Ya había pasado una semana desde que Jungkook había ingresado al hospital.
Taehyung sorpresivamente había mejorado, sus análisis salieron con una mirada positiva y su estimado de vida había aumentado.
Y al parecer, la vida le estaba sonriendo.
En cambio para Jungkook, no todo parecía ir como esperaba.
—Señor y señora Jeon, ya tenemos los resultados de su hijo.
El rubio también se encontraba presente, quien tomaba de la mano a su madre para controlar sus nervios ante lo que estaban a punto de escuchar, y al otro lado, su padre, quien no tenía expresión alguna.
—Luego de una semana de monitoreo, analizando adecuadamente cada síntoma de su hijo, pudimos llegar a la conclusión. —suspiró con profundidad el médico— Su hijo padece de leucemia linfocítica crónica, que en pocas ocasiones se puede curar.
Al escuchar esas palabras, la madre de Jungkook entró en llanto, mientras aún sostenía la mano de su hijo y la apretaba con fuerza, tratando de contenerse para seguir escuchando su diagnóstico.
—Aun así, la mayoría de las personas viven con la enfermedad durante muchos años.
—¿Eso quiere decir que mi hijo podrá vivir mucho más de lo esperado? —preguntó su padre—
—Por su edad, la tasa de supervivencia de más de 5 años es del 40%. Todo dependerá de como avance su salud. —suspiró— Lo lamento mucho.
Jungkook sintió sus lágrimas caer sobre su rostro, su mente se encontraba en blanco y no sabía qué decir o hacer, aunque la primera reacción de su cuerpo fue levantarse y salir corriendo de aquel lugar. Por un momento todo el dolor que sentía en sus huesos, desaparecieron, corría con todas sus fuerzas mientras sus lágrimas eran esparcidas por los pasillos del hospital sin saber a dónde ir, solo quería huir y olvidarse completamente de todo.
Todo con lo que alguna vez había soñado, hoy se había derrumbado.
Menos de 5 malditos años le quedaban, 5 malditos años que para él no eran suficientes.
Menos de 5 años para soñar, para vivir, para sonreír, para llorar, para amar.
¿Acaso eso era vida? ¿Quién en su sano juicio vive bien sabiendo que pronto moriría?
—Él, ¡es él!
Disminuyó la velocidad y corrió en dirección hacia la habitación donde el castaño y él se hospedaban, abriendo con todas sus fuerzas la puerta número 208. Su respiración agitada, sus ojos rojos debido al llanto y su cabello despeinado hicieron pensar al castaño que nada había salido como él lo esperaba.
Taehyung se sentó de inmediato en su camilla tratando de levantarse, hasta que el rubio se acercó hacia él y lo envolvió repentinamente en sus brazos con desesperación.
—T-tengo leucemia —confesó— Me quedan solo 5 putos años, ¿cómo voy a vivir así? Yo... —su llanto fue más fuerte que sus ganas de contenerse, haciendo que su cabeza cayera sobre su hombro, llorando en la misma—
—Jungkook, cuanto lo siento. —acarició su espalda— Pero sabes algo, tienes 2 años menos que yo, tienes mucho más tiempo que yo. En 5 años podrás vivir todo lo que yo no pude en este tiempo, por favor tienes que tratar de ser fuerte. Por ti, por tu familia, por tus sueños, Jungkook.
—¿P-pero cómo haré eso? Siento que hoy mismo moriré, no creo vivir así 2 años más. ¡Ojalá pudiera volver el tiempo atrás, maldita sea!
—Taehyung. —musitó—
Jungkook miró confundido al castaño.
—¿Quién es Taehyung?
—Yo, me llamo Kim Taehyung.
—¿Por qué carajos me lo dices? Se supone que tenía que adivinarlo. —dijo con una pequeña sonrisa, aún con su cara roja—
—El tiempo es sagrado, dijiste. No haré que pierdas el tiempo tratando de buscar algo que tendrías que haberlo sabido desde un inicio, Jungkook. —suspiró apenado— Yo sé que sonaba curioso y divertido el acertijo, pero ahora quisiera que inviertas ese tiempo que usaste para saber mi nombre, en tus sueños.
Jungkook no pudo evitar sonreír.
—¿No te dijeron alguna vez lo lindo que llegas a ser?
—¡Oye! —respondió avergonzado—
—¡Lo siento! No puedo evitar decir lo que pienso. Pero, es la verdad, Taehyung. Gracias por tus palabras. —sonrió—
—Jungkook.
—¿Sí?
—¿Aquel piercing en tu labio te dolió? —preguntó curioso de repente—
—Cualquier cosa que involucre perforar la carne, es obvio que dolerá.
—Pues... Es que me llama la atención. Se ve lindo.
El rubio entrecerró un poco sus ojos y sus labios formaron una leve sonrisa, sabía que Taehyung era un ser algo inocente, tal vez un tanto curioso, pero por alguna razón le gustaba jugar un poco con él.
—¿Quieres probarlo, Taehyung?
—La verdad siempre he querido hacerme uno, aunque no estaba convencido del todo. —afirmó seguro—
No pudo evitar reírse a carcajadas al escucharlo, era obvio que su pregunta fue con doble intención y no podía creer que no entendiera algo tan simple como eso, le fue inevitable no reírse ante su respuesta. ''Sin dudas, este chico es demasiado adorable.''
—Que tierno eres, de veras. Amo tu inocencia, Taehyung.
—Oh no, espera. —el castaño tapó su cara avergonzado, dándose cuenta que otra vez cayó en las trampas de Jeon Jungkook— ¡Eres un maldito!
—Peeeero —acercó su rostro al suyo, mirando fijamente sus ojos— ¿Cuál es tu respuesta a eso?
El sonido de la puerta abriéndose con fuerza hizo exaltar a ambos chicos, haciendo que se separaran ante la tensión que habían provocado, o más bien, que Jungkook había provocado.
El señor y la señora Jeon entraron con desesperación a la habitación preguntando al rubio si estaba todo en orden. Jungkook habló con ellos un rato, les pidió amablemente que le dieran su espacio y ellos se retiraron del lugar respetando su decisión, no sin antes darles un abrazo y un beso en cada mejilla como era de costumbre.
Luego de aquello, se recostó en su camilla.
Los días en aquel hospital habían acabado, hoy sería su último día allí ya que su hospedaje era temporal hasta una vez sabido su diagnóstico y ahora debía seguir el tratamiento adecuado en casa, seguir su vida "normal" como antes y planificar sus sueños a futuro antes de que su tiempo se acabara. Por alguna razón no quería irse, en aquel lugar y en especial esa habitación, se sintió como su hogar en los 9 días que permaneció allí.
Había encontrado a un compañero, a ese chico que extrañamente se convirtió en alguien especial en el poco tiempo que estuvo en aquel hospital.
¿Era posible sentirse apegado a alguien quien apenas conociste hace unos días?
Mientras su cabeza vagaba en sus pensamientos, Taehyung se encontraba dormido a su izquierda. Ante sus ojos, se veía tan tierno y lindo que daban ganas de ir y abrazarlo, aunque sería algo descortés y raro de su parte.
Posó su mirada al techo y cerró sus ojos, dejando que el sueño llegara hacia él, a la vez que sus pensamientos lo consumían, quedando finalmente dormido ante la incertidumbre del mañana.
—Tal vez la vida no es tan mala después de todo. —susurró, quedando finalmente dormido—.
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Reloj de arena | KTH + JJK
FanfictionTaehyung sabía que su tiempo en cualquier momento acabaría, aún así se prometió ser feliz mientras la vida se lo permita. Sus últimos días la pasó en aquella habitación, haciendo que sus sueños se vieran imposibles de cumplir. O eso al menos eso cre...