Capítulo 8: ¿Amor?

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El calor de la mano de Taehyung hacía que sintiera un deseo casi indescriptible, su pulso se aceleraba al sentir cada toque sobre su piel.

Taehyung se inclinó y depositó besos en su frente, mientras rozaba su piel y recorría con sus dedos cada detalle de su cuerpo, su piel era tan delicada y sedosa, que era difícil no sentir atracción por él.

Se inclinó aún más sobre Jungkook logrando unir sus cuerpos, empezando a saborear su cuello con su boca y haciendo que su respiración se agitara. Parecía que el tiempo había dejado de existir, y lo que había en la habitación, eran solo ellos dos junto a aquellas camillas que eran expectantes de su pasión.

Pudo sentir el nerviosismo del menor al sentir su cuerpo temblar, pero eso no fue impedimento alguno. Pues no aguantaba un segundo más, ansiaba mucho tocarlo y no iba a perder más tiempo al respecto.

—Tae... ¿Qué estás haciendo? No deberíamos, aquí no... Tú no puedes hacer esto —dijo entre jadeos, hasta que fue interrumpido—

—No sabes cuánto he esperado para esto, eres realmente precioso.—posó una mano en su mejilla— Si quieres puedo parar, no haré algo que no quieras.

—Para ser sincero, no tengo problema en que lo hagas. —sonrojado— Quiero que sigas, Taehyung. Por favor.

Sin más, el mayor subió sobre el menor y comenzó a besarlo apasionadamente. Sus lenguas jugaban una con la otra mientras ambos sentían el calor de sus cuerpos, sus pelvis rozaban y el rubio movía sus caderas instintivamente ante sus toques, haciendo evidente sus erecciones y el deseo uno por el otro.

—Ah... Jungkook, te deseo demasiado.

Bajó su mano y la introdució dentro de su ropa interior, comenzando lentamente a mover su pene de arriba hacia abajo y dándole pequeños apretones, haciendo que el menor gimiera al sentir el tacto de su mano.

Quiso ir más allá, así que comenzó a jugar un poco con su glande dándole vueltas en círculos con su dedo índice, mientras seguía besando su cuello y dejando pequeñas marcas en ella.

—¡Taehyung! T-Tae... —gimió sin poder contenerse de placer, era una sensación que nunca antes había sentido, aunque ya antes lo había hecho, esta vez lo sentía distinto—

¿Por qué carajo era tan bueno con su mano?

—Eres un sucio, ya estás todo mojado. —habló con su voz ronca—

Aceleró el movimiento de su mano y besó sus labios nuevamente, esta vez con mucha más fuerza y rapidez. Jungkook no dejaba de gemir, el sonido de su voz tan aguda y sensual hacia que sus feromonas aumentaran a medida que escuchaba su voz, era tan jodidamente sexy, que no podía evitar querer más.

El rubio arqueó un poco su espalda en señal de que pronto se vendría, posó una mano sobre el cabello del mayor y la jaló para poder contenerse un poco más.

—Vamos, Kook, déjame sentir tu semen en mi mano. —susurró en su oído—

—Yo... N-no aguanto más...

El mayor usó toda su fuerza y rapidez, los gemidos del menor se escuchaban por toda la habitación y su cabello dolía por la manera en que Jungkook lo jalaba. La cara de placer del rubio era arte para sus ojos, ver cómo su cabello estaba todo desordenado, sus ojos llenos de lujuria y cómo su cintura era expuesta debido a que su remera se había levantado, lo excitaba de una manera que no podía explicar.

Era hermoso, eso era.

De repente, sintió como su mano se había impregnado de aquel líquido blanco, seguido de un gemido alto y agudo por parte del menor.

Reloj de arena | KTH + JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora