Un nuevo día llegó, el aire se impregna con el dulce aroma de las flores mientras la calidez envuelve el ambiente, los días eran más largos que las noches y la Luna se escondía más temprano de lo normal. Era un amanecer lleno de promesas y juventud, donde la naturaleza despertaba en plenitud.
—Oh, baby, I am a wreck when I'm without you. I need you here to stay, I broke all my bones that day I found you~
—No sabía que eras cantante. —bromeó el rubio—
—suspiró— De hecho, no lo soy, solo me gusta mucho cantar.
—¿Podrías pasarme la canción? No entendí un carajo de lo que decía.
—¿¡Cómo no!? —rio—
—No sé inglés, perdón.
Ambos se miraron por unos segundos y se echaron a reír, podrían estar hablando de cualquier tema por horas y aun así reírse como unos tontos. Tanto Taehyung como Jungkook, se sentían muy bien junto al otro, era una sensación que antes ninguno había sentido y que anhelaban sentirse así por mucho más tiempo.
—Taehyung, hoy quisiera que saliéramos de aquí, probar cosas distintas. Ya estás mejor, ¿no? Creo que no deberíamos perder más tiempo.
El castaño quedó pensativo por un rato, sin emitir respuesta alguna. Su cara estaba seria e inexpresiva, si bien ya tenía permiso para salir, lamentablemente dependía de oxígeno para poder respirar mejor.
—Me encantaría, pero sabes, no dispongo de una mochila de oxígeno para salir. Estoy aquí petrificado como una momia y ya sabes... Mis pulmones están tan dañados que no puedo vivir sin oxígeno de ayuda. —dijo señalando los tubos que conectaban en su nariz—
—Dame un momento.
Jungkook lentamente se levantó de su camilla y se dirigió hasta recepción de manera sigilosa. Una vez que llegó, pudo encontrarse con una señorita de cabello renegrido y ojos celestes frente al monitor de una computadora, haciendo quien sabe qué cosa. Se paró frente a ella indagándola con la mirada, intentando llamar su atención.
—Señorita, necesito que me ayude.
La chica seguía sin prestarle atención, escribía sin parar y los sonidos de las teclas resonaban por todo el salón, haciendo que Jungkook poco a poco perdiera la paciencia. Aclaró su garganta fuertemente, pero no funcionó, así que tuvo que tomar medidas desprevenidas.
—¡Señorita! —gritó repentinamente—
—¡Oiga, no es necesario que grite! —respondió por fin—
—Disculpe, pero es que no me escuchaba. En fin, necesito su ayuda, por favor.
—Dígame en qué puedo ayudarlo.
—Verá, tengo un compañero de cuarto llamado Kim Taehyung. Es la habitación número 208, él está enfermo de los pulmones y necesita oxígeno, una mochila de oxígeno... ¿Hay alguna posibilidad de que puedan entregarle uno?
—Déjeme verificar su información.
Kim Taehyung, 25 años, residente de la ciudad de Daegu.
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Reloj de arena | KTH + JJK
Fiksi PenggemarTaehyung sabía que su tiempo en cualquier momento acabaría, aún así se prometió ser feliz mientras la vida se lo permita. Sus últimos días la pasó en aquella habitación, haciendo que sus sueños se vieran imposibles de cumplir. O eso al menos eso cre...