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Samantha daba su quinta vuelta por el cuarto de su amiga

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Samantha daba su quinta vuelta por el cuarto de su amiga.

Se sentía tan confundida, tan perdida y no sabía que hacer, así que tomó medidas más profesionales y se dirigió a donde su amiga Victoria.

Esta se encontraba con sus compañeras de cuarto Molly y Amairani, más la invitada estrella que era su novia, Millaray.

Las cuatro en ese lugar eran peligrosas, Victoria temía por su habitación.

Samantha estaba ahí porque necesitaba hablar con alguien, sacar sus dudas, que le aconsejaran y también, necesitaba un abrazo y alguien que le dijera que todo iba a estar bien.

Por lo general era su mejor amiga, Abril, la que lo hacía, pero ella no estaba ahí; por eso había llegado hasta ahí.

—Entonces...— habló Victoria—. Vuelve a explicar, Ama no entendió y así todas te daremos nuestro punto de vista— se cruzó de piernas.

—No inventes— se defendía la mencionada—, que no hayas puesto atención por estar viendo a Nuvia, no es mi-

—¡Hey, y yo que tengo que ve-

—¡Las tres!— intervino Molly, llamando su atención—. A lo importante, ayudar a Rivers, por favor.

Las otras tres se voltearon, poniéndole atención a la rubia que no dejaba de dar vueltas por el cuarto.

—Gracias— dijo—. Les decía que últimamente Abril se está comportando rara y... todo empezó cuando Félix me invitó a salir.

—¿Rara... cómo?— preguntó Molly, al parecer era la única que estaba poniendo más atención.

Samantha suspiró, recordando lo de los días pasados.

—Cuando le dije que me invitó a salir fue muy extraña, no estaba tan feliz y ni hablar cuando le dije que era mi... ya saben, mi novio.

»Ese día sólo se fue, y por más que le hablé, pareció no escucharme— continuó—, y hasta ahora, no sé nada de ella, y eso solo fue ayer.

Quedaron en silencio, nadie sabía qué decir, por más que ya dos de ellas se hacían una idea en la cabeza.

Se veían las caras sin poder darle una buena respuesta a Samantha, sin darle mucho rodeo a ella y no le diera tanta vuelta para tener de nuevo a su mejor amiga como antes.

—¿No te has puesto a pensar que tal vez le gustas a tu mejor amiga?— intervino Vicky, pues conocía casi el caso—. Yo sólo digo— encogió sus hombros.

—Es ridíc-

—No es ridículo, Rivers— esta vez Amairani se metió—. Sé porqué te lo digo. No digas que es ridículo.

Samantha se quedó pensando. ¿Era posible que le gustara a su mejor amiga?

Claramente habían muchísimos casos en los que la mejor amiga se enamora de la otra, pero viniendo de Abril, se le hacía un poco extraño.

𝙸 𝚠𝚒𝚜𝚑 𝙸 | ᴿᴵⱽᴬᴿᴵDonde viven las historias. Descúbrelo ahora