Reloj de arena | KTH + JJK

Capítulo 10: Almas gemelas

CAPÍTULO LARGO

Este capítulo vale por dos, dejo advertencia para que tengan en cuenta. <3

Preparen un poco los pañuelos, porque esto será una mezcla de emociones.

...

¿Alguna vez pensaste en las almas gemelas?

Cuando tu corazón se siente cautivado al estar al lado de esa persona, cuando sientes paz, tranquilidad y sobre todo amor, cuando tu mente se siente en armonía, haciendo que tus pensamientos desaparezcan por completo, olvidándote de todos tus problemas.

Cuando tu mente queda en blanco y solo te limitas a disfrutar el tiempo, cuando sabes que es recíproco, donde sabes que es correspondido.

No hay nada más lindo que ser amado. ¿Verdad?

El amor puede expresarse de diversas maneras. No solo en una canción, no solo en un poema, no solo en un libro. No solo existe el amor romántico, podemos amar a nuestros amigos y no hay problema en ello, solo que esto lleva a muchas personas a no saber diferenciarlas, terminando así por arruinar una hermosa amistad.

Debe ser horrible limitarte a amar a alguien solo porque no sientes atracción, el amor se presenta de tantas maneras como no te imaginas. A veces el dolor nos limita a conocer cosas nuevas, el miedo a una nueva experiencia nos cierra puertas a caminos maravillosos, que si tal vez hubiéramos pensado con un poco más de sabiduría, hoy no estaríamos aquí sufriendo por algo que tuviste oportunidad de cambiarlo.

Pero, piensa en algo.

¿Crees que vale realmente la pena arriesgarlo todo por una persona?

Para Jungkook, valía totalmente la pena.

Aunque esto conllevaría acabar con su propia estabilidad mental y emocional, no era algo que viviría dos veces. Lamentablemente, su tiempo de vida disminuía al pasar los días, sin olvidar a Taehyung quien llevaba una carga más pesada sobre sus hombros.

Otra vez se sentía un egoísta, un completo idiota por pensar que le quedaba poco tiempo sabiendo que a Taehyung estaba a un suspiro de dejar este mundo, no había comparación alguna, aunque eso no era de su importancia. Él quería estar a su lado, ser su pilar, ser esa persona por quien Taehyung sonría día y noche y sostener su mano cuando las cosas se pongan aún más difíciles, ser esa persona que tanto necesitaba el mayor y estar ahí para él.

Quería amarlo y cuidarlo por el resto de sus días, mirarlo a los ojos y apreciar aquellos ojos marrones que tanto le encantaban, besar aquellos labios rosados, tocar sus mejillas y acariciar cada lunar de su armonioso y fino rostro.

Quería morir admirando su rostro, no importaba si él tenía que dejar antes este mundo, pero si de algo estaba seguro es que Taehyung era la persona por quien tanto tiempo había soñado.

Él era su otra mitad, su alma gemela.

...

Sus brazos seguían rodeando su cintura, unidos por aquel beso que ambos tanto habían deseado. Su mano era tan grande pero a la vez tan delicada, cada toque sobre su mejilla se sentía como si un pétalo lo acariciara.

Por un momento, decidió subir su mano y tocar su cabello, pero en medio de las caricias, se llevó un susto en la cual llamó la atención del castaño.

—Esto... No puede ser, ahora no.

—¿Jungkook? Dime, ¿qué sucede? —exclamó el castaño, al notar una inmensa tristeza en el rostro del rubio—