Alas

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Tsumiki Fushiguro era una niña dulce que al no ser hija biológica de Toji no tenía nada de los genes de los Zenin. Esto podría ser para bien o para mal.

La niña sin embargo era algo enfermiza, Satoru sospechaba era por ese tiempo que vivió sola con Megumi y solo medio sobrevivían.

Pero a la mañana siguiente Shoko llegó con ella, Tsumiki miró con una sonrisa a Satoru y abrazó a Megumi fuertemente mientras el Niño hacía una mueca.

Pero Satoru sabía que Megumi estaba feliz con la llegada de su hermana. Y sobre todo que ella estuviera fuera del hospital.

El albino le explicó a la niña sobre Suguru y las gemelas, que estarían aquí y que por lo pronto tendrían que quedarse en casa.

- ¡Sip! - Asintio la niña de inmediato sin replicar nada y Satoru le acarició los cabellos-

———

Tsumiki al igual que Megumi, se acopló de inmediato a las gemelas y Suguru. No importaba que ella no tuviera energía, no se sentía fuera de lugar.

Esa tarde le pegaron pegatinas en la cara a Suguru y Satoru y ellos les dejaron ser.

- Es hora de comer - les dijo Satoru-

Los seis se sentaron a comer y Satoru sonrió ante la imagen. Los niños comiendo y hablando entre ellos, Suguru a su lado. Tenía todo lo que necesitaba en su vida en esa mesa y lucharía con todo por cuidarlo.

——-

Esa tarde, Satoru sintió la presencia de Shoko y el director afuera del velo de la residencia. Miró a Suguru, quien estaba a su lado en la sala y se había quedado quieto al sentir la energía de los otros dos.

Gojo sabía que debí de ser algo importante para que Yaga estuviera aquí.

- Está bien- le dijo Suguru sabiendo que Satoru le preguntaría si se sentía cómodo con ver a su ex maestro-

Satoru la acarició el rostro y se puso de pie para ir afuera.

El atardecer estaba en su esplendor, con colores anaranjados y amarillos barriendo el cielo. El clima también era agradable.

Satoru miró a los dos hechiceros y abrió el velo para dejarlos pasar.

- Sensei- le saludó-

Yaga lo miró en silencio y Gojo supo que algo iba muy mal. Pronto sintió la necesidad de ir corriendo al lado de Suguru, de asegurase que estaba bien. Pero recordó que estaban a salvo h nada le pasaría aquí.

Satoru y los otros dos caminaron al interior , Suguru ya estaba en el vestíbulo y él y Yaga se miraron.

No se habían visto desde que se le envió a esa misión en el pueblo. Yaga miró a Geto, y una parte de él sintió alivio al ver su semblante sereno, ver que aunque estuvieron a nada de perderlo estaba ahí.

- Suguru- le saludó-

- Sensei- respondió el pelinegro para sorpresa de Yaga-

El director sintió un nudo en la garganta y tuvo que carraspear un poco.

- ¿Los niños? - pregunto Shoko que estaba muy callada -

- Arriba - dijo Satoru- Armando un rompecabezas.

La joven asintió.

- Seré rápido y directo por que no hay mucho tiempo- dijo Yaga y todos sintieron la tensión de inmediato- Los peces gordos saben que Suguru está aquí.

Ante eso Satoru puede ver como Geto se tensa, es casi imperceptible, apenas un espasmo en su pierna como si quisiera dar un paso atrás. Pero él lo nota, claro que lo nota y no necesita a los seis ojos para conocer a Suguru a la perfección y saber lo que su cuerpo está tratando de hacer.

LIQUID | SatoSuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora