𝐔𝐍𝐎 𝐌𝐈𝐒𝐌𝐎.

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La temperatura se sentía en el ambiente, sus cuerpos reconocían las caricias y los besos que, empezaron a calentarse, los jadeos y gemidos resonaban cada vez más en la sala.

- Jimin, déjame hacerte el amor, por favor, necesito sentirte y saber que estás aquí - Jungkook se separó jadeando, con los labios hinchados y rojos por el labial corrido de Jimin.

- Si, por favor Jungkook, hazme de nuevo tuyo - respondió Jimin con una sonrisa seductora en sus labios rechonchos.

Luego de eso volvieron a tomarse sin medidas los labios, mordiendo y chupando.
Ambos se pararon del sillón y comenzaron a caminar hacia su antigua habitación, subieron las escaleras con mucho cuidado pues no sé separarían por nada, al llegar abrieron la puerta para que después Jungkook empujara a Jimin entre la pared y su cuerpo, tomando la pierna libre del vestido y haciéndole a Jimin rodear su cadera, pegándose así ambos un poco más, y logrando que la erección de Jungkook tocará el lugar húmedo entre las piernas de Jimin.

Al sentir ese movimiento, no dudaron en gemir los dos al mismo tiempo, empezando a estimularse.
En ese medio año, ninguno habia estado con otras personas, aunque estuvieran divorciados todavía sentían ese compromiso ante el otro de guardarle respeto y nunca ni por error se les pasó por la mente estar con otras personas.

Jimin desató la corbata negra y después comenzó a desabrochar los botones de la camisa gris del contrario, deslizandola por los anchos hombros de su hombre, ahora tenía a su disposición el trabajado y tatuado torso de Jungkook y no tardó en pasar las manos por el ejercitado cuerpo, disfrutando del tacto bajo su mano, provocando escalofríos en el cuerpo contrario al rozar con pasión sus uñas.

- Tienes muchas ropa todavía encima nene - dijo para después tomar entre sus dedos en cierre del vestido y bajarlo, por la acción, el vestido se deslizó solo un poco, pero pronto Jungkook tomo la tela y la bajo con firmeza, la gravedad hizo su trabajo y el vestido cayó de una al suelo, logrando que Jimin quedará en una bonita lencería esmeralda de encaje.

Jimin jadeo al sentir una corriente fría pasar por su cuerpo, y sin perder tiempo tomo la hebilla del cinturón y se deshizo de este, para después desabrochar el pantalón y meter la mano para acariciar por encima del boxer el duro pene de su amante.

Jungkook se separó y quitó rápidamente sus zapatos, calcetines y pantalón. Ahora ambos estaban únicamente en ropa interior.
Bajando sus manos a las nalgas de Jimin, se dió cuenta que era una tanga, realmente no le sorprendía, Jimin siempre usaba de ese tipo de ropa, y a él le encantaba.
Tocándose y explorando de nueva cuenta sus cuerpos avanzaron hasta la cama, la espalda de Jimin tocó las suaves sábanas de seda haciendo que arquera su espalda, logrando que sus prenominentes pechos sobresalieran aún más si era posible.

El azabache se alejo de Jimin y retrocedió hasta tener frente a el los delicados pies, para después desatar con suma paciencia las zapatillas. Al terminar se agachó y empezó a succionar desde las pantorrillas hasta los lechosos muslos, creando marcas.
Esquivo por un momento el dulce que lo tentaba y subió por el abdomen para seguir con sus marcas, hasta llegar a los pechos y liberarlos de la prisión en la que estaban, obteniendo así que estos rebotaran y por fin mostrándose libremente, al instante Jimin sintió que sus pezones se endurecían y deseaban ser atendidos.
Y Jungkook conocía a la perfección las necesidades del cuerpo contrario, que no espero para tomar entre su grande mano el seno derecho y acercar su boca para atrapar entre su boca el botón rosado.

Los gemidos aumentaron en medida, Jimin se sentía desmayar, y lágrimas de placer inundaban sus ojos.

Jungkook atendió con mucho esmero ambos botones, deseoso de que por estos saliera leche.

- Oh amor, por favor no pares, sigue así.

- Te haré sentir bien hoy, mañana y siempre.

Sin más preámbulos, Jungkook retiro la tanga, revelando el suave y afrodisíaco coño de Jimin, estaba tan ansioso que simplemente arrojo la tanga y se sumergió sin esperar en ese lugar húmedo.

- Extrañe esto, extrañe saborearte y comerte - por cada palabra dicha Jimin gemía.
De repente sintió la lengua de su amante dar una lamida desde abajo hasta arriba, y abriendo con sus dedos los gordos labios vaginales lubricados naturalmente, metiendo su lengua en el agujero chorreante, Jimin ante el placer dado tomo con una mano la mata de cabellos empujando más la cabeza hacia su coño y tomando con su mano libre una de sus tetas, aplastándola y dándole estímulos.

- Jung, Jung pa-ara me ve-engo. Y solo quiero hacerlo cuando estés dentro de mí.

- Entonces no te haré esperar - se deshizo de su boxer negro, liberando su largo, duro y gordo pene. Con la cabeza hinchada, roja y soltando presemen.
Jimin solo podía gemir ante la espectacular vista.

- Por favor, solo entra - pidió.

Entonces Jungkook recolectó el lubricante del coño y tomo su duro pene entre sus manos para embarrarse y lograr un deslizamiento más fácil, al estar lubricado abrió un poco más con delicadeza las piernas de Jimin y se acercó, hasta lograr que la punta de su pene tocará la entrada del perfecto coño.

- Solo hazlo.

Y sin más, guío su pene y entro suavemente la punta de hongo, haciendo gemir a ambos. Acercó su cara a la de Jimin para darle un apasionado beso y enmedio del beso, entro con una fuerte estocada, logrando que gimieran más fuerte en sus bocas, comenzó con un vaiven regular y poco a poco empezó a dar estocadas fuertes.

Ambos gemían sin parar, sus pechos rozándose, sus bocas devorándose, las manos de Jungkook acariciando cada centímetro de piel y Jimin creando nuevos rasguños en la espalda del azabache, todo era perfecto.

- Te amo mucho Jimin.
- Yo también te amo mucho Jungkook.
Ambos dijeron al mismo tiempo que se corrían, exprimiendo hasta la última gota del otro.

Jungkook cayó rendido encima de Jimin, sin poner su peso completo y sin salir de su interior.

- Fue increíble, necesitaba tenerte de nuevo - dijo Jungkook acariciando suavemente el cuerpo de Jimin.

- Ahora me tendrás para siempre - dándole un beso en los labios sello su promesa.

- Para siempre - concordó Jungkook con otro beso.

Jimin se subió encima de Jungkook, todavía con el miembro dentro de él.

- Entonces ¿Tienes sueño? O ¿Puedes con otra ronda? - hablo al mismo tiempo que rodaba sus prenominentes caderas.

- Puedo con esta y muchas otras - respondió Jungkook socarronamente tomando con sus grandes manos las nalgas de Jimin y empezando a empalarlo.

Y entonces las llamas ahora se habían convertido en un fuego interminable, que nada ni nadie podía apagar.









En Las Cenizas De Un Amor Profundo [Kookmin - Mini historia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora