𝙸 𝚠𝚒𝚜𝚑 𝙸 | ᴿᴵⱽᴬᴿᴵ

➸ ❝ 03 ❞

—¿Te gusta?

Abril le mostraba su nuevo color de cabello a Samantha. Ahora era más claro.

—Mucho— respondió—. Tu color nuevo también.

Abril le miró mal.

Últimamente Samantha había estado en las nubes más que siempre, lo cual, no era raro, sólo que ahora estaba tan pensativa.

—A ver— Abril tomó a Samantha por sus mejillas, haciéndola voltear—. ¿Qué te pasa? Últimamente estás más en la luna de lo normal.

La mayor rio leve por eso, y Abril maldijo levemente por hacer que eso hiciera correr rápidamente su corazón.

—No me pasa nada, sólo estoy pensando.

—Ese es el problema.

Creyó haber escuchado una leve risa de parte de Abril, pero fue muy bajo.

Inconscientemente, Samantha también rio, de ver reír a Abril.

—No tengo nada, Ari, en serio— le tomó de los hombros.

Abril achinó un poco más sus ojos, claramente no le creía.

—Como digas. ¿Qué vamos a hacer hoy?

—Saldré con Félix.

Abril no podía, se moría por hacerlo, pero no podía rodar sus ojos, era mujer muerta, porque Samantha le preguntaría la razón, y no le diría lo que pensaba.

Así que sólo hizo su mayor esfuerzo por sonreír, pero le salió en una horrible mueca, que hizo reír a Samantha.

—Te vas a arrugar si sigues haciendo esas caras— dijo—. Debo irme, Ari.

La mayor jugó un poco con su cabello antes de irse, y desaparecer, dejando a Abril sola.

Mientras la castaña esperaba que su amiga estuviera bien.

Hacia mucho no había visto a Samantha pensar... de esa manera, con la mirada perdida, y sin hablar.

Era extraño, pero el tiempo haría de las suyas.

—Lix— llamó por tercera vez Samantha. El chico no levantó su vista de su teléfono—. Félix.

Samantha suspiró, y se lo quitó.

El otro arrugó su entrecejo, viendo con algo de molestia a Samantha por haberle quitado su teléfono.

—Te estoy hablando, Lix.— le habló.

—Habla un poco más fuerte a la próxima, por favor.

Antes de todo eso, Samantha y él habían tenido una pequeña charla acerca de lo que iba a ser de ellos con el tiempo.

Bueno, básicamente Samantha tirándole indirectas sobre que quería ser su novia.

Cosa que él se tomó bien, hasta que tocaron el tema de que tenía que relacionarse más con sus amigas, y eso él no lo tomó tan bien.

Y ahora, el ambiente había sido más tenso.

—Pon más atención entonces.

—Entonces...

El teléfono volvió a sonar, tomándolo él en sus manos, contestando y dejando nuevamente a Samantha básicamente que sola.

Ella suspiró tapándose la cara.

Se repetía una y mil veces que sólo era una discusión, que todos tenían su carácter, que todo estaba bien.

No podía un momento más así, y decidió irse.

—Me voy— dijo, el chico asintió—. Adiós.

¿En qué se había metido?