𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄𝐒 ✅

05

Memorias del pasado II
"Hermano mayor"

meiko's perspective

Me mire una última vez en el espejo antes de mi cena con Megumi. Había decidido ponerme un vestido color azul marino, conjuntado con un collar plata y tacones del mismo color, sabía que a Megumi le encantaba este tipo de estética para cuando me llevaba a cenar a algún sitio. Siempre decía que lucía increíble y que ese color realzaba mi belleza, yo le creía porque me encantaba ver su sonrisa mientras me hablaba. Algo que solo hacía exclusivamente conmigo, y me encantaba.
Me di un último retoque, como repasarme el pinta labios de color rosa claro y echarme un poco de mi perfume preferido por encima. Deberían de ser sobre las 20:45 según mi teléfono móvil, el cual guardé en mi bolso. Esperando en la entrada se encontraba Gojo, mientras lucía una de esas típicas sonrisas tontorronas de él y me hacía darme una vuelta para enseñarle mi outfit final.

—Luces increíble, hermanita.—dijo Gojo.—Estoy seguro de que él le hubiera encantado verte así de mayor, me hizo jurarle de que si no estaba. Yo sería quien te cuidaría.

—Pues has cumplido bien esa promesa.

—No a mis estándares.

Sabía perfectamente a qué se refería con eso, él no me podía proteger cuando Emi me poseyó y tuve que hacer un contrato de por vida con ella, sumando las muchas veces que los Altos Mandos mandaron asesinos profesionales tras mi. Antes tenía a mi hermano Geto, en quien confiaba que me protegía desde las sombras, pero murió cuando trato de tener a Rika Orimoto. Y Gojo no tuvo más opción que acabar con él por esa misma razón. Lo entendí, lo perdoné porque sería lo que Suguru me hubiera pedido si aún vivía. O eso es lo que Satoru me contó del incidente cuando desperté, al estar yo inconsciente durante el suceso. Yo confié en él, no tenía razón para hacer lo contrario.

—Por favor, prométeme que serás fuerte, conviértete en una hechicera lo suficientemente como para que yo no tenga que protegerte.

—Lo prometo, ¿ahora me dejarás ir?

—Quizás, espero que tú y Megumi os paréis en tomaros las manos y nada más de acción.

—Por supuesto.—dije sarcásticamente.

—No, dilo de verdad.

—Lo prometo.

"Salvada por la campana." pensé cuando escuchamos el timbre sonar y Megumi estaba ahí esperándome al lado del coche. Traía puesto un traje del mismo azul marino que mi vestido, como si nos hubiéramos leído las mentes al pensar que nos pondríamos. Mire hacia Satoru, quien me sonrió y asintió con la cabeza. Y me lancé a los brazos de Megumi prácticamente.

—Te extrañé.—le susurre aún abrazándolo.

—Fue solo un día entero.—me contestó devolviéndome un abrazo, mientras acariciaba mi espalda.—Pero yo también te extrañé.