♥︎Eres Mía, Muñeca♥︎[+18]Park Jimin.

[9]

Abrí mis ojos y mire la habitación en la que me encontraba, mi corazón comenzó a latir con rapidez al volver a ver esta habitación.

Despertó mi querida Dolly -dijo en la puerta para después cerrarla.

Déjame ir.... -dije aun sedada en la cama.

Te fuiste por un largo mes, tómalo como tus vacaciones -se acerca- y como las últimas.

Ya no quiero estar aquí -sentí una lágrima resbalar.

No compartimos el mismo pensamiento -acarició tu mejilla- Si antes era estricto con las reglas ahora no podrán haber errores.

El solo hizo presión en mi mandíbula, se acercó a mi rostro y me miró de forma penetrante.

La próxima que intentes irte antes te meto una bala en tu corazoncito -te presionaba- ¿entendido?

Después de esas palabras lo siguiente que se escuchó fueron gritos de dolor, suplicas acompañadas con lágrimas, y un montón de veces se escuchó "perdóname".

Realmente te hizo arrepentir de haberte escapado, con lo que te hizo seguro no te quedarían ganas de volver a desobedecerle.

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Esperaba en la sala de mi mansión, mi vista estaba en la puerta esperando a que Tn entrará por esa puerta.

Jimin.... -entro corriendo- Revisamos las cámaras y una camioneta se la llevo.

Jimin solo estrello en el piso el vaso de vidrio que tenia en sus manos, tomó su cabello en forma de desesperación, la vena de su frente se hizo visible ante la impotencia.

Fue el... estoy seguro -respiraba agitado- Ese idiota la encontró.

Solo comenzó a romper todo a su alcance, mientras Yoongi lo miraba sin saber que hacer.

Al menos sabremos donde encontrarla, seguro la llevó de vuelta al Darling -dijo queriendo dar un consuelo.

Mi pobre Tn....... -se lamento cubriendo su rostro.

Sabía que si ese hombre la volvía a tener la lastimaría más de lo que lo hacía, prometí cuidarla.

Por eso odiaba prometer, porque ahora no podía cumplir lo prometido.

Yoongi ya me había dado antecedentes de William, tenía tratos con gente de la mafia, no era un hombre común y era muy peligroso.

Tenia miedo por Tn, temía que le arrebatará la vida, temía que me quitara para siempre al amor de mi vida. ¡Oh mierda que hago!

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Acababa de salir del hospital, un mes por quemaduras de cigarro y cortadas de navaja en mis piernas.

Dos costillas lastimadas y una muñeca zafada. Los hematomas en mi rostro ya habían desaparecido más.

Mañana te mandare con un doctor para que arregle tus cicatrices, les darás asco a los clientes si te ven como estas. -decía conduciendo.

Yo solo miraba por la ventana, mis ojos estaban inundados de lágrimas que resbalaban por mis mejillas, mismas que limpiaba para no verme débil.