Capítulo 1: Conocerte

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La vida es corta como su misma palabra lo describe, ¿te pusiste a pensar que cada día que pasa es un día menos de vida?

Era imposible pensar cómo alguien podía vivir feliz sabiendo que pronto moriría, era algo extraño imaginarse a alguien sonreír en su momento más difícil.. Que a pesar de todo y de las circunstancias, ser un alma lleno de amor y alegría.

Pues, Kim Taehyung era el representativo de aquello.

A sus cortos 20 años, fue diagnosticado con cáncer de pulmón. Su tos persistía y los meses pasaban, empeorando a medida que el tiempo avanzaba. No sabía qué le ocurría a su cuerpo, ni qué podría estar pasando, a no ser que un día su tos se volvió sanguinolenta, provocando así un cambio permanente en su vida.

Se preguntaba cómo era posible que padeciera esa enfermedad a tan temprana edad, considerando que el promedio para desarrollar cáncer de pulmón era a partir de los 65 años. Quizás la suerte nunca estuvo de su lado, sin embargo, nunca dejó de creer que cosas buenas llegarían a su vida. No era alguien que se rindiera fácilmente; de hecho, cada adversidad que enfrentaba se convertía en una motivación para ser mejor en el próximo capítulo de su vida.

A los 12 años probó su primer cigarrillo, y cuando sus amigos ofrecieron probarlo, desencadenó una adicción que lo llevaría a la muerte más rápido de lo que uno se esperaría.

La vida es cruel.

Todos sabemos que cada acción tiene una consecuencia. Una acción provoca un cambio y un cambio altera la estabilidad de las acciones.

Ahora, Taehyung tenía 25 años y para la sorpresa de todos aun seguía vivo, superando la tasa promedio y cualquier pronóstico. Aunque, ahora solo le quedaban días de vida y tuvo que ser condenado a pasar sus últimos momentos en la camilla de un hospital.

—Mamá, extrañaré mucho el atardecer.

—Hijo... —posó una mano sobre su cabeza— Te gustan mucho, ¿verdad?

—Me encantan. —sonrió levemente— Mi celular está lleno de fotos de atardeceres. Algunas son naranjas, otras violetas, algunas rosadas, suelen tener muchos colores. Sus colores tan brillantes me hacen sentir más vivo.

—Recuerdo que solías pintarlas, tengo algunas de ellas en casa. —afirmó su madre—

Mientras Taehyung seguía observando la belleza del atardecer, se escuchó abrir la puerta.

—Con permiso, señor y señora Kim. Necesito informarles sobre algo que sucedió a último momento. —declaró el médico, quien vestía una bata blanca y anteojos— Tenemos a un joven de 23 años enfermo, estamos esperando sus resultados y lamentablemente ya no disponemos de habitaciones disponibles. Y yo le pregunto a usted señor Kim —dijo señalando a Taehyung— ¿Le molestaría tener un compañero mientras tanto?

—Oh, no, por supuesto que no. Creo que no me vendría mal algo de compañía. —contestó sonriente—

—¡Excelente! En un rato vendremos y dejaremos todo en orden. Ahora sí me permiten, me retiro.

—Me alegra que ahora tengas un compañero mientras yo no esté, pero aún así no dejaré de venir a verte, cariño. —agarró sus manos suavemente— ¿Estás bien? ¿Necesitas algo antes de que me vaya?

—Me cuesta un poco respirar —tosió— Pero estoy bien, los tubos de oxígeno me ayudan mucho.

—Mi niño, sabes que siempre estaré aquí para ti. Ahora debo irme, cualquier cosa que necesites solo llámame ¿sí?

La señora Kim se levantó de su lugar y miró unos segundos a Taehyung en aquella camilla. Se veía tan vulnerable que no sabría si iba a ser capaz de soportar su partida cuando el día llegara.

Reloj de arena | KTH + JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora