DESPUÉS DE LA TORMENTA...

96 7 0
                                    

Al día siguiente después del ataque de Hydrus y Vasilius la casa de los Moon estaba en absoluto silencio, solo el ululeo del viento se escuchaba entre los huecos de las puertas y el suelo, el día era gris, frío y carente de paz, no porque estuviera nevado, la incertidumbre había venido a hacer nido en el corazón de ese hogar, Susan creyó que ahí estarían a salvo, que la familia de Ominis no los encontrarían en ese lugar, pero olvidó una de las lecciones más importantes que aprendido cuando inició su viaje en el mundo mágico 'nunca subestimes a tu enemigo, ni le des la espalda', la noche fue larga, llena de quejidos de dolor por parte de Ominis y pequeños sollozos que provenían de Merak, Sebastian la trató de consolar en varias ocasiones pero la pequeña no dejaba de llorar al ver el sufrimiento de su hermano.

Los padres de Susan tampoco lograron dormir, Henry pasó la noche haciendo guardia junto a Alexander que había decidido no irse a su casa y quedarse para ayudar, Helena fue quien logro hacer que Merak durmiera un poco llevándola a la habitación de Susan, al llegar el Alba nadie había descansado en lo absoluto, --"Susan toma, te hará bien tomar algo caliente"-- Sebastian entró en la habitación con un par de tazas humeantes de café --"gracias Seb, ¿cómo están todos?"-- Ominis seguía dormido pero quejándose por el dolor --"preocupados, alertas, esperando el momento en que regresen a terminar el trabajo"-- la voz de Sebastian no era para nada reconfortante, pero después de lo que pasó ¿quién podría tener el animó para brindar esperanza? --"supongo que debería escribirle al profesor Fig y ver si hay forma de acusar a los Gaunt por lo que pasó ayer"-- tomó un poco de café --"podríamos intentar Su, pero..."-- Sebastian calló cuando Ominis despertó --"Ominis, amigo que susto nos has dado"-- Susan lo ayudó a sentarse en la cama --"Sebastian, lobita ¿están bien, y donde está Meri?...."-- hizo el intento de levantarse pero casi se cae cuando la cabeza le dio vueltas --"Ominis tranquilo aún estas débil por lo que pasó,"-- Susan lo detuvo a tiempo para que no cayera --"estamos bien, Meri está bien, está con mi mamá en mi habitación durmiendo un poco"-- Susan lo acercó a ella para que descansara su cabeza en su hombro --"tranquilo amigo, nos protegiste a todos"-- Sebastian se sentó al lado de Ominis --"siento que todo me da vueltas y que cada parte de mi cuerpo está por romperse"-- Ominis sintió una arcada llegar de golpe, aferró sus manos a las sábanas --"debes descansar un poco más lobito, no te esfuerces tanto"-- Ominis se acunó en el pecho de Susan --"lo siento mucho Su, solo te he traído problemas a ti y a tu familia que nos ha recibido con tanta calidez en su hogar, lo siento..."-- Susan sintió una gotas frías deslizándose por su pecho --"voy a traer más poción herbovivorizante y a decirles que ya despertó"-- Susan asintió en dirección de Sebastian antes de que saliera de la habitación --"no tienes nada que lamentar lobito, no es culpa tuya que tu padre sea de esa forma, él no tiene derecho de tratar a nadie del modo en que lo hace con ustedes, él no es tu responsabilidad Ominis y no tienes que disculparte por lo que hizo"-- el joven se aferró más a Susan --"Aun no entiendo cómo es que sigues a mi lado con todos estos problemas que te he causado a ti y a tu familia"-- levantó el rostro buscando el rostro de Susan, la chica acunó la cara de Ominis entre sus manos para que quedaran frente a frente --"ya te lo he dicho antes lobito, pero sino lo recuerdas te lo vuelvo a decir ¡TE AMO! y eso me hace estar a tu lado"-- Ominis puso sus manos sobre las de Susan --"yo también ¡TE AMO! mi hermosa Luna"-- ambos se fueron acercando lentamente hasta que sus labios se unieron en un beso lleno de calor y fuerza, de pronto el frío a su alrededor se tornó tan cálido que podía derretir la nieve en segundos, la incertidumbre, el miedo y el arrepentimiento se alejó de ellos por un instante, solo existían ellos en ese momento y nadie podría lastimarlos mientras estuvieran juntos.

--"Su, no traicionaré la confianza que tu padre ha puesto en mí"-- le dijo Ominis a Susan cuando el beso no era lo único que compartían en ese momento, pues las manos de ambos habían comenzado a explorar los cuerpos del uno y del otro en un beso desenfrenado de quitarse la ropa y ver a donde los llevaba ese pequeño experimento --"lo entiendo lobito, yo también prometí no hacer nada contigo que lo hiciera enojar"-- ambos se alejaron un poco para recuperar el aliento y acomodarse su ropa --"¿aún sientes que te da vueltas la cabeza Ominis?"-- trató de cambiar la conversación para no ceder al deseo que se había prendido en ella --"solo un poco Su, pero creo que los peores efectos ya han pasado, al menos en esta ocasión no tarde días en despertar"-- Ominis por su parte trataba de enfocar sus pensamientos en algo que no fuese la piel tersa y cálida de Susan entre sus manos, lo último que mencionó Ominis parece que dio resultado pues de inmediato Susan exclamó --¡¿días, tardaste días en despertar la primera vez que te hicieron esto?!-- Ominis sintió la oleada de furia y enojo que emanaba de Susan casi como cuando invocaba la magia antigua --"¡Hermanito!"-- la pequeña niña entró corriendo a la habitación y prensó a Ominis en un abrazo tan tierno que la piel del joven se erizó --"qué bueno que estes bien"-- expresó entre sollozos y lágrimas --"Meri, me alegra que tú también estes a salvo"-- ambos hermanos se fundieron en un largo abrazo, Sebastian apareció en el arco de la puerta con las pociones seguido por los padres de Susan.

El Legado De SlitherynDonde viven las historias. Descúbrelo ahora