitación.
No olviden comentar.
Besos, los amo.
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Casualidad.
RandomCJamás creí que mi vida fuera a cambiar cuando lo conocí a él. un hombre guapo con acento español y una sonrisa encantadora, esa sonrisa que enamoraba a cualquier chica. Yo era una de ellas, pero no pensé que enamorarme de él iba a ser lo peor que u...